Juventus-Real Madrid

La dicotomía continental

El pase a semifinales del Madrid pasa por eliminar a uno de los equipos que peor se le da en formato eliminatoria, una historia que no se repite en finales

Vídeo: Zidane asegura que la eliminatoria contra la Juventus será distinta a la final de Cardiff ATLAS
Rubén Cañizares

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El lunes de Pascua es un día sagrado en Italia. Un día sin prensa en los quioscos, para pasar exclusivamente en familia, como sucede en Navidad, y para recibir y dar felicitaciones a tus seres más queridos. Todo está cerrado. Apenas solo unos pocos restaurantes abiertos y calles semivacías. Al menos en Turín, donde solo el bullicio por la llegada del Real Madrid alteró mínimamente la agenda de sus ciudadanos, todos ataviados con sus mejores vestimentas para celebrar en buena compañía y en casa el primer día tras la Semana Santa. El respeto es tal que hasta la Juventus programó su entrenamiento y las ruedas de prensa para la tarde, haciendo uso de una agenda que suele marco habitual de los equipos visitantes.

Este ambiente festivo de domingo de resurrección y lunes de pascua ha evadido algo a los turineses de lo que hay esta noche en juego, más pendientes de sus asuntos familiares que deportivos, pero la realidad es que hoy en Turín hay uno de los clásicos de Europa con mayor pedigrí. Un Juventus-Real Madrid de cuartos de final de Champions, solo diez meses después de Cardiff, en la que los blancos conquistaron su duodécima Copa de Europa y los italianos perdieron su séptima final, de nueve jugadas, y la segunda ante el equipo merengue.

Sorprende que en los cruces de dos de los mejores equipos del mundo allá papeles tan asignados. Si es una final de Champions, la victoria está asegurada para el Real Madrid . Si hablamos de un enfrentamiento en formato eliminatoria, es la Juventus quien lleva la mano ganadora. En cuatro de los seis duelos de ida y vuelta, pasaron los turineses. De hecho, desde 1987, el conjunto blanco no sabe lo que es eliminar a la Juventus en un doble enfrentamiento continental. Tanto en 1996, como 2003, 2005 y 2015 fue el equipo bianconeri el que pasó de ronda. Así de caprichoso es el fútbol, y por eso ni siquiera Zidane tiene respuesta a estos roles: «Este partido nada tiene que ver con el de hace diez meses en Cardiff. Lo que pasó, pasó. Y ya está. Como tampoco hay por qué pensar en que ellos ganan más eliminatorias que nosotros. Por eso no hay que pensar mucho en esto. No significa nada. Es otra eliminatoria, otro partido, otro escenario. Lo que tenemos que hacer es preparar bien el duelo y en eso hemos estado trabajando estos últimos días».

ADN compartido

Zidane regresa a Turín como entrenador. Ya lo hizo dos veces cuando vestía la camiseta blanca del Real Madrid, pero ahora regresa como un imberbe entrenador de mochila repleta de títulos en un corto espacio de tiempo. Mejor que él nadie para saber cómo se le puede meter mano a un equipo que comparte los genes del Real Madrid. Si hay un club laureado y envidiado por igual en Italia es la Juventus, escenario que se repite en España con los blancos: «La Juve es el Real Madrid de Italia. El ADN es el mismo luchar e ir a ganar. Yo lo aprendí aquí en Turín durante los cinco años que jugué (1996-2001)».

Para la primera de las dos partidas de ajedrez entre blancos y negros, la figura que acapara más focos es la de Isco, sublime en los dos partidos de España, ante Alemania y Argentina , situación que en cualquier otro equipo le daría la titularidad sin discusión pero no en el Real Madrid, donde Zidane parece que le tiene relegado a un papel más secundario, pero no es así. Fue titular en la ida ante el PSG y es el segundo futbolista de la plantilla con más partidos jugados. En principio, será el elegido por Zidane para completar el centro de campo de cabecera, formado por Casemiro, Kroos y Modric : «No me gusta que Isco piense que es un suplente. Para mí no hay suplentes ni titulares. Todos son importantes e Isco es uno de ellos. Con la Selección puede ser diferente, tiene siete u ocho partidos cada temporada, pero con nosotros son sesenta. Al final todos mis jugadores se tienen que sentir importantes. Es mi concepto de entrenar y nunca voy a cambiar porque creo en ello».

La Juventus llega al envite con la autoestima alta, tras su triunfo el pasado sábado ante el Milán que le deja con cuatro puntos de ventaja sobre el Nápoles , situación idílica para conquistar el séptimo Scudetto de manera consecutiva, pero en Europa esto no sirve de nada. Su eliminatoria de octavos ante el Tottenham tuvo una dosis elevada de fortuna y contra el Real Madrid , la suerte no es suficiente: «Debemos ser inteligentes, algo que no fuimos en la final de Cardiff, donde tuvimos un problema mental tras el descanso y no supimos jugar durante quince minutos que resultaron fatales para el resultado. Tenemos que tener ambición y jugar como sabemos. Hay que estar en el partido en todo momento, como en la eliminatoria de hace tres temporadas», explica Massimiliano Allegri, sabedor de la singular dicotomía de los duelos entre Real Madrid y Juventus

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