Atlético-Sporting

La huella que los portugueses dejaron en el Atlético

El club rojiblanco, que tuvo a Futre como emblema, a Tiago y a Simao, recibe esta noche al Sporting de Lisboa

José Carlos Carabias

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En cualquier alineación histórica de los 115 años de vida del Atlético debe aparecer siempre Paulo Futre, probablemente el mejor jugador que ha tenido nunca el club con permiso de Gárate o Luis Aragonés. Campeón de la Copa de Europa en 1987, aspirante al Balón de Oro (que ganó Ruud Gullit), zurdo fulgurante con el balón –a lo Messi– pegado a los pies, Futre dejó una huella en el Atlético como símbolo imborrable. Futbolista idolatrado que abrió la puerta a una colonia de compatriotas suyos que recorrieron kilómetros en el club. Tiago, Simao, Joao Pinto, Maniche, Ze Castro, Costinha... Antes de coronarse en el Oporto, Futre empezó en el Sporting de Lisboa, una de las canteras de Europa (Figo, Quaresma, Cristiano, Nani) y el rival del Atlético hoy en los cuartos de final de la Europa League (21:05, beINSport).

Futre es algo más que un recuerdo en el Atlético. Un fetiche. Más que sus galopadas, su melena al viento, su zurda poderosa, sus fintas o las peleas con Buyo, la parroquia rojiblanca valora su fidelidad, el sentimiento de pertenencia. Era uno de los mejores futbolistas del mundo y eligió hacer carrera en el Atlético, sentir el calor y la admiración exclusivas. En aquella época mucha gente no iba al Vicente Calderón a ver al Atlético, sino a ver qué hacía Futre .

Rechazó un contrato del Real Madrid (Ramón Mendoza lo quiso fichar) y antes le ganó una Copa del Rey en el Bernabéu. Para esa final, recuerda el luso, Luis Aragonés motivó a la plantilla con el agravio que había sufrido Pizo Gómez en las Rozas de parte de una terna de jugadores del Real Madrid, con Míchel, Gordillo y Ruggeri a la cabeza. «Eres nuestro ídolo, Pizo. ¿nos echas unas autógrafo?», se cachondearon. Luis encendió el ánimo de la plantilla con el recuerdo del laborioso Pizo y Futre marcó uno de los goles.

«Jesús Gil fue como un padre para mí. Tuve una relación única. Me llevó al estadio el día de las elecciones a presidente para influir en la gente», rememora Futre, que nació para el fútbol en el Sporting de Lisboa, a cuyos campos de entrenamiento se desplazaba en barco desde su Montijo natal al otro lado del Tajo. Cuando se marchó del Sporting al Oporto, estuvo casi un año sin volver al José Alvalade. Y cuando lo hizo, tuvo que recurrir, como Jesús Gil, a un guardaespaldas.

Ningún otro portugués ha alcanzado las cotas de popularidad y carisma de Futre en Atlético. Tiago jugó más partidos que él con la casaca rojiblanca (217 por 215). Ganó la Liga y los títulos europeos (Europa League, Supercopa continental) que nunca conquistó el dorsal «10».

Comercio ibérico

El influjo de Futre generó un vínculo entre el Atlético y los clubes lusos. El tránsito se hizo continuo: Hugo Leal, Dani (otra zurda fabulosa), Maniche, Ze Castro, Costinha, Silvio, Pizzi... También el sistema de fichajes y ventas del Atlético con clubs portugueses, en particular con el Benfica (Oblak, Gaitán, Raúl Jiménez, Reyes...) y el Oporto (Falcao, Jackson Martínez, Assunçao, Adrián, Óliver Torres...). Antes que todos ellos militó en el Atlético un portugués de profundo calado en los socios más antiguos, Mendoça, el goleador de los 60 que llegó de Angola.

El Sporting de Lisboa propone en la pasarela de figuras futuribles a un mediapunta marca de la casa, Gelson Martins . Su mayor aval para tratar de sorprender al Atlético, candidato a ganar una competición en la que prosperan Arsenal, CSKA Moscú, Salzsburgo, Lazio, Marsella y Leipzig. Simeone recupera a Juanfran, Vitolo y Griezmann respecto al último choque con el Deportivo.

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