Una herencia de 800.000 euros ayudó a equilibrar las cuentas del Arzobispado de Toledo en 2014

La herencia de 800.000 euros que dejó un feligrés de manera expresa al Arzobispado de Toledo ayudó el pasado año a equilibrar prácticamente las cuentas de la administración diocesana, que arrojaron un déficit del 0,48 por ciento. Se trata del legado más cuantioso que el arzobispado ha recibido en los últimos ocho años, según ha confirmado a ABC su ecónomo diocesano, Anastasio Gómez Hidalgo.

La «generosa contribución» de ese devoto, como la calificó Gómez Hidalgo, no es la única que recibió la diócesis en 2014. Otros 200.000 euros procedentes de otras dos herencias sirvieron para nivelar las cuentas del arzobispado, que en 2014 gastó 65.675,12 euros más de lo que ingresó.

Además, hubo otra aportación extraordinaria que sirvió para equilibrar las cuentas: el Colegio Santa Clara de Ocaña devolvió los 1.322.000 euros que el arzobispado le adelantó para obras en este centro educativo.

Deuda con los bancos

Los resultados económicos del pasado ejercicio han sido dados a conocer por el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, y el ecónomo diocesano. Según los datos aportados, la archidiócesis ingresó 13.665.807,41 euros y tuvo unos gastos de 13,731.482,53 euros. «Durante 2014, decimos con orgullo que el déficit fue del 0,48 por ciento», aseguró Gómez Hidalgo. En la web del arzobispado ( www.architoledo.org) se puede consultar institución por institución cuánto se ingresó y cuánto se gastó en las diferentes áreas en las que la archidiócesis está presente, como es el caso de las 22 fundaciones que gestionan colegios y residencias, además de las 270 parroquias repartidas por la diócesis.

A día de hoy, al arzobispado le queda por pagar 6,9 millones de euros a entidades bancarias por dos préstamos solicitados en 2009: uno de 14 millones y otro de 4,5 millones para rehabilitaciones de templos, obras en los dos seminarios de Toledo, además de dos pólizas de crédito de gasto corriente que se habían utilizado en años anteriores. «De esos 14 millones se han pagado más de siete, porque la financiación se hizo a diez años, 2009-2019», explicó el ecónomo.

«Sin duda, el hecho de deber dinero a los bancos hace pensar que detrás hay una institución que ha hecho cosas, que lo ha gastado bien en unos proyectos que están enfocados a evangelizar, a formar sacerdotes, a transmitir la palabra de Dios y a tener unas estructuras y unos templos bien cuidados», aseguró Gómez Hidalgo.

La presentación de las cuentas de 2014 se realizó antes de que mañana se celebre el Día de la Iglesia Diocesana, una jornada de apoyo y solidaridad a la Iglesia católica para su funcionamiento y la actividad que desarrolla. «Se instituyó para rendir cuentas de los dineros que las parroquias reciben de los fieles y para mostrar que la Iglesia no es solo monjas y frailes, sino un grupo muy nutrido de gente», recordó el arzobispo.