Coque Malla brilló anoche en el CAAC
Coque Malla brilló anoche en el CAAC - F. R. M.
Concierto en CAAC

La elegante metamorfosis de Coque Malla en su concierto en Sevilla

El que fuera líder de Los Ronaldos ofreció anoche un gran concierto cargado de matices para conmemorar la Expo`92

Sevilla Actualizado: Guardar
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Las sensaciones y el estado de ánimo influyen de manera positiva o negativa en cualquier ámbito de la vida, ni que hablar cuando hablamos de algo de tanta sensibilidad como interpretar música en directo. Eso se palpa a la legua. Lo de Coque Malla anoche en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo es una prueba irrefutable de ello. El madrileño subió anoche a las tablas cartujanas pisando fuerte y con el depósito de autoestima y confianza a rebosar después del pelotazo que pegó este pasado martes en Madrid, donde celebró un concierto inconmensurable —bautizado por él mismo como el mejor de su carrera y aclamado por crítica público— que será editado en CD y DVD bajo el título de Irrepetible» y que contó con invitados de excepción como Jorge Drexler o Iván Ferreiro.

El mencionado baño de multitudes y elogios viene a corroborar el punto de inflexión que ha supuesto en su carrera «El último hombre en la tierra», el disco que publicó el pasado año y muestra un Coque Malla en plena madurez creativa y artística que destila talento a borbotones. De hecho, prácticamente la mitad del repertorio que eligió anoche pertenece a este último trabajo.

Atrás queda, como un lejano murmullo, su época ochentera liderando Los Ronaldos, sus letras descaradas y ese cartel de chico malo de la movida madrileña que tanto le ha costado enterrar (seis discos en solitario). No obstante, también hubo momentos para los nostálgicos que coreaban los temas de aquella banda de veinteañeros canallas que encandiló al país a base de estribillos irreverentes: «Quiero que estemos pegados», «Saca la lengua», la archiconocida y más reciente «No puedo vivir sin ti» —que supuso el momento karaoke de la noche— y "Guárdalo», con la que cerró el concierto.

Coque Malla cantó con Los Ronaldos con solo 23 años en la Expo´92. Anoche, un cuarto de siglo después, regresó a la isla de la Cartuja para conmemorar las bodas de plata de aquel magno evento sevillano. Si Gardel cantaba que veinte años no es nada, veinticinco sí que lo son, al menos para el artista madrileño. Ahora Coque es otra cosa, escribe mucho más profundo sobre temas que a todos nos preocupan en una línea muy Woody Allen. La felicidad, ser amados, nuestro paso por la vida o la muerte, protagonizan con enorme elegancia el inventario de canciones más reciente del artista madrileño.

La sublime «Me dejó marchar» con la que abrió el fuego —uno de los múltiples temas que cantó anoche de su último disco— es una claro ejemplo de esos conflictos existenciales con el sexo opuesto. «Me dijo ven aquí y muerde, tú necesitas ser feliz, soy el ángel de la muerte y he pensado mucho en ti. Yo ya no sé si soy un hombre ni porqué sigo aquí, no recuerdo bien mi nombre desde que la conocí», un fragmento de la letra que bien podría formar parte de una las pelis del genio de Brooklyn.

El cantautor consiguió que la velada estuviese cargada de ricos matices. Por ejemplo, una versión a pulmón y sin micrófono de «Hace tiempo»; unos instantes mágicos que emocionaron al público, que mantuvo un silencio cuasimaestrante durante la canción. «Pétalos, sonrisas y desastres», un tema que no interpretó el año pasado en su última visita a la capital hispalense, también supuso uno de los momentos estelares de la noche. Muchos detalles que dejaron un regusto a sabor de pop rock de muchos quilates.

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