Un narco madrileño huye mientras iba al baño en un permiso para visitar a su mujer

Vicente Lamarca estaba custodiado por dos agentes cuando pidió ir al aseo y se fugó por la ventana

Madrid Actualizado: Guardar
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El pasado 5 de enero, Rafaela, una anciana de Majadahonda, esperaba ansiosa la visita de su hijo, el narcotraficante madrileño de guante blanco Vicente Lamarca Sánchez. Pese a que hasta la fecha nada se ha escrito sobre él, este economista de 53 años lideraba una organización criminal que ha introducido en España miles de kilos de cocaína desde Sudamérica.

Lamarca, que estaba en prisión provisional a la espera de juicio, consiguió un permiso del juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu «para visitar a su madre durante el mínimo tiempo imprescindible».

Dos guardias civiles lo trasladaron desde la prisión de Navalcarnero hasta Majadahonda. En el domicilio le esperaba no su madre, sino su esposa, con la que disfrutó de un desayuno ante la atenta mirada de los dos agentes que lo custodiaban, dada su relevancia criminal.

A las 10.20 de la mañana, el narco pidió permiso para ir al baño. Los agentes accedieron, aunque dejaron la puerta del aseo entreabierta, para, sin entrar con él, poder vigilarlo mientras hacía sus necesidades. Pero, súbitamente, Lamarca abrió la ventana del baño y, de un salto, huyó.

Los guardias salieron tras él, pero no lo localizaron. Una fuga de película, sin el túnel del Chapo Guzmán -que sería detenido en México cuatro días después de estos sucesos-, pero de película. Desde entonces hay un dispositivo especial de seguridad para detenerlo que, de momento, no ha dado frutos.

A las 13.50 horas de ese mismo día, el Centro Penitenciario de Navalcarnero envió un fax a la Audiencia Nacional en el que comunicaba al magistrado «la evasión del interno cuando se encontraba disfrutando del permiso extraordinario». Así lo refleja el auto de busca y captura que dictó el titular del Juzgado Central de Instrucción número cuatro nada más recibir la comunicación de la cárcel.

Custodia permanente

El juez Andreu ha cargado contra la Guardia Civil. Sostiene que concedió el permiso, pero con «las pertinentes medidas de seguridad que garanticen su sujeción (...) debiendo ser custodiado en todo momento por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».

Fuentes de la Benemérita confirman a ABC la secuencia de los hechos, así como la apertura de un expediente disciplinario a los dos agentes encargados de la custodia del narcotraficante. El juez Andreu también apunta en su auto hacia Instituciones Penitenciarias, al incidir en que el permiso se concedió «previo acuerdo favorable de la Junta de Tratamiento del Centro Penitenciario de Navalcarnero». Desde Prisiones insisten en que los presos solo salen de las cárceles «cuando lo ordena un juez».

La concesión del permiso también irritó a la Guardia Civil, cuyos equipos Antidroga fueron los que detuvieron a Lamarca. Y no solo una vez, sino dos. El ahora fugado fue arrestado en enero de 2013 tras introducir 425 kilos de cocaína por el puerto de Valencia, según el escrito de calificación de la Sección Antidroga de la Fiscalía Provincial.

Eludió la prisión con una fianza de 50.000 euros y aprovechó su libertad para meter en España otros 606 kilogramos de droga repartidos entre el mismo puerto levantino y el de Cádiz. Otra vez lo arrestó la Guardia Civil, en una operación en la que un agente estuvo a punto de ser atropellado por uno de los integrantes de la banda. El juez lo envió a la cárcel, sin posibilidad de fianza y ya con 1.031 kilos de coca a sus espaldas.

En este contexto, Andreu concedió un permiso penitenciario el pasado día 5 que el narco Lamarca se tomó como un regalo de Reyes (este diario intentó sin éxito ponerse en contacto con el juez para ampliar la información sobre los motivos del permiso). Vicente Lamarca no responde al arquetipo de narcotraficante. Es economista y dirigía su banda desde el despacho de su exmujer en Majadahonda, Asesorías Pelayo, sin el conocimiento de ésta.

Lamarca «lideraba una organización encargada de facilitar la introducción de la cocaína» en España. Estaba especializado en fabricar la documentación necesaria para pasar los trámites aduaneros e incluso utilizaba el nombre de empresas que nada tenían que ver con los cargamentos.

Así, en marzo de 2014 introdujo dos contenedores en el puerto de Valencia que traían, oficialmente, bananas de Guayaquil (Ecuador). Uno de ellos contenía en un doble fondo 123 pastillas de cocaína de un kilo cada una. Lamarca hizo pasar la carga como si fuera para los supermercados Ahorramás, que nada tienen que ver en este asunto. Simultánemente llegó otro contenedor a Cádiz con 105 kilos de droga ocultos en bobinas de papel.

En mayo del mismo año introdujo otros cuatro contenedores. El Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil siguió los convoyes hasta su destino final y desarticuló la banda, que contaba con un laboratorio para cortar la cocaína. Se incautaron de 606 kilos de esta droga y detuvieron a 28 personas, entre ellas el líder. En la operación de 2013, Lamarca había colado en Valencia los 425 kilos de coca antes citados. Provenían de Paraguay y estaban mezclados en un cargamento de carbón vegetal. Solo por esta operación la Fisclía pide para el fugado 14 años de cárcel.

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