Elecciones - Catalanas

Los 10 momentos clave de la campaña electoral

La campaña del 27-S ha estado marcadas por las advertencias de distintas instituciones, desde los bancos hasta Obama, sobre los riesgos de la separación

Debate entre Margallo y Junqueras
Debate entre Margallo y Junqueras - Efe

La campaña de las elecciones del 27-S, planteadas por Artur Mas, número 4 de Junts pel Sí como un plebiscito sobre la independencia de Cataluña, ha estado marcada por las numerosas advertencias de distintas instituciones sobre los riesgos de la separación. Desde los bancos hasta el presidente de Estados Unidos. Estos son los momentos más destacados de los 15 días que ha durado (oficialmente al menos) la carrera electoral:

Diada: comienza la campaña

La concentración soberanista convocada en Barcelona con motivo de la Diada del 11 de septiembre se convirtió en una expresión de apoyo a las candidaturas que defienden la independencia en las elecciones. La Diada coincidió con el inicio de la campaña electoral. Por cuarto año consecutivo, el independentismo tomó la calle en una demostración de fuerza de las entidades soberanistas y las candidaturas de Junts Pel Sí. Artur Mas no asistió a la marcha, pero sí quiso capitalizar a su favor el «orgullo, la confianza y la ilusión» por la concentración y pidió al Estado que abandone el «orgullo imperial».

El día después del 27-S

¿Qué hacer a partir del 28-S? Según documentos internos a los que accedió ABC, el elemento primordial para conseguir la secesión de España es dejar de pagar impuestos al Estado. «El elemento clave que nos va a permitir ejercer y mantener nuestra independencia será la recaudación de todos los impuestos por parte del Gobierno de Cataluña», sostiene la hoja de ruta con la que trabaja la candidatura de Junts pel Sí, integrada por Convergència (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y miembros de la llamada «sociedad civil». La hoja de ruta separatista dice que «las acciones han de tener un marcado carácter propagandista. No son acciones para tomar las infraestructuras como si estuviéramos en un golpe de estado». «Es decir», añade, «no hemos de asaltar la Delegación de Hacienda de Letamendi, sino hacer una cadena humana delante (por ejemplo) el día que la Generalitat ordene pagar los impuestos a Cataluña».

Los líderes occidentales desmontan a Mas

Barack Obama, Angela Merkel, David Cameron, François Hollande y Jean-Claude Juncker. La ofensiva diplomática desplegada por el Gobierno para frenar los movimientos independentistas de Artur Mas ha dado sus mejores frutos en las últimas semanas, con el respaldo que los principales líderes mundiales están ofreciendo a una España unida. Si hace un par de años la respuesta de muchos de los gobernantes europeos a las preguntas sobre una posible independencia de Cataluña solía limitarse a señalar que se trataba de un asunto interno de España, en esta ocasión los dirigentes de Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Francia y la Comisión Europea se han mostrado rotundos. Los independentistas han centrado buena parte de sus esfuerzos en Europa, con la intención de buscar apoyos para que, una vez alcanzado su objetivo, Cataluña siga formando parte de la UE. No lo han conseguido.

Bofetones de los medios internacionales

Una de las entrevistas más comentadas de toda la campaña fue la que concedió el cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, a la BBC. El entrevistador de la cadena británica Stephen Sackur, muy incisivo, subrayó que Cataluña debería pedir y negociar su entrada en la UE si se independiza y que la Constitución española no prevé la ruptura. Incluso recomendó a los dirigentes independentistas que «se aclaren», pues según recordó, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, Jordi Sánchez, admitió que se produciría esa expulsión. En la rueda de prensa que ofreció Artur Mas a los correponsales extranjeros con motivo de la Diada, las preguntas se centraron en la viabilidad de una declaración unilateral de independencia solo con una mayoría de escaños y sobre la previsible salida de la UE en caso de separarse de España. Meses atrás, el presidente catalán ya había pasado algún que otro apuro al ser entrevistado en CNN Internacional.

«Deja de ser parte de la UE»

«Si parte de un Estado miembro deviene independiente deja de ser parte de la UE, pasa a ser un tercer Estado, y los tratados europeos dejan de serle de aplicación. Lo viene expresando la Comisión Europea ya desde 2004». El respaldo internacional al Gobierno de España ante el desafío independentista de Mas se hizo aún más fuerte cuando la Comisión Europea repitió de forma muy clara una advertencia que los secesionistas prefieren no escuchar: si Cataluña se independizara saldría de la Unión Europea de forma automática y tendría que ponerse a la cola para solicitar su adhesión. Pese a esta aviso, el número 1 de Junts Pel Sí, Raül Romeva, todavía intentó sostener los contrario por Twitter. Por esa misma vía, el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, le dejó claro que «la Comisión Europea tiene un mensaje único sobre España».

La banca, contra la secesión

Todos los bancos y cajas con presencia en España asumieron que tendrían que abandonar Cataluña en caso de independencia. Cataluña quedría «excluida de la zona euro» y abocada al corralito. Ana Botín, Francisco González, Isidro Fainé, Ángel Ron, José Oliu, José Ignacio Goirigolzarri... todos coinciden en el mismo diagnóstico: una declaración unilateral supondría la inmediata salida de la Unión Europea para Cataluña, y la pérdida del euro como moneda común, circunstancias que pondrían en peligro sus cifras de negocio.

Movilización de los líderes de los partidos

Los líderes de los principales partidos nacionales se han empleado a fondo en la campaña de las elecciones catalanas. El pasado domingo, en el ecuador de la carrera electoral, los líderes nacionales de PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos coincidieron todos en mítines. Esta coincidencia se repitió el miércoles de la última semana de campaña y el último día. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, acompañó en el cierre de campaña al candidato del PP, Xavier García Albiol, en un acto al que también acudió el expresidente de Francia Nicolás Sarkozy. Pedro Sánchez, del PSOE, ha acompañado a Miquel Iceta en numerosos mítines, igual que Albert Rivera e Inés Arrimadas en Ciudadanos.

«Corralito» en Cataluña

El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, alertó de que existe «riesgo» de corralito si Cataluña se independiza. Escenarios con «tensión grave», recordó, pueden derivar a esa situación. La independencia supondría la «automática» salida de la Unión Europea y de la zona del euro, por lo que no tendría acceso a la liquidez que facilita el Banco Central Europeo (BCE). Como respuesta, Artur Mas amenazó con que Cataluña no asuma el pago de su parte de deuda pública española si el Estado no se aviene a negociar la independencia: «No hay más remedio que ponerse de acuerdo. España se juega mucho. ¿Os imagináis que no hubiera acuerdo con la deuda pública española? ¿Cómo afrontaría su deuda si no hay acuerdo de tal manera que Cataluña no asuma una parte?».

Margallo-Junqueras

El debate qué más atención recibió fue el que enfrentó al ministro de Exteriores con el líder de ERC. El cara a cara permitió a José Manuel García-Margallo desgranar argumentos jurídicos sobre la permanencia de Cataluña en la UE en caso de una eventual independencia mientras que Oriol Junqueras se agarró a un discurso más sentimental. El primero invocó razones legales; el segundo se encomendó a la buena voluntad política de un club europeo e internacional que, a lo largo de la campaña, ha reiterado que una Cataluña independiente sería expulsada de la UE. Los cabezas de lista de las distintas candidaturas también han mantenido debates en televisión.

Debate sobre la nacionalidad

Las dudas que mostró Rajoy en una entrevista radiofónica sobre si los catalanes mantendrían la nacionalidad española en una Cataluña independiente marcó la campaña en la última semana. Junts pel sí sostiene que con la independencia todos los ciudadanos de Cataluña que lo quieran podrán mantener la nacionalidad española. El Gobierno, y así lo dijo Margallo, mantiene lo contrario: «Cuando uno se sale de un país abandona todos los atributos que le da la pertenencia a ese país. Decir esto —que podrían mantener la nacionalidad— es una ocurrencia que no sé quién ha dicho». Expertos explicaron a ABC que, con una Cataluña independiente, los ciudadanos catalanes tendrían su propia nacionalidad y no podrían hacer valer la española, pues para ello sería necesario que España y ese nuevo Estado firmaran un acuerdo de doble nacionalidad, lo que es altamente improbable.

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