El actor argentino Óscar Martínez
El actor argentino Óscar Martínez - F. BLANCO
Seminci

«Argentinos y españoles compartimos afición por el resentimiento colectivo»

El actor Óscar Martínez es el protagonista de «El ciudadano ilustre»

Valladolid Actualizado: Guardar
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Actor de moda tras ganar recientemente la Copa Volpi al mejor actor en el Festival de Venecia, Óscar Martínez confía en estar en la «pelea» por lograr la «espiga» en Valladolid tras su memorable interpretación de un Nobel de Literatura que regresa a su pueblo cuarenta años después en la divertidísima «El ciudadano ilustre», presenta ayer a concurso en la Seminci y recibida con fuertes aplausos.

Usted es un actor ya con amplia experiencia... ¿Este es su papel más logrado o simplemente el de mayor repercusión?

Es cierto que el premio en Venecia le ha dado mucho relieve, pero no sé si es el mejor que hice. Sí es cierto que con esta película tuve una gran empatía desde el primer día que leí el guión.

Me apasionó la historia y el personaje, que requería un compromiso mayor por su exposición continua en pantalla, pero nunca esperé que pasara lo que está ocurriendo. Pensábamos que era un largometraje para un público más acotado, pero está teniendo un éxito tremendo en Argentina y confío en que aquí también suceda lo mismo -se estrena el 11 de noviembre-.

¿Que sintió cuando ganó la Copa Volpi en Venecia?

Es un halago enorme, una distinción muy conmovedora para mí porque es un premio que han conseguido los actores más ilustres del mundo como Jack Lemmon, Gerard Depardieu, Sean Penn,... Además, soy el primer latinoamericano que lo gana. Me sentí muy honrado, pero ya está, ya fue...

¿Suena más el teléfono desde que fue premiado o le pasa como al personaje de su película que ya ha tocado techo?

No lo sé porque ha sido hace un mes, no más. Creo que no va a cambiar sustancialmente nada. Tenía proyectos que sigo con ellos. Probablemente me haya vuelto más visible en latitudes donde no se me conocía, pero no sé si eso se va a traducir en más trabajo.

Si su labor ha sido reconocido en Venecia y en Japón supongo que también espera conseguir el premio al mejor actor en la Seminci.

Bueno. Estaré en el «bolillero». Supongo que el trabajo va a ser considerado. No quiere decir que me tengan que dar todos los premios a mí ahora, aunque sí tengo derecho a pensar que voy a estar en la pelea.

¿Goza la política de su país de la misma buena salud que el cine?

Ojalá la política argentina fuera como el cine. Yo deseo que vaya para mejor, pero habida cuenta de lo que nos han dejado después de estos doce años es muy difícil para cualquier gobierno revertir eso. Casi imposible. Es una bomba que hay desarmar con mucha pericia para que no le estalla en la cara a quien trata de desarmarlo.

Interpreta a un Nobel de Literatura en un momento en el que se ha hablado mucho de la concesión del mismo a Bob Dylan ¿Qué opinión le merece esta designación?

Me sorprendió tanto como que no atienda al teléfono para decir si lo quiere o no. Me parece una muestra de gran «snobismo» por su parte. Es un exceso innecesario para mi gusto.

En la película se explota uno de los tópicos argentinos como es el hecho de que se idolatre o se destruya a los que triunfan. ¿Ocurre así verdaderamente?

O primero se les ama y luego se le denigra. Es así. Ha pasado con muchos ciudadanos ilustres del deporte, de la ciencia, de la cultura.... Con gente que está dentro o fuera. El resentimiento colectivo es un deporte nacional en Argentina, pero creo que nos parecemos mucho en esta afición. Los periodistas españoles que ya vieron la película en Venecia me decían que era una historia perfectamente identificada con el país.

Como actor, ¿prefiere hacer cine o teatro y por qué?

Prefiero el cine porque me enamoré de él después de ser el actor argentino de mi generación que más teatro ha hecho. Tenía una asignatura pendiente porque no conseguía lograr una continuidad y me pasaba seis y siete años sin filmar. Todo cambió después de «Relatos salvajes» y ahora estoy como con un juguete nuevo porque le he encontrado el gusto a rodar. Antes me faltaba oficio. Hoy por hoy, estoy abocado al cine.

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