Rutas de acceso de la inmigración ilegal a Europa
Rutas de acceso de la inmigración ilegal a Europa - ABC

La inmigración irregular desde el norte de África creció un 42% en el segundo trimestre

Frontex refleja que la mayoría de los intentos son por mar, no a través de la valla de Melilla

Madrid Actualizado: Guardar
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A pesar de que los grandes flujos de inmigración subsahariana parecen haberse desplazado y tratan de entrar a Europa desde Libia, por entender que hay menos posibilidades de ser devuelto a sus países que si lo hacen a través de Marruecos, esta última ruta que enlaza directamente con España registró entre abril y junio un volumen de entradas irregulares un 42% superior a la computada en el trimestre anterior.

En concreto, se pasó de 1.408 accesos detectados a casi dos mil -exáctamente 1.994-, en su mayoría de personas procedentes de Guinea y de Costa de Marfil que cruzaron hasta la Península principalmente por mar (1.878) y muchos utilizando documentación falsa, o por tierra, a través de las vallas de Ceuta y Melilla (116).

Los datos figuran en el último informe de análisis de riesgos hecho público en noviembre por Frontex -la agencia que se ocupa de la gestión de las fronteras exteriores de la UE- dentro del que se subraya que en los mencionados meses de abril a junio de este 2016, nuestro país ha comunicado «la presión migratoria irregular más alta» contabilizada en un segundo trimestre de año desde que la institución recopila datos, allá por 2008.

En la comparación interanual, son un 15% más que en 2015, y están por ver las estadísticas finales del periodo siguiente julio-septiembre, de las que ya hay un dato disponible: en ese tiempo, solo por mar habrían ingresado en España 2.905 inmigrantes, el doble que en el mismo plazo del año pasado.

Guineanos y marfileños

A falta del cierre de las tablas oficiales, en números totales, en lo que va de año han burlado la vigilancia de las autoridades españolas por la frontera sur 3.402 personas (20,2 más que en 2015), a las que hay que añadir otras 168 -también mayormente guineanos marfileños- que lo han hecho accediendo a las Islas Canarias.

Esa cifra es un 32% superior a la de los 114 accesos irregularse que se habían detectado a igual fecha de hace un año, pero aún así queda a inmensa distancia de los 32.000 subsaharianos que llegaron al archipiélago en 2006 en cayucos o «barcos negreros». En dos décadas, del 1994 a 2014, fueron 210.000.

Estas vías, la de Marruecos y la de las Islas Canarias -denominadas rutas respectivamente del «Mediterráneo oeste» y de «África Oeste» por Frontex- constituyeron durante mucho tiempo el gran coladero inmigratorio de Europa.

Eran tiempos de «inmigración económica» de quienes salían en busca de una vida mejor. Frente a ellos, la cooperación con el Reino alauí y la suma de patrullas costeras, el Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) y los acuerdos bilaterales con países de origen como Senegal, Mauritania, Nigeria, Guinea Bissau-, unida a la intensificación de los controles en los puertos han hecho su trabajo disuasorio. A lo que, según Frontex, también contibuyó «el aumento del desempleo en España» como elemento desincentivador.

Hoy la inmigración es más «política», gente que huye de conflictos y que, por mucho que en el segundo trimestre de este año hayan batido marcas en su llegada a España a través de Marruecos, en conjunto representan solo un 2,8% de los 75.044 que se detectaron en ese plazo en toda Europa. Cifra esta que, por cierto, rebaja en un 52% la equivalente de 2015, cuando los cruces ilegales de las fronteras exteriores de la Unión alcanzaron los 167.992

La ola Libia-Italia

Y es que, si alguna vez la inmigraciónpor nuestro país constituyó una preocupacion para las autoridades de la UE, ha quedado completamente eclipsada por el fenómeno crítico de los refugiados de 2015.

Solo en el último trimestre de ese año ingresó en territorio comunitario casi un millón de personas de forma irregular, la mitad de ellos por la ruta oriental de los Balcanes (466.783 personas) y la otra mitad a través de Turquía (483.910).

En el segundo trimestre, Frontex refleja que los accesos irregulares por esas vías se han contenido hasta reducirse a 11.102 y 8.818 respectivamente, aunque a cambio el número de los que han cruzado de Libia a Italia por el Mediterráneo ha pasado de 18.776 en el primer cuarto de 2016 a 51.450.

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