«Tenemos prohibido apostar»

La esencia del fútbol modesto está carcomida por la acción del enemigo. Los indicios que ponen bajo sospecha el partido de la pasada jornada entre el Racing de Ferrol y el Coruxo, publicados ayer por ABC, evocan las palabras de Ian Fleming: «Una vez es casualidad, dos es coincidencia, tres es la acción del enemigo». Las operaciones simultáneas en casas de apuestas, quizá coordinadas, contra toda lógica y pronóstico están socavando la naturaleza del fútbol, definida ayer en Santiago de Compostela por Alfredo Lorenzo, director de Integridad de LaLiga: «Si rompemos la obligación de salir a ganar, rompemos la esencia de este deporte».

Lorenzo aterrizó en Galicia, casualidades, el día en que este periódico hizo pública la decisión de varias empresas de juego de retirar de su oferta el Racing de Ferrol-Coruxo; y otras, que detectaron operaciones simultáneas contra el orden lógico del encuentro.

Delante de varios presidentes de los clubes gallegos de Tercera y Segunda división B, el directivo de LaLiga lanzó su intervención contra la manipulación en la versión cenicienta del deporte rey: «Los amaños son un tema candente, afecta directamente al fútbol (...) Con las apuestas, se han abierto nuevas posibilidades de manipular, ahora puedes apostar por 80 o 90 cosas diferentes». Si hay flujos de dinero sospechosos, y la realidad vuelca hacia los deseos de los pujantes, entonces estamos ante «un indicio muy sólido para saber que existe un amaño».

Todos asintieron. Y Lorenzo continuó: «El Código Disciplinario de la Federación dice que tenemos prohibido participar en apuestas que tengan relación con nuestros partidos». La norma fija sanciones en el ámbito deportivo, aunque el peso del Código Penal aplasta la disidencia contra la victoria. Desde 2010, informó el representante de la LaLiga, es un «delito penado con hasta cuatro años de cárcel». Preguntado por este periódico respecto al partido en el estadio de A Malata del pasado domingo, declinó hacer declaraciones.

Entre el público de la conferencia, amparada por la Asociación Gallega de Clubes de Fútbol y la Comisión de Clubes de Tercera División y Segunda B (CCT2B), estaba el presidente del Coruxo, Gustavo Falqué. «Yo no sé nada de las apuestas», exclamó, «si un grupo asiático mueve un volumen de dinero y hay alguien, cualquiera, que quiere investigarlo, a mí me parece bien». El dirigente del club vigués bajó a los vestuarios al final del polémico choque en Ferrol. Asegura que vio a «jugadores llorando por el mal partido que hicimos». «Yo no puedo estar expuesto a que un grupo de personas apueste 20.000 euros o los que sean a un partido. No puedo estar expuesto a eso». Falqué ha puesto el caso en manos de sus abogados. Anuncia que litigará contra una información que tilda de «absolutamente falsa».

Al norte de Galicia, la reacción fue más comedida. Desde el equipo ferrolano, entidad con más de la mitad de su capital propiedad del Ayuntamiento, remitieron a un escueto comunicado difundido en las redes sociales: «Desde el Club Racing de Ferrol y en referencia a la información publicada en ABC, queremos defender la honorabilidad del club y los jugadores que nos representan». El texto, firmado por el consejo de administración, concluye con una señal de respaldo a la limpieza en el fútbol: «Mostramos nuestro apoyo incondicional y colaboración a a cualquier actuación que garantice el juego limpio en el fútbol moderno».

Día de partido

El Coruxo y el Racing se prestan a lucir su «techo de cristal» ante cualquier investigación. Ayer, el conjunto de Vigo se citó en el Campo de O Vao contra el Burgos (1-1). Un estadio de corte de ciudad industrial, lleno a media entrada, y donde todo transcurrió con normalidad. La revista del club, impresa en papel verde satinado, resume la identidad de un club de barrio que ahora presume de posibles. «Renovarse o morir, el Coruxo mantiene costumbres que, a día de hoy, son muy difíciles de ver en el fútbol, y el ejemplo más claro son los tres entrenadores en estos últimos siete años en la categoría de bronce»,

En la grada, apenas una pareja de hombres se dio el lujo de quebrar la sintonía de partido: «¿Apuestas? Con el fútbol ya no me extraña nada».