Curri Valenzuela

Pacto a pacto, tan contentos

Gobiernan día a día. «Sin pensar todavía en la cena a la hora de la merienda», puntualiza la vicepresidenta.

Curri Valenzuela
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Gobiernan día a día. «Pacto a pacto», le gusta decir a la ministra de Empleo, Fátima Báñez. «Sin pensar todavía en la cena a la hora de la merienda», puntualiza la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría. Pero están contentos. El pasado jueves 22 los trece ministros de Mariano Rajoy se reunieron para celebrar la Navidad con el presidente y su esposa, como de costumbre. Los siete que repiten y los seis nuevos. Nueve de ellos con sus cónyuges, todos excepto los titulares de Fomento e Industria, Íñigo de la Serna y Álvaro Nadal, ambos recientemente divorciados, y las dos mujeres que permanecen solteras, Isabel García Tejerina y Dolors Montserrat.

El ambiente en el comedor de gala de La Moncloa no admitía comparación al de las Navidades pasadas, en ese mismo escenario, En vísperas de la Nochebuena de 2015, pocos días después de la pírrica victoria lograda por el PP el 20-D, parecía difícil que Rajoy fuera a ser investido presidente

; más aún que en caso de formar gobierno este resultara ser monocolor como ha sucedido, todos sus miembros compañeros de partido y de fatigas, viejos conocidos del presidente.

Dastis ya estuvo con Aznar

Hasta el titular de Exteriores, Alfonso Dastis, de quien se ha dicho que fue nombrado ministro porque Rajoy le conocía de las cumbres en Bruselas, resulta que trabajó en La Moncloa, como asesor internacional de Jose María Aznar, cuando el hoy su jefe ejercía de vicepresidente.

Otras elecciones en verano de por medio, la amenaza constante de acudir a las urnas una tercera vez, la grave crisis del PSOE y varios factores más han contribuido a que, pese a gobernar en minoría, en el Gobierno actual se viva la situación política con optimismo. También con confianza plena en su presidente. Los que repiten no paran de recordar la de veces que en el último año escucharon a Rajoy pedirles calma –«tranquilos, que al final todo saldrá bien»– cuando cundía entre ellos el desánimo. Lo natural mientras escuchaban predecir el descalabro del PP en gran parte de los medios de comunicación.

Buena parte del optimismo gubernamental se basa en la capacidad de acuerdos demostrada por los nuevos dirigentes socialistas, dispuestos a pactar tal como Rajoy consideraba indispensable hace ahora un año ante la imposibilidad de que al PP le bastara el apoyo de Ciudadanos para tener la mayoría en el Congreso. «No sabemos si lo hacen para que no se convoquen nuevas elecciones, para poder vender las mejoras en política social como logros suyos o las dos cosas. Pero lo hacen», afirma un ministro. Aunque la negociación sobre los nuevos Presupuestos no ha comenzado aún formalmente, en el aire se respira consenso desde que a mediados de diciembre el PSOE votó a favor del techo de gasto presentado por Cristóbal Montoro.

Rajoy y Rivera

Cierto es que los socialistas dan la campanada en casi todos los plenos votando en contra de proposiciones no de ley que instan al Gobierno a anular reformas como la Laboral o la del Tribunal Constitucional. En voz baja, sin embargo, los portavoces del PSOE hacen saber a los del PP que su denuncia se quedará en papel mojado, por lo que el Ejecutivo no se inquieta, como tampoco se molesta porque Ciudadanos se sume a esas iniciativas para mostrar su descontento con el poco caso que les hace quienes ejercen el poder gracias a ello. Cada malentendido se zanja en unos minutos de conversación de Rivera con Rajoy.

Hay ministros que confiesan que pactar con el PSOE les es más fácil que con Ciudadanos por la propia dinámica parlamentaria, a la que los de Rivera son ajenos. El de Industria, Álvaro Nadal, por ejemplo, acordó con los socialistas el contenido del decreto Ley sobre el bono energético porque este grupo fue el único que respondió a su requerimiento por escrito para hacerlo. «Tanto decir que en esta Legislatura se iba a gobernar desde el Parlamento y al final se gobierna donde siempre», reflexiona Nadal.

Otro motivo más para que sus compañeros brindaran con buen cava en la cena de Navidad celebrada en el lugar que sigue ocupando el centro del poder.

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