Federación Española

Villar, historia de una caída

Queda apartado definitivamente de la Federación y se forma una gestora que tendrá que convocar elecciones a presidente

Ángel Villar, durante la rueda de prensa del pasado lunes en Madrid José Ramón Ladra

FERNANDO ROJO

«Sigo siendo el presidente de la Federación Española de Fútbol». Ajeno a las graves imputaciones que le llevaron una semana a la cárcel y a la suspensión derivada de la Operación Soule, Ángel María Villar continuaba comportándose estos días como si no hubiera pasado nada. El lunes organizaba una surrealista rueda de prensa en la que culpaba al Gobierno de la posible sanción de la FIFA a la selección por sus «injerencias» en la Federación. También se presentaba víctima de un complot en el que estarían involucradas la Guardia Civil, la Fiscalía y hasta el juez Pedraz. Todos contra él. No contento con ello, el miércoles se presentaba en la comida organizada por la Federación como había hecho los 29 años anteriores. «Sigo siendo el presidente», repetía.

Pero Villar se ha topado finalmente con la realidad. Anda incurso en tantos pleitos en los tribunales ordinarios y en los deportivos, que lo normal era que su situación explotara definitivamente un día u otro. Y ha sido el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) el que ha apartado definitivamente a Villar de su poltrona en Las Rozas. Hasta ahora, podía decir que solo estaba suspendido. Desde ayer, está destituido . Villar es historia y habrá que convocar elecciones para elegir a un sucesor.

La destitución de Villar se produce por un motivo que puede parecer «pecata minuta», sobre todo si lo comparamos con los gravísimos cargos que le imputa Pedraz. Según el TAD, Villar alteró la limpieza de un proceso electoral que, según denunciaron sus adversarios y terminaron confirmando las escuchas de la Guardia Civil, derivó en un mayúsculo pucherazo gracias al cual el «villarismo» pretendía volver a perpetuarse en el poder. Todo se inició en febrero de este año, cuando Villar se reunió en un hotel madrileño con 16 de los 19 presidentes de las federaciones territoriales (todas, excepto las tres díscolas: Galicia, Aragón y Andalucía) y firmaron una carta en la que apoyaban sin fisuras al eterno presidente, que según ellos había estado «sometido a una persecución implacable». Por contra, se arremetía con graves descalificaciones contra el exsecretario de Estado, Miguel Cardenal, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, y los dos candidatos adversarios, Jorge Pérez y Miguel Ángel Galán.

Precisamente este último fue el que recurrió ante el TAD, que terminó dándole la razón. El tribunal deportivo afeó la actitud de Villar y de los firmantes, porque a los miembros de las comisiones gestoras se les impone un deber de adoptar medidas «positivas» de vigilancia y control, y subrayó que en ese caso era «indudable» que la carta de apoyo a un candidato o precandidato suponía «un acto que pretende orientar el sentido del voto de los electores».

Es más, explicaba que la rúbrica de los 16 presidentes territoriales era sinónimo de una infracción del «deber de neutralidad» que se impone a todos los órganos federativos «al inducir el sentido del voto de los electores a favor de uno de los precandidatos a la presidencia de la RFEF», al tiempo que se les requería para que retiraran su firma en su calidad de presidentes y para que se abstuvieran de realizar este tipo de actos.

Esa carta fue la primera de un buen número de acciones llevadas a cabo por Villar en las siguientes semanas y en las que conculcó su deber de neutralidad como presidente de la Comisión Gestora. Galán recopiló un amplio dossier de las publicaciones en Facebook y Twitter que demostraban dicha conducta y las remitió al Consejo Superior de Deportes, que terminó trasladando todo ello al TAD.

Según la instructora del expediente, Cristina Pedrosa , quedó acreditado que la actuación de Villar supuso una infracción de las previstas en la Ley del Deporte (artículo 76.2. a) y considerada «como muy grave» por haber vulnerado el deber de neutralidad de la Comisión Gestora previsto en el Reglamento Electoral.

«Una vez convocadas las elecciones a la RFEF por su entonces presidente, el día 13 de febrero de 2017, éste pasó a ocupar la presidencia de la comisión Gestora. Siendo presidente de dicha Comisión Gestora y sin cesar de la misma llevó a cabo numerosas actividades dirigidas a publicitar y promover su condición de candidato a la presidencia de la RFEF y a captar el apoyo para su candidatura», señaló la instructora en su propuesta de destitución.

Larrea preside la gestora

«David ha vencido a Goliath», proclamó ayer en declaraciones a ABC el impulsor de esta cruzada contra Villar, Miguel Ángel Galán , que asegura llevar casi 200.000 euros gastados en pleitos contra el presidente de la Federación y que ahora no descarta presentarse a las elecciones a la presidencia, para las cuales necesita el aval de al menos 18 miembros de la Asamblea de la Federación. Antes, Juan Luis Larrea, presidente de la Gestora, deberá convocar dicha votación, que podría paralizarse si el Consejo de Estado ordena la repetición de las elecciones desde el principio. «Eso sería lo más justo», insiste Galán, esgrimiendo las múltiples irregularidades que contiene el sumario de la Operación Soule.

Villar ya ha anunciado que recurrirá el fallo del TAD y que recusará a todos sus mimbreso. Dice que el expediente caducó el pasado 15 de diciembre. Si no le dan la razón en el tribunal deportivo, acudirá a los juzgados. «Y después a Europa», amenazó el pasado lunes cuando aún podía alardear de su cargo como presidente.

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