Educación

Avances desde la Usal: HandY, la mano biónica

Desarrollada por el ingeniero informático Ramiro Sánchez, su comercialización dependerá de la empresa privada

Ramiro Sánchez Torres, el ingeniero informático de la USAL que ha desarrollado esta mano biónica, junto a Juan Manuel Corchado D. ARRANZ

NUNCHI PRIETO

HandY es la mano biónica que ha desarrollado el ingeniero informático Ramiro Sánchez Torres, uno de los integrantes del grupo de investigación Bisite, que dirige el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Salamanca (USAL), Juan Manuel Corchado.

Ramiro Sánchez Torres sostiene que el proyecto surge cuando piensan en investigar una nueva forma de comunicarse entre humanos y máquinas o entre persona y ordenadores, lo que se denomina una interfaz músculo-ordenador.

«La idea fue aplicar esa interfaz músculo-ordenador a un caso que pudiese ser útil como es desarrollar una mano biónica que pudieran utilizar personas que han perdido una mano o un brazo. Este instrumento lo que hace es detectar el movimiento de los músculos mediante la electricidad superficial de la piel y de esa forma detecta cómo quiere mover esa mano el usuario para poder utilizarla de forma similar a una mano natural».

HandY abarata, por un lado, costes respecto a otros modelos comerciales que hay en el mercado al utilizar nuevas tecnologías como impresión 3D y electrónica, y por otro, aporta la personalización que pueda hacer cada usuario. «Cada persona que tuviese esta mano podría modificar esos diseños y personalizarlos más a sus necesidades, tanto desde un punto de vista personal como estético».

Además, actualmente están trabajando para dotar a la mano de «inteligencia artificial para que pueda adaptarse mejor al usuario y sea más útil porque lo importante de un proyecto como éste es la utilidad que pueda tener de cara a un usuario final», añade.

El prototipo aún no está listo para salir al mercado porque está orientado a la investigación y lo que hace es «demostrar un funcionamiento, hace uso de nuevas tecnologías y la tarea de comercializar la tienen que hacer empresas», subraya el ingeniero informático, al tiempo que revela que están «contactando con empresas para lograr que se comercialice y así llegar a los usuarios».

Aunque hasta ahora se ha desarrollado la mano, si a una persona le faltan más partes del brazo «habría que o adaptarlas y diseñarlas con impresión 3D o alguna otra técnica, y hacer un acoplamiento entre la parte que no está diseñada y la mano», concluye Sánchez Torres.

Por su parte, Corchado asegura que el prototipo se ha desarrollado como «una alternativa práctica y útil para controlar prótesis de manos mediante los músculos en aquellas personas que han perdido extremidades reduciendo el esfuerzo al utilizar dichas prótesis».

Bajo coste

Insiste en que el sistema tiene un bajo coste para facilitar el acceso a un gran número de individuos y en que permite un alto grado de personalización del producto pues cada persona puede rediseñar y reimprimir su propia prótesis para adaptarla a gustos y necesidades, añade Corchado.

Esta prótesis, concluye el director del grupo de investigación Bisite, permite «configurar diferentes tipos de movimientos para que se pueda adaptar a situaciones especiales de cada individuo. Todo ello hace de este desarrollo un gran avance en el campo de las prótesis biónicas».

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