Novo Banco precisa de 1.400 millones de euros de forma urgente

Novo Banco ha suspendido el exhaustivo test financiero al que ha sido sometido por el Banco Central Europeo, cuyo informe resulta demoledor y cifra en 1.400 millones de euros el agujero económico que presenta en la actualidad la entidad que tomó el relevo del Espirito Santo tras su colapso.

Los activos «buenos» de este banco pasaron a ingresar la firma resultante, cuya actividad se prolonga desde hace más de un año, pues nació con posterioridad a la inyección de 4.900 millones de euros por parte del Estado portugués amparándose en un 'fondo de compensación' donde participan todas las demás entidades.

Hasta hace unos meses, Novo Banco era la joya de la corona del plan de privatizaciones auspiciado por el Gobierno de Passos Coelho, aún en funciones en vista de que se ha complicado la formación de un nuevo Ejecutivo.

Pero el proyecto fracasó porque el gigante chino Anbang se echó atrás después de la crisis bursátil de la potencia asiática. De modo que se suspendió el proceso hasta después de las elecciones del pasado 4 de octubre.

Ahora el BCE exige garantías financieras inmediatas: en un plazo de 15 días. Se cierne, por tanto, una gran presión sobre Novo Banco, pues sus responsables han de desvelar qué pasos darían para asegurar esos 1.400 millones.

La ratio de capital acreditada por la institución que preside Mario Draghi se quedó en un 2,43%, muy lejos del 5% reclamado como prueba de solvencia.

En consecuencia, la necesidad de liquidez sólo puede calificarse como acuciante. Desprenderse de la aseguradora GNB Vida aparece como una de las escasas tablas de salvación posibles.

La incertidumbre política del país vecino no ayuda en absoluto a esclarecer el panorama, pues no puede volver a convocarse otro proceso de venta de Novo Banco hasta que no quede constituido un nuevo gobierno.