Un momento de la representación «El burgués gentilhmbre»
Un momento de la representación «El burgués gentilhmbre» - EFE

El vicio de aparentar

Morboria resucita «El burgués gentilhombre» de Molière

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Título: El burgués gentilhombre. Autor: Jean Baptiste Poqueline “Molière”. Compañía: Morboria. Traducción, versión y dirección: Eva del Palacio. Intérpretes: Fernando Aguado, Eva del Palacio, Virginia Sánchez, Ana Belén Serrano, Vicente Aguado, Diego Morales, Silvana Navas, Jorge Corrales, Trajano del Palacio y Fernando Couto. Dramaturgia y espacio escénico: Eva del Palacio, Fernando Aguado. Música: Carlos Pérez Mántaras, Jean-Baptiste Lully. Vestuario: Ana del Palacio, Fernando Aguado, Eva del Palacio. Iluminación: Guillermo Erice. Producción: MORBORIA S.L.

La compañía de teatro Morboria ha resucitado el montaje El burgués gentilhombre, la comedia de Molière con la que hace más de veinte años inició su aventura con los clásicos. La estética colorista que define el modo de hacer de esta compañía realza y exagera un obra llamativa, tanto por el asunto que trata como por el ovillo de relaciones entretenidas, siempre jugando con la impostura, de su trama.

El burgués gentilhombre es un típica comedia de caracteres, con escenas de farsa y fragmentos de baile, que retrata realidades y valores, o antivalores, propios de la época de composición, siglo XVII, pero también muy reconocibles en la actualidad. La vanidad y las apariencias no son asunto de una época, sino de muchas, y en ese marco se mueve el burgués adinerado, un tanto necio, que pretende elevarse de categoría social y emparentar con la aristocracia.

Esta obra es un de las creaciones más ligeras y fantásticas del teatro de Molière. En ella, el vicio del nuevo rico está satirizado con gracia, envuelto en una luz de sonidos, canciones y danzas que representan los sueños en los que se mece el protagonista, el mundo al que piensa ascender dilapidando su dinero, del que siempre habrá algún noble arruinado que sacará buen provecho.

La propuesta dramatúrgica de Morboria se encamina por hacer más festiva, más cómica, desenfadada y exagerada la ya de por sí satírica comedia de Molière. Eva del Palacio, además de realizar un excelente trabajo de dirección, con un elenco de actores y actrices que han estado a muy buena altura, ha ideado una versión que moderniza y actualiza el texto clásico, respetando su esencia pero con concesiones a la actualidad, que, a veces, aunque tenga gracia, poco aporta, como ese grito futbolero del “Atleti”. La mezcla del ballet con la pantomima, la música o el clown es interesante. Es evidente el minucioso trabajo de este montaje, no solo por el numeroso reparto, que se desenvuelve en una escenografía funcional pero coherente, sino también por la confección de un vestuario suntuoso, llamativo y estrafalario que aporta un plus a la comedia, al que podríamos calificar como un “personaje” más por lo mucho que comunica sin necesidad de palabras.

El marco puede ser muy imaginativo y muy interesante, sin embargo la verdad siempre la pondrán los actores y actrices. En esta puesta en escena, en la que todos, menos el protagonista, tienen que desdoblarse en papeles muy diferentes, la labor actoral hay que calificarla de sobresaliente; parecen hacer fácil lo que es complejo y da la sensación de que en el escenario se lo están pasando tan divertido como los espectadores en el patio de butacas. Es de justicia aplaudir con fuerza desde estas palabras, con la misma fuerza con la que aplaudió el público del teatro de Rojas, y citar a todos, encabezados por el brillante Fernando Aguado, y siguiendo por Eva del Palacio, Virginia Sánchez, Ana Belén Serrano, Vicente Aguado, Diego Morales, Silvana Navas, Jorge Corrales, Trajano del Palacio y Fernando Couto, por su excelente trabajo coral.

Morboria ha resucitado El burgués gentilhombre; y a fe que podemos afirmar que es un resucitado con mucha vida escénica por delante.

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