Los jugadores del West Bromwich Albion sí lucieron el sábado las amapolas
Los jugadores del West Bromwich Albion sí lucieron el sábado las amapolas - REUTERS
Fútbol

Veto de la FIFA a la amapola

Los jugadores de Inglaterra y Escocia no podrán honrar en sus camisetas a los caídos en la Primera Guerra Mundial

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

En el mundo anglosajón se recuerda a los soldados caídos en la Primera Guerra Mundial –y por extensión a todos- con una flor en la solapa, una amapola roja de tela o de cerámica, omnipresente todos los meses de noviembre en las calles del Reino Unido y casi inexcusable en las pecheras de los personajes públicos.

El «Día del Recuerdo», la jornada oficial de la amapola, se celebra cada 11 de noviembre, día en que se firmó el armisticio. Este año la efeméride coincide con el partido de clasificación para el Mundial 2018 que enfrentará en Wembley a Inglaterra y Escocia. Al día siguiente, Gales recibe también a Serbia en Cardiff. Ante una fecha tan señalada en el Reino Unido, las federaciones de fútbol inglesa, galesa y escocesa han solicitado a la FIFA que permita que sus jugadores lleven brazaletes con la amapola en honor a los soldados caídos, la popular «poppy» de cada otoño.

El organismo rector del fútbol mundial se niega, recuerda que su reglamento prohíbe mensajes políticos, religiosos o comerciales en las camisolas de las selecciones. La FIFA les ha dicho que con su decisión no hace más que «cumplir la letra de la ley».

Pero en el Reino Unido, inmerso en una cierta fiebre nacionalista desde la campaña del Brexit, se ha levantado la polémica. En parte ha sido espoleada por la prensa amarilla. La portada del tabloide «The Sun», el diario más vendido del país, con 1,7 millones de ejemplares, abrió su edición del martes con un enorme titular que rezaba: «La FIFA bloquea la amapola». Como antetítulo: «Los aficionados enfurecidos».

En realidad el debate no es nuevo. En noviembre de 2011 sí se logró autorización de la FIFA, tras presión personal del Príncipe Guillermo y el primer ministro David Cameron. Gracias a aquellas gestiones, los jugadores ingleses llevaron la amapola en sus brazaletes en un partido amistoso contra España en Wembley, que ganaron por 1-0.

Las federaciones británicas alegan que la amapola «no es algo político, se trata de recordar a quienes perdieron sus vidas en la guerra». Pero hay discrepancias. De hecho hay ingleses quienes se niegan a portarla –pocos- aduciendo motivos ideológicos, como que es un símbolo belicista e imperialista.

El fútbol británico todavía continúa negociando con la FIFA y cree que Gianni Infantino, su nuevo dirigente, puede ser más receptivo a esta demanda que su predecesor Blatter.

La Primera Guerra Mundial es tristemente célebre porque se estrenaron las armas químicas y por la llamada «guerra de trincheras», con el frente estancado durante meses en los lodazales de Europa. Antes del conflicto, en Flandes crecían pocas amapolas. Pero florecieron en las extensiones desoladas de los campos de batalla. En 1915 el teniente coronel médico canadiense escribió su poema «En los campos de Flandes», publicado en la revista «Punch»: «En los campos de Flandes las amapolas se agitan entre las cruces, hilera a hilera, que marcan nuestro lugar; y en el cielo las alondras todavía cantan con bravura (…)».

Los versos se hicieron célebres en todo el mundo. Al otro lado del Atlántico, una maestra estadounidense, Moina Michael, contestó al médico con otro poema, «Mantendremos nuestra fe», e inició una campaña para que la amapola pasase a ser el símbolo en memoria de los muertos. En 1921, el Reino Unido y Australia adoptaron la idea e instituyeron el «Día del Recuerdo», con la idea de recaudar fondos para los veteranos, que pasaban muchas penurias en una Inglaterra con la economía hecha trizas tras el tour de force militar.

Hoy las amapolas son distribuidas desde finales de octubre por la Royal British Legion, una asociación benéfica de ayuda a los veteranos y a sus familias. Cada año se reparten unos 40 millones de flores de recuerdo, la mayoría acompañadas de un donativo. No es raro estos días en las calles de Londres ver hasta taxis engalanados con la «poppy» en su guardabarros.

Ver los comentarios