Diego Torres, exsocio de Urdangarín
Diego Torres, exsocio de Urdangarín - EFE
CASO NÓOS

«En mi mundo las cosas son así»

Recreación del interminable interrogatorio de Diego Torres, socio de Iñaki Urdangarín en el Instituto Nóos

Madrid Actualizado: Guardar
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«En mi mundo las cosas funcionan así. Hacemos inteligencia de mercado para detectar las necesidades de nuestros clientes a partir de la identificación de investigaciones académicas relacionadas con el campo. Verificamos que existe el problema, implementamos las soluciones adecuadas y finalmente, claro está, cuando el servicio está cumplido, las empresas presentan las facturas tras contabilizar las hojas de imputación de gastos de sus empleados, que obviamente se abonan a precio de mercado; qué digo a precio de mercado, por debajo del precio de mercado…

En cada evento que organizaba el Instituto Nóos se implicaba la mayor parte de los trabajadores de nuestras empresas, por lo que había que hacer una imputación de los costes y de ahí la facturación cruzada entre las sociedades, que por supuesto tenían vida propia porque cada una estaba especializada en una materia: consultoría estratégica deportiva, investigación de mercado… Todo muy ético y legal. Otra cosa es que tuviéramos subempleados, personas que estaban contratadas pero que no tenían trabajo en algunos momentos, pero no les rescindíamos el contrato por aquello de la optimización fiscal derivada de las amortizaciones de plantilla según nos explicó Miguel Tejeiro, que es el responsable de todo lo referente al ámbito financiero y fiscal, que yo de eso no sé nada, que mi mundo es el de la consultoría y los patrocinios, ámbito de conocimiento este último en el que soy experto, porque de ello versó mi tesis doctoral…

Y es que el Instituto Nóos es precisamente una asociación de académicos que han trabajado durante muchos años en este tema, generando un gran conocimiento; más aún que ha cambiado la sociedad en este aspecto y que estaban todos en el comité científico del institituto; ojo, no confundir con los socios numerarios y supernumerarios, ni con la junta directiva, sí, en la que estaba Doña Cristina y Carlos García Revenga, secretario de las Infantas, que todo estaba supervisado por la Casa Real… Pero también estaba el comité de dirección, cuyas convocatorias eran mucho más flexibles y tomaba las decisiones.

Y claro que en las oficinas del Instituto Nóos trabajaban los empleados de nuestras empresas, porque lo primero que aprendí en consultoría, estratégica claro está, es que el consultor trabaja en casa del cliente, en este caso el Instituto, y si los consultores eran de nuestras empresas era por ser los más capacitados para hacer el trabajo, no se vaya a pensar usted que es porque nos contratáramos a nosotros mismos sin reflexionar antes en la junta directiva… ya sabe, en la que estaba García Revenga

Porque nosotros ideamos los eventos, el Valencia Summit y el Illes Balears Forum, y vimos receptividad en las administraciones que los veían como una gran oportunidad para desestacionalizar el turismo especialmente en Baleares aprovechando las sinergias entre deporte y turismo, un asunto clave. Pero cuando hablamos con ellos ya teníamos el proyecto muy desarrollado, claro está.

Diseñamos el plan estratégico y el observatorio de recogida y análisis sistemático de información de patrocinios de turismo y deporte, a nivel mundial por supuesto, pero nosotros verificamos y precisamos para hacer el seguimiento.

Y lo de los Juegos Europeos fue una pena que Valencia al final desistiera, ya se sabe lo que ocurre con los cambios de Gobierno, vimos que el nuevo no tenía la misma receptividad y claro, se aprovechó de ello Bakú, que fue la que se llevó la sede de este evento deportivo de segundo nivel, que había sido idea de Miguel Zorío y oiga, seis millones de euros por este trabajo no me parece mucho

Y fíjese si lo de los eventos era interesante que estaba inspirado metodológicamente en el Foro de Davos, nada menos, y ellos decían que Baleares podía convertirse en un pequeño Davos, que en mi mundo las cosas son así»…

Diego Torres, el cerebro del Instituto Nóos y socio de Iñaki Urdangarín, licencias estilísticas al margen, declara más o menos así. Con convencimiento. Inasequible al desaliento. Un punto soberbio; a veces, hasta faltón. Hasta hoy mismo, la presidenta del tribunal, Samantha Romero, se lo había tolerado. Parece que al fin han cambiado las cosas… »

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