La sombra del tercer hombre en las muertes de Priego

Los hombres murieron desangrados al recibir varias heridas de arma blanca y el garaje donde ocurrió el suceso estaba cerrado por dentro

En la imagen, el garaje donde murieron los dos hombres ABC CÓRDOBA

M. OSUNA | R. AGUILAR

Los investigadores de la Guardia Civil trabajan a fondo para descartar por completo la participación de una tercera persona en el trágico suceso ocurrido el pasado domingo en la localidad cordobesa de Priego, donde fueron hallados los cadáveres de José Luis García y Juan Antonio Ruiz, de 43 y 24 años, respectivamente, acuchillados en el interior de un coche aparcado en un garaje cerrado de un edificio comunitario.

Según el informe preliminar de la autopsia realizado ayer por el Instituto de Medicina Legal de Córdoba, la muerte se produjo en ambos casos por un «shock hemorrágico secundario por heridas de arma blanca». Desangrados . En el interior del vehículo fue encontrado un cuchillo de grandes dimensiones, que se supone es el arma utilizada. Falta por determinar con la autopsia el modo exacto en que se produjeron esas heridas letales. Ninguna de las víctimas tenía antecedentes y sus entornos destacan que se trataba de personas tranquilas y sin aparentes problemas.

La tesis de la participación de un tercero tampoco se descarta por completo , según ha podido saber ABC de fuentes próximas a la investigación; incluso, en las próximas horas podría haber novedades al respecto, aunque el secreto de sumario hace que la información fluya con cuentagotas. Otras fuentes apuntan a una posible pelea en el interior del coche entre los dos hombres , que mantenían una relación desde hace algún tiempo, con el fatal desenlace. Ambos desaparecieron el pasado jueves.

Varias hipótesis

El delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, insistió este lunes en que se trabaja en «varias hipótesis, no hay ninguna cerrada de momento pero los investigadores descartan, en principio, la intervención de una tercera persona en el suceso». Por tanto, nada definitivo. La escena encontrada el domingo hacia las dos y media de la tarde por un hermano de la víctima que residía en Priego -dueño del coche y también de la plaza de aparcamiento-, que además es agente del Instituto Armado aunque ahora está de baja, ofrece algunos interrogantes.

Tras perder la pista de José Luis, este familiar fue al garaje para comprobar si estaba allí su vehículo. La víctima vivía con su madre a unos metros del inmueble . Al llegar al interior -se trata de plazas cerradas con portones- comprobó que la luz del interior estaba encendida y la cerradura bloqueada. Al forzar la puerta encontró las llaves puestas y en el maletero del coche, que estaba cerrado, al más joven de los varones en posición fetal y con heridas en el cuello y el tórax. Su hermano yacía en el asiento trasero con un fuerte golpe en la cabeza y otra herida de arma blanca en el cuello.

Las mismas fuentes no confirman el extremo de si la cerradura de la cochera permitía abrir desde fuera con las llaves puestas por dentro - tampoco si fue forzada para entrar -, un detalle que definiría si los dos varones se encerraron en el garaje o lo pudo hacer otra persona tirando del portón.

Así las cosas, hay dos posibilidades abiertas : o bien los jóvenes se encerraron en el garaje y allí uno mató al otro y luego se suicidó -la forma de hacerlo sería, en cualquier caso, muy extraña-, o bien habría un tercer implicado en la escena del crimen. Las fuentes próximas a la investigación consultadas por ABC señalaron ayer que los familiares de José Luis habían explicado a la Guardia Civil la posible influencia de una persona que se habría cruzado en la relación que mantenían las dos víctimas y que habría generado tensión en la pareja.

Tras dar el aviso a la Policía Local y la Guardia Civil, el coche fue sacado de la plaza de garaje para sacar los cuerpos del mismo y hacia las 19.00 horas del domingo los cadáveres fueron trasladados al anatómico Forense de Córdoba. El vehículo fue llevado asimismo a las dependencias del Instituto Armado para ser sometido a un análisis minucioso por parte de los especilistas en Criminalística. Todo ello cuando Priego disfrutaba de la procesión de su patrón y la mayoría de los vecinos conocían la triste noticia.

Reacciones

Los familiares del prieguense muerto fueron los primeros sorprendidos con la triste noticia. «Mi hermano era un muchacho estupendo. No tenía problemas. No vimos venir lo que ha pasado », comenta uno de ellos a ABC. El barrio de la Inmaculada, en las faldas de Priego y muy cercano a una de las entradas a la localidad desde la carretera autonómica que viene desde Lucena, no daba crédito ayer a lo sucedido. La muerte violenta de uno de sus vecinos, José Luis García Burgos, de 43 años, volteó el ánimo de quienes tienen allí su casa.

La noticia tiene al pueblo consternado. No se habla de otra cosa. Ni en los bares del entorno de la calle Gabriel Celaya, donde tiene la entrada el garaje en cuestión, ni en el centro. «No hay quien se lo crea: era un muchacho de lo más discreto», dice una mujer entrada en años. «Es una familia estupenda. La madre, que era viuda, tenía cinco hijos, tres varones y dos mujeres, y José Luis era el único que vivía con ella, cuidando de las propiedades en el campo y atendiendo a su madre», explica un hombre en una calle próxima. «El problema vino cuando le cambió el carácter, hace un par de años o así: dio un paso en su vida, derecho que tenía, y quizás se le vino el mundo encima. O se sintió incomprendido. Vete a saber», tercia un jubilado que también conocía a esa víctima.

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