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Jorge Lorenzo celebra su título mundial de MotoGP - AFP

MotoGP | GP de ValenciaJorge Lorenzo, campeón del mundo

El balear sufre el acoso de las Honda y la presión de Rossi, que remontó hasta la cuarta plaza, pero suma su tercera corona en MotoGP

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Las miradas se dividieron en la parrilla. Imposible seguir la cabeza y la cola de la parrilla a la vez, pero ambos lugares eran imprescindicbles para el devenir del Mundial 2015. Jorge Lorenzo solo tenía el horizonte hacia la victoria; Rossi, la espalda de toda la parrilla. Pero después de la primera de las carreras, la remontada del italiano, el Mundial mantuvo la tensión hasta la última curva porque las honda presionaron al balear hasta la extenuación. Sin embargo, Lorenzo aguantó como pudo y al límite para sumar su séptima victoria del año, y la más importante, para ser campeón y coronarse por tercera vez en MotoGP.

Cumplió las expectativas: alcanzaría los pilotos de la cabeza, aunque lo hizo a medias, porque tardó más de la cuenta en quitarse de enmedio a todos los peones de la partida.

Al llegar a la primera curva ya tenía cinco rivales menos, en la primera vuelta: decimoquinto. En la segunda ya solo tenía diez delante. Con más o menos disimulo Michelle Pirro no le hizo ningún estorbo; por delante, Adrea Iannone, otro de sus aliados, se fue al suelo. En la tercera vuelta, pasó por meta en la novena posición. Se reprodujeron las carreras, por la remontada y la victoria, como en mundos paralelos: demasiado rápido para Rossi, demasiado lento para Lorenzo.

El italiano tuvo en Smith y Petrucci a dos compañeros, pero no en Pol Espargaró y, sobre todo en Aleix Espargaró. El primero tuvo que abrirse cuando Rossi apuró el adelantamiento con roce incluido; el mayor de los hermanos aguantó todo lo que pudo, incluyendo devolverle uno de los adelantamientos. Por delante comenzó a ver cierta luz, porque Andrea Dovizioso tampoco aguantó demasiado y después de la remontada, solo le quedaba un último esfueroz: meter presión a Lorenzo. Y empezaba otra carrera.

Porque mientras se sucedían los adelantamientos en la parte de atrás, el balear seguía a lo suyo, interpretando un monólogo con muchas dosis de tensión porque Márquez cumplió su promesa de ir a por la victoria sin importar quién tuviera delante. Los mensajes en las pizarras aumentaban el nerviosismo debajo de los cascos de los dos Yamaha, que veían que un adelantamiento u otro podría cambiar el rumbo de la historia del Mundial 2015.

A Rossi la pelea de la remontada le hizo perder demasiado tiempo con respecto a los tres de cabeza. A Pedrosa lo llegó a tener a once segundos, pero también a catorce, un mundo para pelear con las Honda. A Lorenzo, la presión de Márquez lo obligó a mantener la cabeza lo más fría posible. El de Cervera intentó el adelantamiento a falta de cinco vueltas, y aunque el resultado de ser segundo y Rossi cuarto le valía para ser campeón, el balear aguantó la posición. Para aumentar la tensión, Pedrosa fue recuperando terreno en los últimos giros y de ir a 1.6, llegó a limar el tiempo para apretar el Mundial en una última vuelta. Un adelantamiento de las dos Honda a la Yamaha dejaría sin premio a Lorenzo. Y la tensión se mantuvo firme hasta el último giro porque Márquez lo intentó, también Pedrosa, pero el balear sacó fuerzas de donde pudo para mantenerse en primera posición y coronarse por tercera vez en MotoGP.

Se fue a su curva, la de su afición y se hizo una foto con sus mecánicos vestidos con los cinco monos con los que se ha coronado campeón del mundo. Regresó al pit lane y en cuanto se bajó de la moto, echó las rodillas al suelo. Esperando que el sueño, cuando se levantara, se hubiera hecho realidad. Y sí, lo había conseguido.

«Me siento más feliz que nunca. He estado llorando toda la vuelta de honor. Ha salido todo perfecto en la última carrera después de estar todo el curso por detrás. Se lo dedico a toda la gente que no se rinde, que no tira la toalla y tiene personalidad. Gracias al equipo por la moto», comentó nada más recuperarse de la emoción.

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