María Dolores de Cospedal, en el Foro ABC
María Dolores de Cospedal, en el Foro ABC - Jaime García

Cospedal: la que hizo de dos despachos su morada

La «ejequesa» del eje Madrid-Toledo no comparecía desde el 21 de enero, por lo que había una gran expectación

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Había tanta expectación en la puerta del Casino, tanta gente (bueno, periodistas), que hasta unos hinchas del Schalke 04 se pararon un rato en la acera. Pensarían que iba a llegar Raúl. Pasaban los autobuses turísticos y sus ocupantes se quedaban mirando. Cuando llegó Esperanza Aguirre, la turbamulta de cámaras la rodeó. Pero escapó. Llegaba con el cuello envuelto en una pashmina de color verde a juego con su vestido verde, negro y tostado. Y, vaya, no estaba la calorina para pashminas. Antes había entrado en el edificio de la calle de Alcalá la exministra Ana Palacio. «¿Viene al foro de ABC?», le preguntó el portero. «No, a la Fundación España-Estados Unidos». Pero se encontró por las escaleras con Elvira Rodríguez, que sí iba a lo de Cospedal (ambas fueron ministras de Aznar).

Cuando apareció Cospedal, el tumulto fue el mismo. Hablar no habló, como Esperanza, pero ella no salió indemne. Nada más poner un pie en el Casino, alguien la pisó por detrás y le sacó el zapato destalonado. Se paró a ponérselo y a dolerse. Llevaba una chaqueta azul de rayas, un vestido blanco (ya es primavera en Génova) y unos zapatos bicolores. Tricolores si contamos la suela roja. La más lista de todas es Cristina Cifuentes, que siempre llega tarde y se evita esos tumultos.

Ya en el Salón Real, Esperanza Aguirre entró como un toro interrumpiendo conversaciones. «Edurrrrne, ya he visto cómo te metes conmigo», se dirigió a Edurne Uriarte. Cospedal se referiría luego a Aguirre en su discurso así: «La presidenta de mi partido en Madrid». Le faltó un «De momento». Más tarde respondería sobre ello: «Ha habido un acuerdo y está zanjado». Cospedal, política de media melena (una señora señalaba que no tiene que llevar más largo el pelo porque si se apoya en los hombros el cuello se acorta), parece más rubia. Más que Soraya, menos que las candidatas. Porta un anillaco en el meñique derecho. Hay interpretaciones de anillos (en serio) que sostienen que llevarlo ahí indica unas grandes capacidades de comunicación unidas a un gran poder de persuasión. Será todo en diferido.

Cospedal no había (no ha) comparecido en rueda de prensa desde el 21 de enero en Génova. Y el viernes el comité nacional del PP había «dedalizado» a Aguirre y Cifuentes. Así que había calostros en forma de expectación. Su discurso fue sobre generalidades nacionales y logros en Castilla-La Mancha. Ya en el coloquio sí tuvo que responder. Rivera había dicho que cada vez que Floriano y Cospedal los criticaban subían en las encuestas. Tomando el relevo, Cospedal contestó sobre la responsabilidad del PP en la subida de Ciudadanos. Los llamó «Ciutadans». Floriano (niano) escuchaba muy atento. «¿Y es que no es un partido catalán?», se preguntó. A las cuatro y media, Aguirre, Cenicienta de sobremesa, se fue. Cospedal hablaba de corrupción («Una no puede saber las cosas antes de que sean públicas. Y cuando no se sabían no se sabían»). El vino lo puso el Gobierno de Castilla-La Mancha. Cospedal es «ejequesa» del eje Madrid-Toledo. Secretaria, secretaria, la que hizo de dos despachos su morada. Ángel Expósito, al que faltó ponerse una peluca de Sandro Rey, le leyó el futuro: «Va a dejar de ser secretaria general».

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