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Pedro Sánchez, junto a los barones territoriales del PSOE en 2015 - EFE

Los barones del PSOE se dividen en su estrategia tras su fracaso ante las bases

Felipe González felicita a Sánchez y reconoce estar «en minoría»

Madrid Actualizado: Guardar
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No hay noticias de Pedro Sánchez desde la noche del domingo tras su victoria en las primarias. El secretario general electo está midiendo muchos sus primeros pasos y se encuentra centrado en dar los pasos precisos para lograr que el próximo Congreso Federal (16-18 de junio) no se convierta en una nueva batalla interna. En ese cónclave será designado formalmente y también deberá aprobarse la nueva Ejecutiva. Y lo cierto es que va camino de conseguirlo. Tras su derrota en las primarias empieza a quedar patente que ya no existe unidad de acción entre Susana Díaz y los barones que la apoyaron.

Esta semana se celebran los congresos regionales extraordinarios para elegir a los delegados que cada federación enviará al 39 Congreso.

La pugna podría seguir abierta y los barones podían resarcirse tratando de lograr la mayoría de los casi 1.000 delegados y estrechar el margen de maniobra de Sánchez. Se trata de un proceso mucho más orgánico y en el que participa una militancia mucho más movilizada, por lo que pese a su derrota el domingo los líderes territoriales podían tratar de vencer a Sánchez. Además, según recoge el reglamento precongresual, en caso de haber dos listas, la ganadora logra la mitad más uno de los delegados.

Pero hay dirigentes que prefieren aparcar por el momento sus recelos hacia Sánchez. La federación extremeña, liderada por Guillermo Fernández Vara, y la asturiana de Javier Fernández han acordado que la lista de delegados de sus territorios tenga una composición proporcional al resultado de las primarias. El líder valenciano, Ximo Puig, señaló en la misma línea que sería bienvenida «una mayor cohesión entre los socialistas valencianos» en los procesos que vienen. Sin embargo esta decisión no la comparten ni la propia Susana Díaz ni el presidente de Aragón, Javier Lambán. Aunque los dos se han puesto a disposición de Sánchez, no comparten la idea del acuerdo previo para la elección de delegados. «Desvirtuaría el proceso e inhabilitaría a los militantes para elegir a quienes les van a representar», dijo ayer Lambán. Díaz por su parte tampoco es partidaria. Sánchez logró el 30% de apoyo en Andalucía, pero si se presentan listas separadas y no llega al 20%, según el reglamento, no tendría ningún delegado por Andalucía. En ese Congreso no se puede votar contra la Ejecutiva, pero sí puede haber un voto en blanco que se interprete como voto de castigo.

Por otro lado, ayer Felipe González aprovechó para «felicitar públicamente» a Sánchez. Al ser preguntado por si siente que ya no es un referente para la militancia fue claro: «Estoy en minoría, como otras veces», pero añadió que «hay que apoyar a la mayoría». El ex presidente del Gobierno pidió hacer «un buen congreso y salir con un proyecto sólido».

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