Primeras pistas de Draghi sobre la hoja de ruta de normalización de su política monetaria

El presidente del BCE leerá hoy un papel cuidadosamente redactado y en el que los analistas sabrán encontrar un cambio de matiz en su discurso

CORRESPONSAL EN BERLÍN Actualizado: Guardar
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Mario Draghi tiene ya un calendario para el «tapering» y hoy dará las primeras pistas sobre su agenda monetaria tras la reunión que el Consejo del BCE celebra en Tallín, capital de Estonia. Esto nadie puede asegurarlo, pero de no suceder los mercados se revolverían de forma indeseada. Y el hecho de que de las primeras pistas sobre la hoja de ruta de normalización de su política monetaria no quiere decir, ni mucho menos, que vaya a ser de hoy para mañana. El BCE, de hecho, no hará ningún anuncio hasta después del verano. Pero cumplir con este protocolo de comunicación ha demostrado que sirve para manejar la ansiedad de los mercados, así que Draghi leerá hoy un papel cuidadosamente redactado y en el que los analistas sabrán encontrar un cambio de matiz en su discurso.

No espere nadie fechas o datos concretos, sino algo así como la desaparición de un adjetivo familiar en sus justificaciones cuando explique mejora de sus previsiones económicas y la reducción de sus pronósticos de inflación. Nada de prisas y cambio ninguno. “Tenemos que tener cuidado de no dar marcha atrás en nuestros estímulos de forma precipitada”, ha adelantado el vicepresidente Vítor Constâncio.

El hecho es que dos años y cinco meses después de que el BCE empezase a adquirir deuda, la Eurozona por fin muestra signos esperanzadores de recuperación: las tasas de financiación a empresas no financieras y familias han caído más de 100 puntos básicos desde 2014, el PIB del primer trimestre subió un 0,5% intertrimestral y al 2% anualizado, el PMI ha registrado un máximo de seis años (56 puntos) y la tasa europea de desempleo ha pasado del 12% de 2013 al 9,5% de marzo de 2017. Y además el Brexit está asimilado, Francia ha ganado tiempo y Merkel va como un tiro en las encuestas, argumentos estos que jamás admitirá Draghi que formen parte de las deliberaciones del BCE. Así que ha llegado el momento de cambiar alguna coma en el “statement” de Draghi.

Posiblemente desaparezca el añadido “o incluso más bajo” en su declaración de intenciones sobre tipos de interés”, calcula el equipo de equipo de Global Research de Bank of America Merrill Lynch, de modo que Draghi calmará la inquietud de los alemanes. Después de que el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, haya comparado la política del BCE con adictiva Coca-Cola y de que la mismísima Merkel en persona haya declarado que el euro está “demasiado débil” debido a la política de Draghi, es necesaria una respuesta. Y en el consejo ganan adeptos los que advierten que tiene sentido preguntarse cuánto tiempo más puede durar una política como la actual.

Desde Lombard Odier creen que “puede ser demasiado temprano para un cambio claro de la visibilidad de la política monetaria”, especialmente por las últimas lecturas de la inflación, aunque ven probable que “el tono empiece a cambiar, para reflejar un perfil de riesgo más equilibrado para la economía de la eurozona”. En consecuencia, no esperan que se produzca un cambio sustancial en el mensaje actual del BCE hasta finales de año, asumiendo que la recuperación mantiene su ritmo actual. Entre los analistas hay consenso, esperan que el BCE suba la facilidad de depósito en el tercer trimestre de 2018.

Mientras seguimos esperando movimientos, las únicas novedades reales hoy serán, como cada tres meses, las nuevas previsiones de crecimiento y de inflación de la Eurozona que publicará la institución. Todo apunta a que en el actual contexto de crecimiento económico, el BCE volverá a revisar al alza sus pronósticos de PIB para este año y el próximo, como hizo en la revisión de marzo.

En esa reunión, avanzó que esperaba un crecimiento de la economía de la zona euro del 1,8% para este año, frente al 1,7% anterior. Para 2018 también revisó una décima al alza sus previsiones, hasta el 1,7%, mientras que para 2019 mantuvo su pronóstico de que la economía crecerá a un ritmo del 1,6%.

Por otro lado, se espera que hoy reduzca las previsiones de inflación tras la caída del IPC y pese a haber elevado sus pronósticos en marzo. Entonces elevó sus pronósticos de IPC para este año al elevarlo al 1,7%. Para 2018 anunció que esperaba un aumento de los precios de la zona euro hasta el 1,6%, mientras que para 2019 mantuvo sus pronósticos en el 1,7%. El discurse de Draghi se centrará sin duda sobre la inflación subyacente, pero incluso en ese apartado podrían anotarse mejoras.

Y sobre el más controvertido programa del BCE, la compra de deuda a un ritmo de 60.000 millones de euros al mes, los mercados esperan que se mantenga al menos hasta diciembre de 2017 y sin reducciones hasta 2018, manteniendo "un apoyo técnico constante y fuerte”, con aproximadamente unos 500.000 millones de euros de oferta neta negativa prevista para este año que mantendrán los rendimientos a raya.

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