Serge Gainsbourg
Serge Gainsbourg - ABC

Los escándalos más sonados de Serge Gainsbourg

En el 25 aniversario de su muerte, recordamos algunos de los momentos en que el músico francés escandalizó al mundo

MADRID Actualizado: Guardar
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1. Las piruletas del amor

Gainsbourg tenía una gran facilidad para crear melodías pop, como demostró con «Poupée De Cire, Poupée De Son», compuesta para France Gall y con la que ganó el festival de Eurovisión de 1965. Si este tema podía contener algo de fina ironía, por eso de comparar a la joven cantante de 18 años con una muñeca dirigida por él, hubo otra aportación a la carrera de Galle que representaba toda una bomba: «Les sucettes» («Las piruletas»). La chica no cayó en la cuenta de que su imagen chupando aquellas golosinas y cantando lo que le gustaba meterse aquellos palitos en la boca tenía un doble sentido bastante obvio. Cuando se dio cuenta rompió con el taimado músico.

2. La canción más sensual del mundo

«Je taime...

Moi non plus» tuvo dos versiones. En la primera, la compañera de Gainsbourg era ni más ni menos que Brigitte Bardot. La grabaron en 1968 y alguno de los que allí estuvo presente contó que lograr un efecto más real en los gemidos allí hubo roces impúdicos durante su interpretación. Sea como fuere, el marido de la actriz, Gunter Sachs, puso a sus abogados en movimiento para lograr retirar de las emisoras tan indecente canción, y la propia Bardot pidió a su partenaire que no la sacara en disco. Justo un año más tarde Gainsbourg hizo una otra versión con su nueva amante, Jane Birkin. Esta fue la definitiva, y el escándalo fue tal que hasta el Vaticano pidió su retirada a través de «L'Osservatore Romano». También fue censurada en varios países, entre ellos, como no podía ser menos, en España.

Un par de apuntes más: Gainsbourg se inspiró para la letra en la famosa frase de Dalí «Picasso es español, yo también. Picasso es un genio, yo también. Picasso es comunista, yo tampoco», y en el tema «A Whiter Shade of Pale», del grupo Procol Harum. La cuadratura del círculo llegó con la película de 1973 «Si Don juan fuese mujer», en la que Bardot y Birkin compartían escena de cama tal y como vinieron al mundo, para alimento del morbo de cualquier espectador pero, sobre todo, del propio músico francés.

2. Mancillando «La Marsellesa»

Si hay algo sagrado para los franceses es su himno, así que cuando Gainsbourg publicó en 1979 «La Marsellesa» a ritmo de reggae bajo el título «Aux armes et caetera» (grabada en Kingston, Jamaica), a muchos les pareció una herejía. Hasta recibió amenazas de muerte por parte de unos legionarios. Un año más tarde, para probar que su versión era más fiel a la letra que cualquier otra, compró en una subasta el manuscrito original del autor del himno, Rouget de Lisle. Y, efectivamente, en lugar de repetir el coro, ponía «et caetera» (forma latina de etcétera).

4. Un billete de 500 francos a la hoguera

Ocurrió en 1984, con Gainsbourg ya sin freno. Para protestar contra los impuestos, no se le ocurrió otra cosa que quemar un billete de 500 francos en un programa de televisión. Al igual que aquí ocurre con momentos como el de «el milienaurismo va a llegarrrr», aquello ha pasado a la historia de la pequeña pantalla gala.

5. Jugando al incesto

Hoy es un actriz famosa, pero por aquel entonces Charlotte Gainsbourg (hija de Jane Birkin y Serge) no era más que una adolescente de 12 años que su padre utilizó, también en 1984, para una nueva provocación. Juntos interpretaron «Lemon incest», en un juego de palabras bastante obvio, y con un vídeo que no hacía más que redundar en la idea, por si alguno todavía no se había dado cuenta. Como es natural, sobre todo estas imágenes armaron un gran revuelo, pero eso no evitó que fuera todo un éxito, sino más bien lo contrario.

6. Una proposición indecente a Whitney Houston

Dos años más tarde Gainsbourg volvió a liarla en televisión. Tras una actuación en directo, la estrella norteamericana Whitney Houston se sienta con el presentador y el músico para sostener una animada charla. Poco se podía imaginar que aquel señor con pinta de haber bebido algo más de dos copas le iba a soltar, ante millones de espectadores y en perfecto inglés: «Quiero follarte». Y, todo hay que decirlo, ella aguanta muy bien el tipo.

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