El tenis puede llegar a ser un deporte ideal para las mafias
El tenis puede llegar a ser un deporte ideal para las mafias
Tenis

Un deporte propicio para los sobornos

El individualismo y los premios convierten al tenis en feudo fácil para las mafias de las apuestas

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La mafia de las apuestas ha encontrado un caladero en el tenis. Un traje a la medida de la trampa, al decir de los expertos españoles en el fraude de la actividad deportiva. No ha habido muchos especialistas en nuestro país, siempre abocado a un sinfín de corruptelas. Pero desde hace unos años, se ha invertido la tendencia. La Liga de fútbol creó un departamento de integridad, destinado a investigar los amaños de partidos. Manuel Quintanar es su director en excedencia, ya que hoy ejerce como secretario general del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. «El tenis es el deporte ideal para las mafias que operan con las apuestas», cuenta a ABC.

El tenis lo juegan individuos cuya preparación, entrenamiento y rendimiento dependen exclusivamente de ellos mismos.

Un deporte cien por cien individualista que solo necesita la voluntad de un deportista para corromperse. Nadie puede saber, salvo el propio implicado, si existe una lesión, una enfermedad leve o un bajón físico. «Es realmente difícil aplicar una labor preventiva en el tenis», asegura Manuel Quintanar.

Ese espíritu preventivo es norma obligatoria en la Liga de fútbol. El artículo 55 de los Estatutos de la competición exige a todos los equipos de Primera y Segunda división cumplir con este precepto. Charlas formativas, un sistema de detección de riesgos y un canal para denuncias gestionado por un despacho de abogados. 42 clubes bajo una misma normativa y un mismo pliego de sanciones. Castigos administrativos y posibles consecuencias en el Código Penal. El Gobierno consiguió una reforma del Código Penal para endurecer las sanciones. «El fraude en las apuestas y los amaños es ahora más peligroso que el dopaje para la salud de nuestro deporte», advirtió hace tiempo el secretario de Estado Miguel Cardenal.

«Es difícil aplicar estas normas de prevención y sanción en el tenis –argumenta Quintanar–. Cada país tiene una legislación sobre el fraude deportivo. Tendría que intervenir la Federación Internacional o la ATP. La información sobre el fraude solo la tiene una persona, el tenista».

La monitorización

La trama de los amaños en el tenis conduce a las apuestas y éstas a las matemáticas. La monitorización en las casas de apuestas representan un indicativo real de posibles amaños. Las casas de juego activan una alerta cada vez que detectan alguna desviación anormal. Un incremento extraño en los patrones usuales de las cotizaciones supone un aviso. En el tenis, el balonmano, el waterpolo o el fútbol. Las apuestas tienen una trayectoria razonable y cada vez que hay una fluctuación exagerada, hay una sospecha.

Desde julio de 2009, la UEFA utiliza un sistema informático llamado Betting Fraud Detection System (BFDS, sistema de detección de fraude en las apuestas) con el que controla cada temporada unos 32.000 partidos. La Liga española llegó a un acuerdo con las principales empresas de juego para monitorizar de forma inmediata cualquier alteración sospechosa en este ocio legal para cualquier ciudadano.

La conclusión de Quintanar resulta elocuente: «Las apuestas han elevado el riesgo de amañar partidos en el deporte. En internet se puede gastar el dinero de forma legal y las apuestas no tienen una legislación homogénea en todos los países. Siempre ganan los paraísos fiscales».

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