María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy
María Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy - EFE
ELECCIONES GENERALES

Investidura del presidente: hacia las negociaciones más largas en 40 años

El Rey no tiene plazo para designar al candidato a presidente del Gobierno

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La composición del Congreso el próximo 13 de enero es la primera parada en el calendario de formación del próximo gobierno, y también la única. El artículo 99 de la Constitución española establece que una vez elegido el presidente del Congreso, el Rey comenzará a llamar a los líderes de las distintas fuerzas parlamentarias para conocer los apoyos y proponer un candidato a presidente del Ejecutivo, pero no fija al Monarca un límite de tiempo para hacerlo. Juan Carlos I solventaba esta tarea en unos quince días pero, sin duda, el escenario político tan fragmentado que han dejado las elecciones dilatarán esta labor. Y es que del Rey dependerá la celeridad del proceso pero solo en parte ya que el complejo resultado hace necesarios el establecimiento de pactos y negociaciones a varias bandas que con toda seguridad demorarán el proceso.

Suárez, el más raudo

Todo apunta así a que el próximo presidente será el que más tardará en ser investido en lo que llevamos de democracia. Hasta ahora, el presidente que más ha tardado en recibir la confianza del Parlamento después de unas elecciones, ha sido José María Aznar. Tras las elecciones del 12 de marzo de 2000 en las que ganó por mayoría absoluta, pasaron 45 días hasta su investidura el 26 de abril, por cuestiones estratégicas ya que tenía apoyo suficiente para haber convocado la votación de confianza mucho antes.

Por contra, el presidente más raudo en ser designado fue Adolfo Suárez, con solo 29 días de diferencia entre los comicios del 1 de marzo de 1979 y su investidura el día 30 de ese mismo mes. Y ello pese a que no obtuvo mayoría absoluta en las elecciones, sino una mayoría simple de 168 diputados que le obligó a buscar el apoyo de otros cuatro partidos: Coalición Democrática -el germen del actual PP-, Partido Nacionalista Vasco, Partido Aragonés y Unión del Pueblo Navarro.

Era la primera legislatura y la voluntad de consenso impregnaba la vida política. Hoy son otros tiempos. El plazo medio de investidura en las distintas legislaturas se sitúa en 33 días.

Una vez que el candidato sea propuesto por Felipe VI, la Constitución vuelve a marcar plazos. El elegido deberá exponer al Congreso de los Diputados el programa político de su Gobierno y solicitar la confianza de la Cámara, obteniendo el apoyo de la mayoría absoluta de sus miembros (176 votos). Si no lograra este respaldo, volverá a convocarse la votación cuarenta y ocho horas después, y el candidato a presidente del Gobierno podrá alzarse con el título si obtiene la mayoría simple, esto es, si obtiene más votos a favor que en contra.

Si en el plazo de dos meses, el candidato no hubiera obtenido la citada mayoría, el Rey disolverá las Cortes y convocará elecciones. En este escenario, los populares creen que obtendrían un mejor resultado. «Votantes del PP que se han ido a Ciudadanos para castigarnos, pero que quieren que gobernemos, y cuentan con una coalición del PP y Ciudadanos volverían a darnos su apoyo si hubiera que repetir las elecciones», vaticina un diputado popular. La voluntad de consenso de la primera legislatura, ausente hoy, será necesaria para que el proceso de formación de gobierno o de decisión de nuevas elecciones no se alargue más de lo razonable y alimente la inestabilidad política.

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