Concierto en La Cartuja

«Dios Salve a la reina» honra a Queen ante 6.000 sevillanos

El espectáculo de la banda argentina «resucita» a la mítica banda de rock

Fernando Rodríguez Murube

Lo de anoche en el estadio de La Cartuja es un claro ejemplo de cómo actúa en nuestra psique el archivo musical personal de cada individuo, de cómo una canción provoca una alquimia emocional sin parangón, de cómo el espíritu de un artista irrepetible sigue causando furor en directo pese a haber fallecido hace más de un cuarto de siglo. Ayer más de 6.000 personas se dieron cita en Sevilla con la actitud de disfrutar de un concierto de Queen, casi daba igual que se tratara de un sucedáneo, lo importante era reverdecer todo lo posible durante un par de horas la magia que transmitía sobre el escenario una de las bandas más míticas de la historia.

Y vaya si lo hicieron, el público disfrutó de lo lindo gracias a que «Dios salve a la reina» no escatimó un detalle para que ello sucediera con su espectáculo «Don´t stop me now». Los cuatro virtuosos argentinos que componen esta banda tributo recorrieron el catálogo de Queen desde sus comienzos en 1973 hasta su último álbum, Made in Heaven, editado después de la muerte de Freddie Mercury, en 1991.

Tras arrancar con «Tie your mother down», que supuso un impactante cañonazo de nostalgia debido a la puesta en escena, la iluminación ochentera y la impecable estética de los cuatro músicos, llegaron dos de los numerosísimos himnos que integran la discografía de los londinenses, «I want it all» y «Another one bites the dust». Desde ese momento, es decir desde el principio, el nivel no decayó y sonaron realmente bien en la voz de Pablo Padín, el artista argentino que en este magnífico homenaje interpreta el rol principal de Freddie Mercury, clásicos como «Killer Queen», «Under pressure», «Somebody to love» o «One vision».

No es fácil empatar con el que para muchos, entre los que se incluye un servidor, es el mejor vocalista de la historia del rock. Palabras mayores. Aunque la voz del genio británico es única e irrepetible, incluso ha sido objeto de estudio en numerosas ocasiones, lo cierto es que Pablo Padín está a la altura de las circunstancias y ofrece unos registros muy cercanos en cuanto a expresividad y potencia, emulando su capacidad de distorsión y sus famosos rugidos. Una similitud insuperable que ha alzado a esta banda argentina a recorrer medio mundo mostrando y transmitiendo la magia del sonido Queen con la mayor fidelidad posible.

Y es que no es solo la voz lo que se parece (y mucho), los gestos y la expresividad tan personal de Mercury los interpreta Padín de manera fiel hasta límites insospechados. En este sentido, tampoco cabe olvidar las virtuosas interpretaciones que los otros tres componentes de la banda hacen del guitarrista Brian May, el batería Roger Taylor y el bajista John Deacon.

No obstante, tras algunas canciones más lentas aunque igualmente emotivas y un descanso de casi diez minutos, los «Dios salve a la reina» volvieron a pisar el acelerador sin vacilación hasta el final e interpretaron en cascada hasta el final los «pesos pesados» del repertorio. Así, «I want to break free», «Radio Ga Ga», la sublime «Bohemian rhapsody», «We will rock you» y «We are the champions», desataron la locura y exprimieron hasta la última gota de emoción y nostalgia del público.

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