Artes&Letras / Música

El arte de escuchar

La temporada de la OsCyL que arranca el próximo jueves explora a fondo la música rusa, a través de su repertorio, compositores, intérpretes y directores, y una cita imprescindible como el festival Rajmáninov

Integrantes de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León MARGARETO

INÉS MOGOLLÓN

El próximo jueves la Orquesta Sinfónica de Castilla y León inaugura su nueva temporada bajo el lema «El arte de escuchar». Un total de veintiún conciertos que exploran la música rusa en profundidad: repertorio, compositores, intérpretes, directores. Entre las citas imprescindibles, el Festival Rajmáninov que d irigirá el director titular de la orquesta, Andrew Gourlay , un monográfico que incluye, además de las tres sinfonías del gran compositor ruso, su concierto para piano y orquesta en re menor, una partitura de un virtuosismo extremo y muy físico que tendrá que resolver el pianista Nikolai Lugansky. Este virtuoso, alumno de Tatiana Nikoláyeva en Moscú es, por linea directa, heredero activo de la formidable genealogía técnica rusa, y está reconocido en los circuitos internacionales como uno de los mejores intérpretes actuales de la producción pianística de Rájmaninov.

Y si la potencia técnica de Lugansky se forjó en los altos hornos del Conservatorio de Moscú, desde las aristocráticas aulas de San Petersburgo llega a Valladolid el director Alexander Polyanichko para desplegar las maravillas que atesoran la Quinta sinfonía de Shostakóvich y el Tiple concierto de Beethoven, todo un desafío que compartirá con el violinista Eric Silberger, el violonchelista Arnau Thomàs y la pianista Varvara, formada también en Moscú.

Evidentemente, no podía faltar en este viaje por el Volga el que fuera principal director invitado de la OSCyL, Vasily Petrenko, que defenderá otro de los grandes conciertos de la temporada con la interpretación de la Sheherezade de Rimski-Korsakov, un tratado de imaginación sonora que podremos disfrutar junto a la Sinfonía concertante de Prokófiev, con el violonchelista Truls Mørk en la parte solista.

Como abanderada de las voces rusas estará la mezzo Ekaterina Gubanova, dirigida por Inbal en la tercera de Mahler

Por su parte, el maestro Semyon Bychkov, que tan gratos recuerdos ha dejado en sus anteriores visitas al Centro Cultural Miguel Delibes, dirige la Cuarta sinfonía de Chaikovski y el Concierto para dos pianos de Bruch con las siempre seductoras hermanas Labèque, buenas amigas de nuestra orquesta. Se da la circunstancia de que los tres directores, Polyanichko, Bychkov, y en menor medida Petrenko, son depositarios del método de comunicación con la orquesta que el maestro Ilya Musin desarrolló desde su podio en la vieja Leningrado, la llamada escuela del gesto expresivo. Será realmente interesante contrastar la forma en que tan aventajados discípulos han asimilado los preceptos del legendario Musin, qué perspectivas y preferencias definen su trabajo y cómo personalizan la técnica.

También se apuntan al vodka el director Yan Pascal Tortelier con la Quinta sinfonía de Prokófiev y el espléndido oboísta y director español Lucas Macías, que brindará por la Madre Rusia con una de las partituras favoritas del público, una obra con una escenificación invariablemente vertiginosa: el concierto para piano en mi bemol menor de Chaikovski. El solista será el pianista ruso Denis Kozhukhin, formado en la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid con Dimitri Bashkirov, otro peso pesado de esa factoría de pianistas excelsos que es el Conservatorio Chaikovski de Moscú.

Jesús López Cobos y el pianista Javier Perianes compartirán un doble mano a mano con un itinerario de Brahms

Afortunadamente, el servicio diplomático ruso no está integrado exclusivamente por pianistas, también nos visita Vadim Repin, uno de los mejores violinistas de su generación y un intérprete referencial en este repertorio. Repin nos descubrirá el concierto para violín de Glazunov en un programa en el que también escucharemos El pájaro de fuego de Stravinski.

En lo que respecta a las voces, es bien sabido que la cantera rusa es igualmente eximia, y aquí estará abanderada por la mezzosoprano Ekaterina Gubanova que, dirigida por Eliahu Inbal, interpretará la Tercera sinfonía de Mahler en la que promete ser una velada para el recuerdo. También habrá representación rusa en el elenco de la ópera Carmen que, en versión concierto, propone Jean-Christophe Spinosi, y en el Réquiem de Verdi que clausura la temporada con Gourlay a la dirección y la participación de los coros de Castilla y León preparados por Jordi Casas.

Pues bien, esto no es todo. Para completar esta magnífica antología, el concierto extraordinario que la OSCyL ha programado en diciembre para agradecer la entrega de sus entusiastas y cada día más numerosos abonados, es una relación de músicas de referencias literarias, La tempestad de Chaikovski, compuesta a partir de la obra de Shakespeare, y la suite de concierto extraída de Guerra y paz, la ópera que Prokófiev redactó para ilustrar la inmortal novela de Tolstói.

Y como hay vida musical más allá del inmenso horizonte ruso, conviene subrayar en la agenda los conciertos que la OSCyL ha programado con su director emérito, Jesús López Cobos, y con el pianista Javier Perianes. Mano a mano y en dos sesiones presentan un itinerario Brahms que revisa los dos conciertos para piano, las Variaciones sobre un tema de Haydn, y la bellísima Tercera sinfonía.

Para terminar, destacar en esta fastuosa temporada la presencia de intérpretes internacionalmente admirados como Maria João Pires, el vallisoletano Roberto González Monjas, la percusionista Evelyn Glennie, Lionel Bringuier, Antonio Méndez o Chano Domínguez.

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