Angela Merkel, canciller alemana
Angela Merkel, canciller alemana - AFP

España ha incumplido el déficit menos veces que Alemania

El Instituto IFO sugiere un endurecimiento que impida a los gobiernos prescindir de la norma tan asiduamente

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Los países miembros de la UE han incumplido el límite del 3% de déficit que establece el Pacto de Estabilidad en 165 ocasiones y solamente en 51 de ellas pudo justificarse por una situación de recesión económica. En 114 casos, los países sencillamente se saltaron la norma. «El número de violaciones es enorme», concluye sobre esta estadística el prestigioso Instituto IFO, con sede el Múnich, para cuyos expertos está claro que «las reglas no funcionan». En un comunicado publicado esta mañana y firmado por su presidente, Clemens Faust, se destaca que nunca han sido puestas en marcha las sanciones establecidas por el tratado y se sugiere que «son necesarios otros mecanismos».

Defensor de la disciplina fiscal, el Instituto IFO no está sugiriendo una flexibilización de los límites de endeudamiento y las sanciones asociadas a ellos, sino posiblemente todo lo contrario, un endurecimiento que impida a los gobiernos prescindir de la norma tan asiduamente: desde 1999, Francia en 11 casos injustificados, Grecia, Portugal y Polonia en 10, Reino Unido en 9, Italia en 8, Hungría en 7 y Alemania e Irlanda en 5 ocasiones.

España ha rebasado el límite en 8 casos, pero 4 de ellos estaban justificados, por lo que el índice de incumplimiento español es bastante inferior a la media.

En el caso de España, el Instituto Ifo ya ha criticado anteriormente que el crecimiento esté siendo espoleado a base de déficit público. Sus analistas se han manifestado reiteradamente «escépticos» y, aunque reconocen que la situación macroeconómica en España ha mejorado «sensiblemente» en los últimos años, advierten que eso está sucediendo al precio de un endeudamiento público «por encima del 5%». El déficit, advierte el Instituto IFO, es como el «dopaje», que mejora los resultados a corto plazo a costa de empeorar a largo plazo el cuadro macroeconómico. «El endeudamiento público consigue aumentar la demanda agregada en el presente a costa de que se contraiga en el futuro», argumenta, señalando que el objetivo no ha de ser lograr un crecimiento rápido, sino asegurar la sostenibilidad.

En el contexto de refundación europea abierto por el Brexit, en opinión de Fuest sería necesario introducir reformas que convirtiesen en más efectivo el Tratado de Masstricht, que recoge como criterio de convergencia el límite de 3%. Su predecesor en el cargo, el reconocido economista Hans Werner Sinn, que acaba de jubilarse, ha llegado a recomendar incluso que Alemania, sencillamente, abandone el Tratado de Maastricht. Sinn, que lejos de haber pasado a la inactividad tras su jubilación el mes pasado sigue presente en los medios de comunicación alemanes con el argumento de que «no hay tiempo para descansar, hay que reconstruir Europa», llama la atención sobre el cambio en el equilibrio de poder en la UE que tendrá como consecuencia el Brexit, debido a las normas de votación en el Consejo Europeo. Se refiere a la denominada «minoría de bloqueo» y advierte que el peso proporcional de la población variará en el momento en que no se contabilice la población de Reino Unido, lo que pondrá las decisiones del Consejo en manos que para Alemania serán, en su opinión, peligrosas.

Una vez se descuente la población británica, Francia, Italia y España sumarán conjuntamente el 39% de la población europea donde hasta ahora sumaban solamente el 34%. Determinadas decisiones, que requerían un 35%, quedan ahora en manos de los gobierno de estos tres países y Hans Werner Sinn teme que “Alemania deje de avanzar hacia el Estado Europeo, sino hacia la Caja Europea”.

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