Rajoy quiere movilizar al votante más activo de las generales

La Moncloa cree que el 21-D es una oportunidad histórica para derrotar a los independentistas

INÉS BAUCELLS
Mariano Calleja

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Veinte días después de la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el Gobierno de Rajoy hace un balance positivo : cree que las medidas se aplican con normalidad y colaboración por parte de los funcionarios y está convencido de que en Cataluña «se está recuperando la estabilidad». Desde el Ejecutivo se ve con optimismo el futuro inmediato, y se afrontan las elecciones del 21 de diciembre como una «oportunidad histórica para derrotar al independentismo en unas urnas democráticas», según fuentes de La Moncloa.

En el Gobierno reconocen que ese objetivo es complicado, pero no imposible. De entrada, el presidente Rajoy se volcará en pedir la movilización de todos aquellos votantes que acuden a las urnas en las generales, pero se quedan en casa cuando llegan las autonómicas. En el caso concreto del PP la diferencia entre esos dos comicios es relevante: en las últimas generales logró un 13,36 por ciento de votos en Cataluña, y en las autonómicas de 2015, un 8,5 por ciento, con unos 120.000 votos menos. Para el PSC, la diferencia fue de 3,3 puntos más en las generales, mientras que en Ciudadanos ocurre al revés: logró siete puntos más en las autonómicas.

El llamamiento de Rajoy será a los constitucionalistas en general . En La Moncloa explican que si bien las elecciones son autonómicas, se plantearán en realidad como una dicotomía: o ganan los separatistas o vencen los defensores de la ley. El adversario es claro: el independentismo, por mucho que la subida de Ciudadanos en las encuestas se haya convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los populares. No es el momento de dirigir la «artillería» contra el partido de Rivera, advierten, ni contra el PSC, sino de «movilizar» a todos aquellos catalanes que se oponen al golpe a la democracia. En La Moncloa se toma buena nota de algunas actitudes de Ciudadanos: «Nos apoyó en la aplicación del 155, pero nos ha dejado solos en la gestión». La respuesta, advierten, llegará más adelante.

Al mismo tiempo, el objetivo de Rajoy será «desmovilizar» al contrario, y así insistirá en mostrar las mentiras de los secesionistas, ya probadas, pero también advertirá del «daño cierto» que supone para Cataluña el independentismo. Los catalanes lo han sufrido en las últimas semanas: fuga de más de 2.500 empresas, deterioro económico, soledad internacional absoluta, expulsión de la Unión Europea, división social, fractura de la convivencia... Un balance negro que el Gobierno de Rajoy se encargará de mostrar , para que los votantes independentistas se lo piensen dos veces antes de volver a apostar por unas fuerzas que han sumido a Cataluña en el caos y han puesto «en riesgo su futuro».

«Hay esperanza»

«Hay esperanza, es posible derrotar a los separatistas. Si salen a votar todos los que apuestan por la convivencia para ganar al separatismo, este puede ser derrotado», aseguran.

El «relato» de Rajoy será básicamente ese. La principal diferencia que ve el Gobierno respecto a las autonómicas de 2015 es que hace dos años los independentistas podían prometer lo que quisieran , porque les salía gratis. Ahora, no. En este momento todos los catalanes han comprobado en un octubre funesto qué consecuencias tendría una independencia. Esa es la principal baza que tiene el Ejecutivo, y que piensa aprovechar a su favor.

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