Vista aérea del Castro de San Lourenzo.
Vista aérea del Castro de San Lourenzo. - PROJECTO ARQUEOLÓGICO CASTRO DE SAN LOURENZO

La tumba de María Castaña

Así han apodado los arqueólogos a la sepultura medieval de una mujer que han hallado en Cereixa, donde vivió la brava gallega que dio origen al dicho

MADRID Actualizado: Guardar
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Un equipo de arqueólogos ha encontrado en Galicia la que han apodado como «tumba de María Castaña», un enterramiento medieval en el que han encontrado dos cuentas de collar, lo que les lleva a pensar que se trata de una mujer.

El hallazgo ha tenido lugar durante unas excavaciones del castro minero romano de San Lourenzo, en la localidad lucense de A Pobra do Brollón, en las que se han descubierto más tumbas medievales datables en el siglo XII. A la sepultura que creen que pertenece a una mujer la han llamado «tumba de María Castaña», porque esta brava gallega que dio origen al dicho era vecina ilustre de la parroquia de Cereixa.

En aquellos remotos tiempos, el lugar donde ha sido encontrada la tumba podía haber sido «la antigua iglesia parroquial de Cereixa y no simplemente una capilla rural», señala a Europa Press Xurxo Ayán, director del proyecto.

Esta era una de las hipótesis de partida de su equipo.

Se trata de «un espacio sagrado de larga duración, ocupado entre los siglos XI y XIX, que parece estar vinculado a la antigua ruta jacobea del Camino de Invierno», destaca el arqueólogo.

En la campaña del año pasado se excavó una antigua capilla ocupada probablemente desde el siglo XI hasta el XIX, según han precisado desde la propia plataforma del Castro de San Lourenzo. Este año, los trabajos se han realizado en algunas zonas de la capilla que habían permanecido intactas. En el interior de una edificación anexa se han descubierto dos tumbas y una tercera en el exterior del edificio.

Cuando menos, ha indicado la plataforma del Castro de San Lourenzo, una de las tumbas es del tipo conocido como «de orejeras» por presentar sendas piedras situadas a ambos lados de la parte de la cabeza para mantenerla erguida. «El cristianismo cree en la resurrección, de ahí las orejeras, para que cuando ésta se produjese la cabeza del difunto estuviese orientada al altar», explica Ayán.

Por la tipología de las propias tumbas, el equipo data el hallazgo en torno al siglo XII, aunque no descarta que pudiesen ser más antiguas. Para tratar de datarlas se van a hacer unas analíticas de Carbono 14 de los carbonos encontrados, así como análisis de cerámicas a cargo del Incipit-CSIC y la Universidad del País Vasco.

Las tumbas de San Lourenzo serían los restos funerarios más antiguos de la Terra de Lemos desde el hallazgo en los años 40 de las «Momias de Proendos» en Sober, datadas también en época medieval.

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