Cuatro bancos con los que «casarse» (y ganar con ello)

"Tenemos un plan» es la enésima iniciativa lanzada por un banco, en este caso Banco Popular, para hacer frente a la 'Cuenta 1, 2, 3' que Santander rescató del Reino Unido el pasado mes de mayo. La entidad que preside Ángel Ron ha confeccionado una estrategia comercial en la que dependiendo del perfil de cliente y de su vinculación con el banco tendrá una serie de ventajas. Tanto financieras como no financieras, de donde radica su novedad.

En un entorno de tipos cero, los bancos buscan clientes vinculados para ganar rentabilidad. Pero no vale cualquier vinculación. Domiciliación de nómina, de recibos, el uso de tarjetas de crédito y de débito, seguros, contratar productos de ahorro finalista dan derecho al cliente a disfrutar de cero comisiones, depósitos con rentabilidades por encima del mercado y planes descuento.

Y la apuesta está teniendo sus frutos. Santander prevé contar con cuatro millones de clientes titulares de la 'Cuenta 1, 2, 3' a finales de 2018, después de abrir 500.000 cuentas de este producto en los cuatro primeros meses desde su lanzamiento. Esta cifra supone un ritmo de captación de 4.166 cuentas al día. Pero, además, de las 500.000 cuentas abiertas hasta la fecha, más de 135.000 corresponden a clientes que han traspasado su nómina al Santander, lo que supone unas 1.000 al día. Asimismo, se han contratado 250.000 nuevas tarjetas de débito y crédito en cuatro meses y ha alcanzado más de siete domiciliaciones de recibos por cuenta. El importe medio de la nómina supera en un 32% a la media anterior y el importe medio de las pensiones un 36%.

Sin embargo, Nuria Álvarez, analista de Renta 4, advierte de que «esta guerra para captar clientes tendrá efectos rentables a medio y largo plazo, pero estará limitada». La experta destaca que la captación de clientes surge de la necesidad de buscar rentabilidad en un entorno de tipos bajos donde las ganancias que provienen de renta fija es cada vez más escasa. Pero no todo los clientes «tienen la posibilidad de cambiar de banco», ya que la experta recuerda que «aquellos clientes vinculados con el banco vía hipoteca difícilmente se van a cambiar de entidad y, más, si esa hipoteca se firmó con diferenciales por debajo de lo que ofrecen ahora.

En este nuevo panorama, los bancos que tengan una cartera crediticia importante sufrirán menos. En cambio, las entidades que tengan una base de clientes orientadas a empresas sí que pueden verse afectadas.

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