Lena Dunham, en una imagen promocional
Lena Dunham, en una imagen promocional - AUTUMN DE WILDE
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Lena Dunham: «A las mujeres con ambición se las trata como un error genético»

La creadora y protagonista de la serie «Girls» publica en España su autobiografía, «No soy ese tipo de chica». Aclamada por la crítica, ya hay quien la denomina «la hija acelerada de Woody Allen»

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Humor, inteligencia y sinceridad. Son los tres ingredientes que definen la personalidad de Lena Dunham (Nueva York, 1986), y también la esencia de su autobiografía, «No soy ese tipo de chica» (Espasa). Actriz, guionista, directora, escritora, productora... Pocos son los palos que le quedan por tocar a Dunham, que saltó a la palestra mediática en 2012. En abril de aquel año, la cadena HBO comenzó a emitir «Girls», serie creada y protagonizada por ella misma.

Desde entonces, su papel como icono cultural ha ido creciendo, sobre todo en Estados Unidos. Convertida ya en referente de una generación, la nacida a principios de los 80, Lena Dunham decidió desnudarse (un poco más) en las páginas de este libro, que se lee como las memorias que a Gloria Steinem le hubiera gustado escribir a los 20 años.

Inmersa en la promoción europea del libro, Dunham conversó con ABC Cultural desde Londres.

- Si no es esa clase de chica..., ¿quién es Lena Dunham?

- Una de las razones por las que titulé así el libro, No soy ese tipo de chica, es porque me gusta la idea de que, en realidad, nadie es ese tipo de chica, no es una chica concreta. Es sólo una de las numerosas variantes de lo que significa ser mujer y ser hombre. Quería que eso se viese claramente en el título. ¿Quién soy yo? Diría que la definición cambia cada día. La forma en que soy hoy es muy diferente de la que era ayer y de la que seré mañana.

- Ha alcanzado el éxito con «Girls», de la que es creadora, guionista y protagonista. ¿Por qué decidió escribir unas memorias sobre ser joven y mujer, que también es el argumento de la serie?

- Me he sentido una mujer muy valiente escribiendo el libro. Me encanta ser joven y mujer. Principalmente escribo sobre eso. Siento un gran placer al hacerlo. Sólo me frustra cuando me siento juzgada de una manera en que a un hombre no se le juzgaría, por mi sexo. Es lo único frustrante. Aparte de eso, ser joven y mujer es lo más emocionante de estar viva.

- ¿Hasta qué punto le inspiró la idea de transmitir consejos basados en sus tropiezos?

- Creo que me motivó mucho la idea de que, con un poco de suerte, las dificultades por las que he pasado podrían ser útiles para otras mujeres. Esa era mi mayor esperanza.

- Tardó tres años en escribirlo. ¿Qué aprendió en el proceso?

- He aprendido mucho sobre mí, sobre quién soy y lo que es importante para mí, porque cuando escribes un libro pasas mucho tiempo contigo mismo, un tiempo intenso. Y descubres exactamente cuáles son tus valores y qué es lo que no puedes hacer. He aprendido mucho cómo procesar mis propias experiencias.

- Hablando de experiencias, menciona la agresión sexual que sufrió en la universidad.

- Sí. Fue importante para mí escribir de eso y hablar del tema. Pienso que era muy importante en ese momento. Y contar mi versión de esa historia.

- ¿Le ayudó?

- No voy a decir que no. Escribir no lo soluciona todo, pero hablar de ello fue, sin duda, una parte muy importante del proceso de recuperación.

- ¿Hay algo que le haga sentir incómoda, algo de lo que no sea capaz de hablar?

«Quizá mi definición de privacidad sea distinta, tengo una definición»

- Hay cosas que me parecen privadas, especialmente sobre mi familia o mi novio. Entonces trato de tomarme en serio la idea de que lo son, y doy espacio a la gente a la que quiero. Me preocupa mucho protegerlos. Hay cosas de las que no quiero hablar y no están en el libro. Quizá mi definición de privacidad sea distinta a la de otras personas pero, sin duda, tengo una definición.

- ¿Le preocupa que, al contar experiencias personales, pueda traicionar a sus seres queridos?

- No, porque la mayoría de las veces, antes de publicar cosas, las comparto con la gente a la que quiero. Si sigo en contacto con alguien y tenemos una relación estrecha, se las enseño antes de publicarlas.

- ¿Cree que se esconde, aún, a ciertos niveles personales?

Sin duda. Nos escondemos todo el tiempo. Escondemos las cosas de las que todavía no estamos preparados para hablar. Estoy segura de que lo hago, pero aún no sé qué significa.

- ¿Sigue padeciendo ansiedad?

- Sí. Creo que si eres una persona que padece ansiedad, la ansiedad nunca desaparece totalmente. Me siento afortunada porque tengo unos recursos y unos amigos fantásticos, y tengo la oportunidad de perderme en mi trabajo. Soy tan afortunada como pueda serlo, posiblemente, una persona que padece ansiedad.

- ¿Hay relación entre sus miedos, su ansiedad, la terapia a la que tuvo que someterse, y su capacidad creativa?

- Antes solía pensar que para ser una persona creativa tenías que torturarte y angustiarte. Ya no lo creo. Ahora se trata de angustiarte menos, de crear un espacio para ti. Angustiarte menos crea un espacio para expresarte realmente, tú misma, sin la distracción del estrés.

- Sus padres son artistas. ¿Cómo fue crecer en ese entorno?

«Solía pensar que para ser creativa tenías que torturarte y angustiarte. Ya no»

- Tener padres que son artistas te da cierta libertad para expresarte de una forma muy alegre y sana. Entienden lo que es ser creativo y expresarse de una forma apasionada. Y te sientes muy apoyada. En otro trabajo, a lo mejor no te sentirías tan apoyada. Soy muy afortunada.

- En ese sentido, ¿hasta qué punto es autobiográfica su obra?

- El libro, obviamente, es muy autobiográfico, pero hay cosas que no tienen nada que ver conmigo. Depende de la parte de la obra. Creo que podía pasar de una cosa a la otra.

- ¿Y qué tal lleva las críticas?

- Me las tomo bastante bien. Intento no pensar en ellas todos los días, pero creo que un poco de crítica es sano para todo el mundo.

- Precisamente, una de las ambiciones de Hannah, su personaje en «Girls», es poder mirar a la cara a Michiko Kakutani, crítica literaria de «The New York Times».

- Ese era su sueño. Es una idea que escribieron los guionistas y me hizo reír mucho.

- El caso es que usted recibió una crítica muy buena de Kakutani cuando publicó «No soy ese tipo de chica».

- Sí, fue increíble. Era la fantasía de Hannah.

- En la crítica, Kakutani describía su libro como «inteligente» y «divertido». Me pregunto qué se siente al leer eso.

- Fue emocionante. Me encanta su trabajo, su voz como crítica, lo que decide decir y lo que defiende, por lo que es un gran honor que ella leyese el libro con tanta atención e inteligencia.

- Kakutani es hoy una de las críticas más influyentes. A usted, la revista «Time» la incluyó en 2013 entre las cien personas más influyentes. ¿Se considera una persona influyente?

«Sería una locura pensar que soy una persona influyente»

- Creo que sería una locura pensar que soy una persona influyente, porque es una idea surrealista. Me siento afortunada de que la gente escuche las cosas que digo, de poder hablar de temas que me preocupan y cambiar un poco las cosas. Pero no me considero una persona influyente.

- Bien, hablemos de sexo.

- ¡Por supuesto!

- En el libro, como en la vida real, su vagina está muy presente.

- Es verdad.

- Podríamos decir algo así como… ¡es el sexo, estúpido!

- Sí, desde luego, totalmente.

- Habla mucho de las relaciones de las mujeres con sus cuerpos, que son complejas y difíciles. Pero el sexo es sólo una parte, ¿no cree?

- Sí, lo creo. El sexo es sólo una de las formas en que expresamos la complicada relación con el cuerpo, y es una de las maneras en que ganamos o perdemos poder. Lo que me gusta de escribir sobre sexo es que revela lo que le está pasando a alguien en su interior.

- Mientras preparaba esta entrevista escuchaba a Nina Simone, Ella Fitzgerald, Billie Holliday....

- Increíble.

- ¿Dónde podemos encontrar hoy las voces de mujeres poderosas en nuestra sociedad?

«Lo que me gusta de escribir sobre sexo es que revela lo que te está pasando dentro»

- Hay muchas. Nunca ha sido mejor momento para ser mujer. Piense en Oprah, en cómicas como Amy Poehler o Tina Fey, o en políticas como Hillary Clinton o Sonia Sotomayor. El poder femenino y la representación femenina están en un momento increíble. El diálogo sobre feminismo antes ni existía. Es un momento emocionante para ser mujer.

- ¿La sociedad las escucha?

- Sí. Creo que cada vez las escucha más. Algunas de las voces más poderosas de nuestro país son mujeres. No tiene más que pensar en Beyoncé. El mundo de la música pop, ahora, es un mundo femenino. Las mujeres que lo están haciendo, lo están haciendo de verdad.

- Hablando de voces, hay un momento, al comienzo de la serie, en el que Hannah dice: «Creo que quizá soy la voz de mi generación o, por lo menos, una voz de una generación». ¿Cree que, como generación, necesitamos una voz?

- Creo que la generación es tan polifacética, tan compleja, y hay tantas personas que es imposible esperar que una mujer o una persona hablen en nombre de todos, lo que es parte del chiste que cuenta Hannah. No puede haber una voz de una generación totalmente globalizada, complicada, desesperada y diferente. Necesitamos muchas voces que representen muchas experiencias humanas.

- En el libro menciona a mujeres que son referentes para usted, como Gloria Steinem o Nora Ephron. En su opinión, ¿qué significa el feminismo?

«A las mujeres las controla un discurso dominante que es irreal para ellas»

- El feminismo, para mí, significa una cualidad y una oportunidad de no perder experiencias y de no estar limitada por el hecho de ser mujer. Significa justicia, el derecho a tener todas las cosas a las que tienes derecho, y de no estar limitada, de que no te controlen, porque no eres un muñeco. Cuando la gente dice que no es feminista, lo que dice en realidad es que no cree en una cualidad y en quien se siente de esa manera.

- ¿Cómo valora el trato que se da a las mujeres de éxito?

- Cuando tienes éxito y eres mujer te someten a un análisis minucioso al que no someten a tus homólogos masculinos. Analizan tu vida sexual, tu historia, tus tendencias políticas... A las mujeres con ambición se las trata como si fuesen un error genético, como si les faltasen las cualidades femeninas adecuadas, mientras que se alaba a los hombres ambiciosos. Es algo en lo que tenemos que trabajar mucho para superarlo.

- ¿Y qué piensa del ideal femenino de belleza que defienden los medios?

- Lo interesante es que cambia todo el tiempo. Hay cosas que pasan de moda, pero lo que no cambia es la idea de que las mujeres deben tener un determinado aspecto, y que las controla un discurso dominante que es irreal para ellas. Es muy injusto. Tenemos que intentar cambiarlo, porque tanto si se trata de estar más delgada o más gorda, eso conduce a que la gente sienta que no encaja.

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