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Lay Hoon, presidenta, y Peter Lim, propietario de club
Fútbol

El Valencia se asoma al abismo

La gestión de Peter Lim no cumple las expectativas y conduce al club a la peor crisis de sus 98 años de historia

Valencia Actualizado: Guardar
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El Valencia Club de Fútbol atraviesa la peor crisis de sus cerca de 98 años de historia. Con veintidós títulos oficiales en su palmarés, la entidad de Mestalla ha pasado en una temporada de jugar la Liga de Campeones a firmar su peor arranque en 81 campañas en Primera división, que le ha situado con una puntuación de descenso y con tres inquilinos en el banquillo antes de finalizar la primera vuelta. Para colmo, este sábado presentaba su dimisión el director deportivo, Jesús García Pitarch, el último episodio de un drama sin fin.

El Valencia ya sabe lo que es perder la categoría (bajó a Segunda en 1986), pero la situación actual añade el componente de la desafección de sus aficionados con el accionista mayoritario, Peter Lim (Singapur, 1953), y una situación financiera especialmente grave.

El inversor singapurense posee, a través de la compañía Meriton, más del ochenta por ciento de los títulos de una entidad en la que ha gastado doscientos millones de euros pero que no deja de ser una más de sus múltiples unidades de negocio.

Lim, asociado con el representante de futbolistas Jorge Mendes, se hizo con la mayoría de control del Valencia en octubre de 2014 tras el acuerdo alcanzado con Bankia (el principal acreedor del club con 170 millones de euros) y la Fundación de la entidad (entonces principal accionista).

«Peter veta va»

En su primera temporada logró clasificar al equipo en la Champions. La siguiente, sin embargo, comenzó la descapitalización de la plantilla. Desde entonces se han marchado las principales estrellas (Otamendi, Mustaffi, André Gomes o Alcácer) y han pasado cinco técnicos por el banquillo de Mestalla (Nuno, Gary Neville, Ayestarán, Prandelli y Voro). Bajo el mandato de Lim, el Valencia se ha convertido en un lugar de tránsito para los futbolistas: ha hecho compras por importe de 214 millones y ha vendido jugadores por algo más de 218.

Con un secretario técnico como Jesús García Pitarch que ha errado en la planificación de la plantilla y una presidenta, Lay Hoon Chan, empleada de la máxima confianza de Lim, que todavía no habla español, el propietario contempla desde Singapur cómo se desmorona su proyecto. De hecho, hace meses que no pisa Valencia.

Este martes, tras la derrota copera ante el Celta y el bochorno que había supuesto la salida de Prandelli como entrenador en vísperas de Nochevieja, miles de aficionados entonaron el «Peter vete ya» para reclamar la salida del club de Lim.

No será fácil. El inversor debe recuperar al menos parte del dinero depositado en el Valencia. Además, cualquier operación que supusiera que Lim pierde el control accionarial debe pasar la criba de Bankia, que tendría la última palabra en el caso de una venta. Un grupo de empresarios locales ya prepara una oferta, según ha informado CV Radio, pero de momento no hay un planteamiento oficial.

Evitar la desaparición

La sociedad civil valenciana trata de reaccionar para evitar que el Valencia se sume a la lista de entidades que desaparecieron en los años de crisis: Bancaja, Caja Mediterráneo, Banco de Valencia y Radiotelevisión valenciana.

De aquel periodo ha quedado como icono la imagen de las obras del nuevo estadio del Valencia paralizadas desde febrero de 2009, y una deuda mastodóntica. Desde entonces, el club ha cambiado de propietario, pero no de dinámica destructiva. De hecho, los defensores de la operación –que llegó a catalogarse por el que fuera presidente del club Amadeo Salvo como la «mayor transacción del fútbol mundial»– defendieron que era o la venta o la desaparición. Como la televisión pública o las cajas de ahorros.

Sin embargo, lejos de remontar el vuelo, la entidad se dirige de forma inexorable hacia un abismo bajo las riendas de Peter Lim.

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