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Río 2016La primera bala de Mireia es de bronce

En un ejercicio de fe, logra en la última brazada el tercer puesto en 400 estilos, donde Hosszu barre el récord mundial

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La clave, a veces, es no respirar bajo el agua. Eso ha hecho Mireia Belmonte para estirar su fe hasta el límite y, como ella dice, «meterle la mano» en el último palmo de la final de 400 metros estilos a la británica Miley para arrebatarle la medalla de bronce, la primera de España en estos Juegos y la tercera de la nadadora catalana, que suma otro metal a su leyenda aún en construcción. El oro nunca estuvo a su alcance. La húngara Katinka Hosszu nadó sola contra el cronómetro. Y con su ritmo de portento ganó la batalla del tiempo al babir el récord del mundo con una dentellada histórica: lo elevó a 4.26.36, frente a los 4.28.43 de la plusmarca anterior. La plata fue para la estadounidense Maya Diado con 4.31.5. A Mireia le costó 4.32.39 el bronce, sólo quince centésimas menos que Miley, la cuarta. Eso es lo dura una mano en el agua: 15 centésimas de bronce.

Sólo durante ese suspiro Mireia fue tercera en la prueba. Empezó mal, lenta pese a su buen lanzamiento al agua. Algo no iba. ¿Le pesaba la serie clasificatoria de la mañana? ¿El horario? Daba igual. Hosszu marcó 1.00.91 en el parcial de mariposa. Bestial. Mireia, lejos, se quedaba en 1.02.16. La distancia aumentó con el tramo de espalda. Hosszu, en tiempos de récord, abrió una brecha de cuatro segundos. Cuatro cuerpos. Insalvable. La catalana ni siquiera estaba en puestos de podio. Lejos. Hosszu ya volaba sola. Y la estadounidense Diado también era ya inalcanzable tras los cien metros de braza. Quedaba el nado libre. Así se siente ahora Mireia. Madura, relajada, convencida. Libre de sus angustias anteriores. Sin ese peso extra inició su último minuto en el agua. Había nadado mal la espalda y el podio estaba a más de un segundo. Cien metros para solucionarlo. Para creer. En el agua es fácil hundirse. Ella, que es de piedra, flota.

No pensó en la derrota. Aguantó a tiro a la británica Miley hasta el último giro. Un poco más. El crol iba a rescatarla. Y la fe en sí misma. Y la mano. Y la decisión a falta de menos de diez metros. «He dejado de respirar y lo he dado todo. Tenía que meterle la mano a la británica». Al sacarla del agua de ella colgaba una medalla de bronce. El oro era inalcanzable.

En el largo viaje de aproximación a los Juegos de Río, Mireia Belmonte ha escuchado una y otra vez que, para luchar con Hosszu en el 400 estilos, tenía que salir más rápida. Sin el vértigo a desfondarse que le atenazaba. Sin bozal. Las dos primeras mangas, la de mariposa y espalda, son campo abonado para la húngara, acostumbrada a alejarse de todas, a hundirlas psicológicamente. ¿Quién puede remontar a semejante fueraborda? En las series clasificatorias de la mañana, Hosszu amedrentó: con 4.28.58 se quedó a 13 centésimas del récord del mundo. Mireia, con 4.32.75, fijó la segunda mejor marca de la sesión. Lejos de su rival, pero cerca de su registro personal: 4.31.21. Ya con el billete para la final de la noche asegurado, le preguntaron por sus opciones de lograr la medalla de plata. Como si no hubiera oro. Como si Hosszu fuera inalcanzable. Lo es, como demostró en la final, pero ni así se rendía la catalana: «Si puedo, intentaré ir a por ella», avisó unas horas ante de la final. Es fiel a su especie: animal competitivo.

La prueba de 400 estilos es un rompecabezas para los nadadores. Lo necesitan todo: resistencia, velocidad y, sobre todo, equilibrio entres las cuatro maneras de nadar, mariposa, espalda, braza y crol. Es una silla de cuatro patas. Con tres, por buenas que sean cojea. Al principio, Mireia Belmonte era una especialista en espalda. Luego, al mejorar en el resto, perdió ese don. A base de reforzar sus abdominales y la potencia de sus piernas ha recuperado la espalda, que es, precisamente, el mejor arma de Katinka Hosszu. No le ha bastado para acercarse a la húngara, pero sí para sumar su tercera medalla, la primera de España. Bautizo de bronce en la piscina de Río. Y el primer día.

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Qué gran final ha hecho Mireia para superar a la británica Miley. El oro, con récord del mundo incluido, ha sido para la húngara Katinka Hosszu. La plata se la ha llevado la estadounidense Maya Dirado.

¡Bronce para Mireia Belmonte!

¡Último cien! Mireia pasa cuarta.

Mireia pasa quinta tras el 100 de espalda. La española debe aparecer ahora, en el 100 de braza. Aquí definirá buena parte de sus opciones.

Mireia pasa tercera en el primer cien, a un segundo de Hosszu. Comienza la espalda.

¡Comienza la final! Primeros cien metros a mariposa.

¡Salen ya las finalistas! Mireia lo hace con la toalla al cuello, las gafas puestas la seriedad de quien está muy concentrado en su trabajo.

Serán cuatro minutos y medio de final emocionantísima. Ahora mismo, en el Centro Acuático Olímpico, la entrega de medallas de los 400 libres masculinos. En cuanto acabe la ceremonia saldrán las finalistas del 400 estilos.

Diez minutos para la final. Muchísima expectación ante la que puede y debe ser la primera medalla de España en estos Juegos.

En cualquier caso, Mireia volverá a saltar este domingo a la piscina para afrontar su segunda prueba, los 400 libres, en donde sus opciones a conseguir un metal son más escasas.

Mireia Belmonte nadará por la calle cinco, junto a Hosszu, que lo hará por la cuatro. Como principales rivales en la lucha por las medallas estarán también la estadounidense Maya Dirado y la británica Hannah Miley.

Mireia dejó muy buenas sensaciones en la serie, en la que se midió a la gran favorita al oro, la húngara Katinka Hosszu, que rozó el récord del mundo con 4:28.58, nueva plusmarca europea y acabó con el mejor tiempo de las finalistas.

¡Saludos, buenas noches! Mireia Belmonte nadará, a partir de las 3.49 horas, la final de los 400 estilos. La nadadora llega a la final con la segunda mejor marca de las participantes, y tiene serias opciones de lograr la primera medalla para España en los Juegos de Río 2016.

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