Montaje de Alberto Franco Díaz de la exposición «El mapa y el territorio» en Cámara Oscura
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LIBROS

«Ibex 35», historia reciente de las élites

Rubén Juste realiza un minucioso retrato del poder en España desde la creación del Ibex-35, en 1992, hasta el presente, de la «beautiful people» del PSOE a los grandes fondos de inversión

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El sociólogo Rubén Juste (Toledo, 1985) acaba de publicar «Ibex-35. Una historia herética del poder en España». El ensayo es un recorrido desde la creación del Ibex-35, en 1992, con vistas al arranque del proceso de privatizaciones de las joyas del Estado, en ese momento dulce en que España está en el centro del mundo porque celebra los Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, hasta la actualidad. Relata, haciendo hincapié en sus numerosísimos protagonistas, la época eufórica de los primeros 90 con sus escándalos políticos y económicos, los ajustes para entrar en la tierra prometida del euro, la internacionalización de las empresas españolas, la burbuja «puntocom», el «boom» inmobiliario, la crisis, el Plan E, el rescate financiero y el inicio de la mejora económica.

Según se desprende del libro, la historia reciente de España ha sido la de un país en el que la alternancia en el Gobierno o los cambios de régimen no han llevado a una suplantación de élites, sino a la suma o acumulación de ellas. En los consejos de administración del Ibex-35, que Juste recorre con la minuciosidad de un entomólogo aportando muchísimos nombres, con sus procedencias y relaciones, dibujando (con más de una docena de gráficos) ese ecosistema particular del poder político y económico, se han ido agregando a la burguesía de principios del siglo XX las gentes procedentes del franquismo, de la UCD, de la «beautiful people» de los años del PSOE alrededor de Carlos Solchaga, para apuntarse a partir de mediados de los 90 la influencia de José María Aznar. Después desembarcaron los hombres y las mujeres de Zapatero, que parecieron mostrar una querencia especial por el sector eléctrico y por el de la construcción (con David Taguas de presidente de su patronal, Seopan, tras pasar por La Moncloa). En la última fase que relata Juste, la actual, se añaden otros protagonistas: los fondos de inversión internacionales, con creciente presencia en el capital de las compañías españolas, además de inversores individuales, como Carlos Slim, que se hizo con FCC, proceso que tuvo como evento inaugural la compra de Endesa por la italiana Enel.

Simbiosis aliada

La sucesión de personajes, los entresijos de cada acontecimiento que relata Juste, exigen una lectura atenta, sobre todo a los más jóvenes, pero también a los mayores que sólo recuerden titulares. Las puertas giratorias, es decir, el paso de la política al mundo de la gran empresa, y viceversa, no es algo del más inmediato presente. Viene de antiguo. Si las revoluciones burguesas estallaron motivadas porque quien se había hecho con el poder económico fruto de los nuevos modos y medios de producción quería hacerse también con el político para administrar lo público según sus intereses desplazando a las élites antiguas, lo que hemos visto en España en las últimas décadas parece haber sido una relación sin conflicto y simbiótica entre lo político y lo empresarial. Se ha utilizado el Estado y la política para alcanzar puestos de poder económico, o para colocar a aliados, o para buscarlos y así, contar con apoyo para los planes que se querían desarrollar. Pero el sector privado también ha usado al público. Al principio, la participación política en la empresa tenía coartada: respondía al derecho del Estado a estar representado en el consejo de una compañía con capital público; al extenderse a empresas cien por cien privadas, ello obedece a otros intereses.

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