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La banca española mueve 59.000 millones de euros en Portugal

Hay 1.843 empresas españolas en el país vecino, que totalizan 90.300 millones

LISBOA Actualizado: Guardar
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Las interminables maniobras con las que Caixabank quiere controlar el 100% del capital del Banco Portugués de Inversiones (BPI), obstaculizadas una y otra vez por la multimillonaria accionista angoleña Isabel dos Santos, han avivado el debate al otro lado de la frontera sobre la «españolización» de las entidades financieras lusas. Pero, además, destapan el abrumador dominio en el país vecino del tejido empresarial con base en Madrid o Barcelona.

Sobre el caso BPI, el ministro luso de Economía, Manuel Caldeira, declaró ayer a una emisora local que Caixabank e Isabel Dos Santos han retomado las negociaciones para encontrar una solución.

Hasta 1.843 firmas españolas operan allí (con participaciones que superan el 50% en cada uno de los casos), de las cuales 11 son bancos, con especial calado por parte del Santander desde que adquirió Totta.

Líder en inversiones

España se destaca, por tanto, como la nación con mayor presencia en Portugal, muy por delante de Francia (528 empresas), Estados Unidos (438), Reino Unido (408) y Alemania (359).

Se trata de una batería de datos apuntada por el estudio «Participación extranjera en el capital de las empresas portuguesas», elaborado por Informa D&B Portugal, una consultora local fundada en 1906 pero gestionada por la central española del mismo nombre desde hace 12 años.

El valor total de los activos en manos extranjeras sobrepasa los 170.000 millones de euros, es decir, el 94% del PIB português. De esa cantidad, 90.300 millones corresponden a las firmas españolas.

Pero hay un factor diferenciador con respecto a los demás países inversores, que suelen adentrarse en ámbitos comerciales. En cambio, desde este lado de la frontera la representación más extendida se circunscribe al universo bancario. Tanto es así que los activos gestionados por el Santander, el Popular, Caixabank, Sabadell y Bankinter ascienden a 59.000 millones de euros.

Solo hay un sector en el que España pierde la cúspide del podio: los seguros, pues las seis entidades francesas han tomado ventaja en relación a las cinco de aquí.

Los últimos «inquilinos» en este particular domicilio son el mastodonte norteamericano Apollo Global Management y el no menos gigante chino Fosun, quien tuvo que retirarse de la puja por Novo Banco cuando emergió la crisis de valores bursátiles en la Bolsa de Shangái.

Si el 77% de los activos bancarios rinden cuentas al capital extranjero, el porcentaje alcanza ya el 49% en el terreno de los seguros. Y todo apunta a que continuará incrementándose.

En el caso de las entidades financieras, la falta de liquidez de las firmas locales resulta alarmante para Portugal, y aún más la incapacidad para inyectar no ya dinero público, sino incluso privado.

Pestana, Nabeiro

Algunas voces apuntan al papel que podrían ejercer las fortunas más acaudaladas del país, como por ejemplo Dionisio Pestana (dueño del imperio hotelero Pestana, que se adentra este año en una fórmula de «joint venture» explotada junto a Cristiano Ronaldo) o Rui Nabeiro, artífice de la internacionalización de la marca de café luso Delta. Pero tal vez su desconocimiento de esos otros ámbitos juega en su contra para dar el salto.

En conjunto, las empresas comerciales de gestión internacional mueven el 45% del volumen de negocio y el 21% de la masa de empleados al otro lado de la frontera.

Unas cifras que solo se han podido asentar gracias a la percepción de que nuestros vecinos constituyen un destino seguro para realizar inversiones. No obstante, la OCDE insiste en que estas apuestas económicas deben aumentar para garantizar la estabilidad de un país que también ha de mejorar sustancialmente el nivel de competitividad exterior de su propias empresas.

Quedan fuera del estudio las operaciones efectuadas por particulares, por lo que algunos inversores no están suficientemente analizados, tal cual sucede con el dinero angoleño.

Recelo por la «españolización»

La «españolización» de la banca española constituye, sin duda, el asunto estrella en los círculos políticos de Lisboa. ¿Por qué los recelos y las sospechas? Crece la percepción en Portugal de que la toma de posiciones de Santander, Caixabank y Sabadell no obedece a los avatares del mercado, sino a las órdenes (o la imposición) de Bruselas.

La actitud firme de Bruselas solo ha salido a la luz cuando Isabel dos Santos, hija del dictador angoleño que gobierna con mano de hierro, ha crecido en peso específico. De modo que mirar a España alivia los temores a la preocupante volatilidad africana.

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