Alonso divide a la Fórmula 1

Desde una posición desfavorable, sin ninguna opción de luchar por un triunfo y con el motor más lento -el Honda se rompió este sábado en la clasificación-, Fernando Alonso ha generado una acalorada discusión en la Fórmula 1. Es el último de la fila, pero conserva el imán del carisma. El español, que saldrá decimoquinto en el GP Bahréin, correrá las 500 Millas de Indianápolis en vez del emblemático gran premio de Mónaco. La F1 lleva tres días juzgando su elección.

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«No esperaba este debate. Seguro que los pilotos que nunca irán a la Indy me criticarán», dice el asturiano. «Creo que Zak Brown (el jefe de McLaren) necesita un psiquiatra», agita la coctelera el responsable de Red Bull, Chris Horner.

«Veo que algunos equipos están que trinan», replica Alonso. El antiguo patriarca de la F1, Bernie Ecclestone, de paseo estos días por Bahréin, se suma a la opinión mayoritaria. «Yo no le hubiera dejado participar en las 500 Millas. Hubiera tratado de persuadirlo».

Alonso ha ganado dos veces en Mónaco, la cuna de la F1, y a estas alturas de su vida busca una motivación extra. Aspira a un reto similar al que protagonizó Alexander Rossi, repudiado de la F1 en 2016 (competía en Manor) y ganador de las 500 Millas en su debut. Rossi será compañero de Alonso en el equipo Andretti-McLaren-Honda. «Me parece una decisión fantástica. Estoy deseando trabajar con él».

El alemán Nico Hulkenberg también salió unas horas de la F1 para concursar en las 24 Horas de Le Mans. Debutó y venció con Porsche cuando era piloto de Force India. «Pero mi caso es diferente -explica-. Le Mans no coincidió con una carrera de F1. Nunca me hubiera perdido un gran premio y menos el de Mónaco. No sé si Alonso podrá ganar en Indy, creo que necesita al menos medio año de adaptación».

Felipe Massa (Williams) entiende al español. «Tal vez haya asuntos por detrás que no conocemos. Le apoyo y no me perderé su carrera». Y Romain Grosjean (Haas) lo hace a medias. «No soy nadie para juzgar. Solo tengo la duda de su compromiso».