Rajoy pide a Puigdemont que renuncie a sus «planes de división y radicalidad»

Muestra su «orgullo» por participar junto al Rey en la manifestación de Barcelona y asegura que «las ofensas de algunos no las escuchamos»

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el pasado domingo en Cotobade (Pontevedra) EFE
José Luis Jiménez

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Mariano Rajoy prefirió dejar pasar la manifestación del pasado sábado en Barcelona antes de responderle a Carles Puigdemont por las bravatas de su entrevista en el «Financial Times». Primero el luto y el homenaje a las víctimas, y luego la contestación del presidente del Gobierno al líder catalán, embarcado en su deriva secesionista. Ayer, desde el acto de apertura del curso político en Galicia, Rajoy volvió a pedirle que renuncie «a sus planes de ruptura, división y radicalidad», contra los que está «la mayoría de la sociedad catalana». «Pero esa decisión no está en nuestras manos», reconoció, «y sí la defensa de la soberanía nacional y la legalidad española y catalana», una postura «que no os quepa duda que así lo hará el Gobierno de España».

El de Cerdedo tenía que ser un mensaje centrado en la recuperación económica y la creación de empleo, además del enésimo aviso al Gobierno catalán para que desistiera de su proyecto soberanista -«algunas polémicas rancias que nada aportan a la convivencia deberían pasar al olvido»-. Los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils alteraron el discurso de Rajoy. «Han sido días muy duros para todos», admitió con pesadumbre, «y fueran de donde fueran, las víctimas son nuestras víctimas (...), y reivindicarlas hoy aquí es reivindicar a la humanidad frente al terror». Por eso, el sábado «estuvimos donde teníamos que estar», en referencia a la manifestación de Barcelona.

«Orgullo» junto al Rey

Rajoy destacó el «orgullo» de haber participado en ella junto al Rey, «expresando nuestro apoyo a las víctimas del terrorismo y nuesta solidaridad con todos los catalanes sensatos, moderados y respetuosos». «Y las afrentas de algunos no las hemos escuchado », mencionó para convertir en una suerte de anecdótica nota al pie el boicot instigado por grupos independentistas a su presencia junto a Felipe VI en la Ciudad Condal. Su entorno reconoció a ABC que la maniobra de los soberanistas no les sorprendió ni le generó una incomodidad especial al presidente del Gobierno, que antepuso su papel junto al jefe del Estado y las víctimas a cualquier confrontación política que se quisiera representar.

El presidente del Gobierno puso en valor la necesidad de que los partidos políticos respondan con unidad a la amenaza de los terroristas. «Las víctimas y toda la sociedad española merecen nuestra unidad», advirtió al resto de formaciones, «y necesitamos la unidad de todos para dar a jueces, policías y fiscales las mejores herramientas para hacer su trabajo». En la línea de lo expresado en su comparecencia en Moncloa del pasado viernes, Rajoy repitió que si «los asesinos cambian de métodos y conductas, debemos hacer lo mismo con el estado de Derecho, y para eso necesitamos unidad en las Cortes».

Aquí lanzó un dardo a la contemplativa izquierda española: « a los políticos no nos puede unir solo el dolor », sino también «la determinación a seguir haciendo frente a la amenaza». Traducido al castellano: menos postureo y más compromiso real para atajar el problema yihadista. «Porque los únicos responsables de los crímenes son los terroristas, y nadie más», zanjó dejando en fuera de juego la falaz argumentación de que el yihadismo tiene su supuesto origen en el actual modelo socioeconómico global y las desigualdades que genera.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, disparó más munición en esta dirección. «Aquí no hay ambigüedad ni equidistancia; aquí hay buenos y malos, asesinos y víctimas, los que matan y los que mueren, los de la sinrazón y los que tenemos toda la razón», por lo que «aquí no puede haber ni partidos ni ideologías, ni pequeñas batallas absurdas», sino que se exige anteponer a todo esto «las personas, la convivencia y la vida».

Feijóo -que también participó el sábado en la manifestación- se mostró más duro con el intento de utilización política de la tragedia de las Ramblas por parte de las autoridades catalanas. « Malditos aquellos políticos que dividen a la gente », pues incumplen «los dos mandamientos» del «noble arte de la política»: «nunca mentir y nunca dividir». «Nuestro corazón está con todos los catalanes», proclamó, «con los que quieren la independencia, con los que se reconocen nacionalistas, con los que respetan las normas y con aquellos a los que no les interesa la política».

Antituristas «radicales»

Mariano Rajoy tampoco quiso dejar pasar la oportunidad para referirse a otra de las polémicas de este verano: los ataques de algunos grupos de extrema izquierda contra turistas en varias ciudades españolas. «Ahora la nueva política consiste en meterse con el turismo», a pesar de que es un sector que ocupa en nuestro país a «más de dos millones de personas». «Tenemos una industria que no se agota en sí misma y que mejora la economía».

A su juicio, «quienes van contra el turismo son los mismos radicales y extremistas que solo saben hablar de fronteras en un mundo que no las tiene y que cada vez las tendrá menos». «Somos el país más acogedor del mundo y queremos seguir siéndolo, aunque le pese a algunos».

Presupuestos 2018

Tampoco desaprovechó la ocasión para lanzar un nuevo guante al resto de grupos políticos de cara a la negociación de los Presupuestos del Estado para 2018. «A todas las fuerzas que quieran trabajar lealmente por el interés general de los españoles, les invitamos a participar y negociar», porque el PP y el Gobierno no se van a «distraer de lo fundamental». «Vamos a seguir sabiendo cuáles son las prioridades y actuar en consecuencia». No se refirió a su obligada comparecencia ante el pleno del Congreso tras declarar como testigo en el juicio de la Gürtel, pero el mensaje iba encajado entre líneas.

Y como hace siempre que interviene en un acto del partido, Rajoy mandó un mensaje en clave interna para los suyos, mirando ya el no tan lejano horizonte de las elecciones municipales y autonómicas de 2019. «Os pido que no os canséis, que trabajéis e incorporéis a gente que tiene ganas» de participar en política. Porque «la palabra cansarse, en este partido, no existe». Quien quisiera realizar una hipotética lectura en clave sucesoria ya tendría la respuesta de Rajoy: él no está cansado.

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