Academia de Roquetas de Mar (Almería) implicada en la operación Edu Costa
Academia de Roquetas de Mar (Almería) implicada en la operación Edu Costa - EFE
TESTIGOS DE LA UDEF

«Nos metieron en un prostíbulo para no alquilar un local»

Las declaraciones de los almunos ponen de manifiesto el descontrol y la falta de utilidad de gran parte de los cursos de formación de Andalucía

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La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional (Udef) está tomando declaración a varios alumnos de los cursos de formación que ponen de manifiesto el descontrol y la falta de utilidad de gran parte de esas actividades pagadas con dinero público en Andalucía.

En diciembre pasado, un parado que hizo un curso de «soldador alicatador» impartido por una empresa de Huelva dejó asombrados a los agentes de la Udef ante los que prestaba declaración. El lugar donde se impartía el curso era un antiguo prostíbulo en el que aún había hasta preservativos tirados. Una de las preguntas que los agentes hacen a estos testigos es si consideran adecuadas las instalaciones donde se impartió el curso de formación en el que participaron: «Era un salón sin calefacción y solo había una pizarra y unos pupitres.

No estaba muy limpio e incluso había una mesa de billar. Me dio la sensación que nos metieron en ese lugar para ahorrarse el alquiler de un local». El alumno confirma que en la «parte delantera» había un conocido «local de alterne», que iba a ser reconvertido en residencia de ancianos.

Es más, el testigo relata a la Udef que llegaron a encontrarse «preservativos donde se daba el curso, lo que nos hizo pensar que eran las habitaciones donde dormían las prostitutas». Este hombre describe que el local donde se impartía el curso de solador y alicatador como «una aldea chiquitita, con calles y casitas pequeñas, como habitaciones de hotel, una al lado de la otra».

Hay más, porque el testigo dice a la Policía que en el mismo terreno había un chalé «que tuvimos que arreglar para que viviese la directora y su hija». Se refiere a la responsable de la empresa, que se embolsó más de 200.000 euros por impartir estos cursos de formación y, en lugar de pagar para que le reformaran la casa, cobró por los «alumnos» que hicieron ese trabajo.

Otro testigo que declaró el pasado mes de enero confirmó que el lugar había sido un prostíbulo, situado tras una conocida gasolinera onubense. Este realizó un curso de pintor en el que eran «diez u once alumnos». Esta improvisada cuadrilla se sintió «explotada» porque «nos usaron para arreglar el complejo». Da detalles concretos: «Los alumnos de jardinería arreglaron todos los exteriores, los camareros montaron la cafetería y nosotros tuvimos que pintar todo el complejo».

Residencia de ancianos

Este exalumno también confirma al testigo que le precedió en lo que se refiere a que, además del antiguo burdel que iba a convertirse en residencia de ancianos, «tuvimos que arreglar una casa que estaba arriba del complejo y que al parecer era para la mujer que llevaba el curso». Denuncia que no les dieron «ni libros ni apuntes», aunque el profesor «era muy bueno». Insiste en que se aprovecharon de ellos para «arreglar todo el complejo» y denuncia más irregularidades.

La empresa que imparte el curso subvencionado se compromete a un número mínimo de contrataciones entre sus alumnos: «Todos los que contrataron fueron despedidos en breve y ni siquiera les llegaron a pagar. Ninguno de los que hicimos el curso llegamos a trabajar», aseguró el testigo a los agentes del Grupo Primero de la Sección de Investigación de la Seguridad Social de la Udef.

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