Micah P. Hinson: «He tenido que superar fases de depresión para terminar mi nuevo disco»

«Micah P. Hinson and the Opera Circuit» fue sin lugar a dudas uno de los discos que definieron el año 2006 en términos musicales. Su autor, un tal Micah P. Hinson que hasta el momento sólo había logrado asomar la cabeza un par de palmos desde el underground, se cubrió de elogios de la crítica y emprendió su mayor gira hasta el momento, visitando Europa por primera vez. Así decía una de las reseñas que publicó la prensa especializada: «Empieza suspendido en el aire, con el trovador tejano estirado en la cama, la espalda hecha trizas, y 'Seems Almost Impossible' barnizando la noche con esa melodía importada directamente de los años cincuenta. A Richard Hawley le ha salido competencia. Parece imposible, sí, pero unas cuantas notas bastan para percatarse: 'Micah P. Hinson And The Opera Circuit' es mejor que 'Micah P. Hinson And The Gospel Of Progress\ (2004). Mucho mejor. Un paso de gigante».

Salpicada de estancias en prisión y relaciones difíciles con los estupefacientes, el amor y la salud, su tormentosa vida se reveló como su principal fuente de inspiración. Y ha sabido vivir con ello: En la primavera de 2014 publicó su séptimo LP, «Micah P. Hinson & The Nothing», en 2015 lanzó un disco colaborativo con su amigo y T. Nicholas Phelps («Broken Arrows»), y este verano tiene previsto lanzar su nuevo y reluciente trabajo, cuyo título no ha querido darnos en esta entrevista. Pero antes, empezará su nueva gira española en Ourense (el día 5 de mayo, con un concierto que formará parte del ICC Week), Madrid (el día 9, en la sala Siroco), para después pasar por Sevilla (el 10, en Sala X), Valencia (el 11, en 16 Toneladas) y Zaragoza (el 12, La Lata de Bombillas), para finalizar en A Coruña (el 13, en Playa Club).

¿Qué recuerdos guarda del proceso creativo y de grabación de aquel disco?

Fue una etapa muy extraña, muy incómoda para mí en muchos sentidos, debido a varios problemas con los que estaba tratando de lidiar. Supongo que podría haber esperado más tiempo antes de publicar el disco, o directamente parar la grabación, pero como mis dos discos anterioes habían sido bien recibidos por la crítica, pensé que era un momento espantoso para detener mi carrera. Creí que lo más importante era mantener mi ritmo de trabajo, incluso aunque estuviera por encima de mis propias necesidades personales. Quise hacer un disco que fuese tejano (nació en Memphis pero vive en la localidad tejana de Abilene), y no mancuniano. Quise que el disco sonara a mi hogar, y afortunadamente sigo escuchando eso exactamente cuando me lo pongo. Tiene el sonido del oeste de Tejas, desnudo, arenoso, solitario...

¿Es fácil sentirse identificado con estas canciones sobre el escenario diez años después?

Sí, las siento de la misma forma. Como te decía, las canciones me siguen sonando a Tejas, física y espiritualmente. Para mí, el disco ha aguantado muy bien el paso del tiempo, y en mi corazón sigue siendo algo auténtico y real. Todavía me siento muy orgulloso por lo que conseguí con ese disco a nivel personal.

¿Sintió presión por el éxito del disco?

No diría eso. Creo que no he sentido presión en ningún momento de mi carrera discográfica, a nivel de «carrera». Quizá sí a nivel personal, porque cada vez que hago un nuevo disco me esfuerzo muchísimo por sacar lo mejor de mí. Cuando el público entiende mis canciones y empatiza con ellas, siento que he alcanzado el éxito. No soy para nada un artista «grande», pero consigo seguir haciendo los discos que quiero, y también consigo sacarlos a la carretera para presentarlos en directo. En ese sentido también he alcanzado el éxito.

¿Recuerda su primera gira española?

Sí, la recuerdo. Fue una temporada increíble, preciosa y sorprendente. Me sacaron del desierto de Tejas y me lanzaron dentro del fuego de Europa, y el mundo me parecía enorme. Fue alucinante. Mi primer viaje a España fue de hecho mi primera gira extranjera que no fue en Inglaterra, así que estaba muy emocionado pero también muy escéptico con los resultados. Pero recuerdo generar reacciones muy positivas en la audiencia de todos los conciertos que di. Así comenzó la relación que mantengo aún hoy con vuestro país. España me aceptó muy rápidamente, y eso ejerció, y sigue ejerciendo, una atracción muy poderosa para mí.

Si echa la vista atrás, ¿ve su carrera dividida en capítulos muy diferenciados? ¿O la ve más bien como una línea recta y sin pausas?

Diría que soy uno de esos que van despacito y con buena letra, así que sí, más o menos lo veo como una línea recta y sin pausas. Ha habido algunas interrupciones en mi carrera, diferentes problemas con los que he tenido que lidiar, pero mi trayectoria no aparece como algo fragmentado en mis pensamientos.

Creo que tiene un disco prácticamente listo, ¿no es así?

Sí, lo publicaré en algún momento del próximo verano. No tengo demasiados detalles para darte, pero sí te puedo decir que es un disco muy poderoso, o al menos así lo siento yo. Hablo de temas de los que nunca había hablado antes en mis canciones, y de lugares a los que la música nunca me había llegado. Siento como si hubiera habido un espíritu guiándome a lo largo de todo el proceso, como si yo fuera más un instrumento que un compositor. Ha sido un disco muy difícil de hacer, pasé por fases de depresión, pero fui capaz de superarlos y terminar el trabajo. Tengo muchas ganas de ver cómo el mundo responderá esta vez.