Van Morrison: sentido y sensibilidad, genio y versatilidad

En 2017 la carrera musical de Van Morrison ha cumplido cuarenta años. Pero en lugar de poner la cifra con mayúsculas en el cartel de su gira, ha preferido volver a la carretera no con uno, sino con dos discos nuevos.

El «león de Belfast» está en plena forma. Así lo atestigua su fertilidad discográfica, pero también su tino creativo, pues estos dos álbumes, publicados en los últimos tres meses, son buenos. «Roll with the punches» llegó el pasado mes de septiembre «con una mezcla de originales y versiones con el blues como denominador común, en la que Morrison exhibe su portentoso vozarrón, pero también su clase y su personalidad sin parangón», tal como se reseñó en este periódico. Y la semana pasada, el artista irlandés ha vuelto a asaltar el mercado con un nuevo y estupendo trabajo que incluye seis canciones nuevas, además de versiones de stándars jazz de referencias como Chet Baker, Frank Sinatra, The Righteous Brothers, Tony Bennet o Nat King Cole.

La nómina de premios y galardones de Van Morrison es espectacular y seguramente inigualable. Tiene un título de caballero (concedido en febrero del año pasado), un Brit, un OBE, un Ivor Novello, seis Grammy, doctorados honoríficos por la Queen’s University de Belfast y la University de Ulster, y ha accedido al Rock & Roll Hall of Fame y al francés Ordres Des Artes Et Des Lettres.

Sin embargo, el músico irlandés nunca se ha dormido en los laureles. De hecho, en los dos últimos años ha lanzado otros dos discos notables. En 2015, «Duets: Re-working The Catalogue» reconstruyó canciones escogidas de su repertorio junto con cantantes tan influyentes y diversos como Bobby Womack, Gregory Porter, Mavis Staples o Michael Bublé. Y en 2016 editó el excelente álbum de material original (con sólo una versión, del clásico blues «Share Your Love With Me»)de título revelador.: «Keep me Singing». No hay que temer, no obstante, que sobre las tablas reniegue de su pasado, ya que suele interpretar temas míticos de su catálogo como «Gloria», «Here Comes the Night», «Brown Eyed Girl» o «Moondance».

Además, su concierto en el Wizink Center de Madrid contará con un aliciente de muchísimos quilates,un invitado de máximo lujo como es su viejo amigo y colaborador Georgie Fame, que actuará en formato trío como telonero.

Merece la pena detenerse en el personaje para que nadie se olvide de acudir pronto a la cita (él arranca a las 19:30). Fame fue uno de los principales introductores del rhythm and blues en la juventud europea, protagonista indiscutible de las «all-nighters» de principios de los sesenta en la sala Flamingo del West End londinense, donde se convirtió en ídolo de los primeros mods junto con sus Blue Flames. A finales de la década prodigiosa cayó en una infumable etapa de pop insulso y pueril, pero supo reinventar su papel en el negocio revalorizando su mejor repertorio sobre el escenario, y convirtiéndose nada menos que en el director musical de la banda de Van Morrison, a quien no puede llamar «jefe» porque él responde: «no, tú eres el jefe».