Seis misteriosos sonidos que la Ciencia no puede explicar

Escucha el famoso «The Hum», el aullido de los mares o las explosiones del cielo, inquietantes zumbidos o quejidos cuyo origen, a pesar de los esfuerzos, no ha podido ser identificado

Hay sonidos enigmáticos que la Ciencia no puede explicar Foto: Fotolia
José Manuel Nieves

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Nuestro mundo está lleno de sonidos. La mayoría de ellos pueden ser identificados, ya sea directamente o tras análisis mas exhaustivos, como fue el caso del famoso "Bloop" , un misterioso sonido de alta frecuencia captado en 1997 en las profundidades marinas por los micrófonos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos (NOAA). Tras 15 años de intriga, durante los que se llegó a decir que el enigmático sonido (puedes escucharlo aquí) podía ser emitido por un gigantesco mamífero marino nunca visto, mucho mayor que una ballena, los investigadores dieron con la solución: se trataba del "rugido" de enormes plataformas de hielo rompiéndose a miles de km. de distancia.

Pero no con todos ha sido tan fácil. Existen, en efecto, un buen número de sonidos cuyo origen, a pesar de los esfuerzos, no han podido ser aún identificados. Presentamos aquí solo una pequeña selección, algunos de ellos recogidos por la revista Cosmos hace apenas unos días.

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The Hum, el lastimero quejido del planeta

Su nombre es The Hum (el zumbido ). Los que lo han oído alguna vez (cerca del 2% de la población), lo describen como una especie de lamento, un sonido de baja frecuencia que lleva escuchándose, aleatoriamente, desde la pasada década de los 60 en territorios tan dispares como Nuevo México, Canadá, Escocia o Nueva Zelanda. Muchos lo describen como el ruido de un motor lejano, como el de un camión al ralentí. El sonido puede llegar a ser obsesivo y no desaparece ni poniéndose tapones en los oídos.

Los estudios realizados revelan que suele apreciarse mejor en el interior de las casas que al aire libre, que se escucha más en zonas rurales que en grandes ciudades y que la mayor parte de las personas que lo han oído alguna vez son de mediana edad.

Se ha especulado con la posibilidad de que se trate de un "sonido psicológico", algo que solo está dentro de nuestras cabezas, pero quienes lo han padecido aseguran que se trata de algo muy real. La mayor parte de las fuentes más obvias, como el tráfico, industrias cercanas o incluso el zumbido de los cables de alta tensión, han sido descartados, lo cual ha dejado el campo libre a otras explicaciones menos ortodoxas, como profundos temblores de la tierra, ruidos marinos (incluso en tierra firme y lejos de la costa) y, como no, los consabidos extraterrestres.

Uno de los estudios más recientes, llevado a cabo por el geólogo David Deming, de la Unversidad de Nebraska, sugiere que The Hum podría ser consecuencia de transmisiones militares por radio en frecuencias muy bajas. Algunos animales pueden percibir esta clase de frecuencias y saber, por ejemplo, que va a haber un terremoto. Puede que algunos humanos también tengan esa capacidad. En esta página web puede comprobarse dónde y cuando se ha escuchado con mayor frecuencia este inquietante sonido.

2

Skyquakes, terremotos en el cielo

Más sobrecogedores, si cabe, son los sonidos de unas misteriosas "explosiones" que vienen del cielo y que no tienen un motivo aparente. Conocidas en inglés como "skyquakes", o "terremotos del cielo",han sido escuchadas con claridad por miles de personas desde la India al Japón, y su origen sigue siendo un misterio sin resolver. Uno de los más espectaculares, grabado por un vecino d Budapest el 1 de Noviembre de 2012, puede escucharse en este enlace .

Los estudios llevados a cabo para identificar su origen muestran que suelen oirse sobre todo en ciudades costeras o próximas al agua. Un pequeño número de ellos ha podido ser relacionado con aeronaves militares rompiendo la barrera del sonido, pero se tienen testimonios desde el año 1824, mucho antes de que esa tecnología estuviera desarrollada.

Entre las distintas explicaciones aventuradas por la ciencia figuran enormes olas rompiendo contra las rocas, y se ha comprobado que, en ocasiones, algunas dunas de arena son capaces de producir extraños sonidos, incluso similares a los de una explosión. Otra posible opción sería el "boom" sónico de meteoros penetrando en la atmósfera, o incluso las ondas de choque provocadas por una eyección de masa coronal del Sol al encontrarse con el campo magnético terrestre. La erupción de volcanes lejanos, truenos redirigidos a las capas altas de la atmósfera o profundos movimientos de rocas en las profundidades terrestres completan el abanico de posibilidades. Puede que la respuesta consista en una mezcla de todos estos factores. O puede que no. Lo cierto es que no existe, aún, una explicación oficial.

3

Escucha el sonido de la ballena aquí

La ballena más solitaria del mundo

Nada hay más sobrecogedor que el canto de una ballena. Sin embargo, perdida en el océano, circula un ejemplar que es capaz de hacerlo a una frecuencia única. De hecho, mientras que el resto de las ballenas emiten sonidos entre los 10 y los 39 hercios, esta ballena solitaria dispara su canto hasta los 52 hercios.

El sonido lleva siendo grabado y rastreado en el Pacífico Norte desde 1992 por un conjunto de hidrófonos de la marina norteamericana, pero nunca se ha conseguido ver o estudiar de cerca a su autor. Curiosamente, los movimientos de este extraño cetáceo parecen no estar relacionados con los de otras ballenas, aunque tienen ciertas similitudes con los de las ballenas azules.

Los investigadores piensan, aunque no están del todo seguros, que se trata de un ejemplar que sufre malformaciones, o quizá de un extraño híbrido, fruto de la unión de una ballena azul con otra especie de cetáceo. Se la conoce como "la ballena más solitaria del mundo", ya que rehuye el contacto con sus congéneres. Su canto, desde luego (acelerado aquí hasta los 520 hercios para que sea audible para nosotros), llega hasta lo más profundo.

4

Escucha el sonido Upsweep aquí

Upsweep, el aullido de los mares

Grabado por primera vez en el Océano Pacífico en 1991, este extraño sonido, conocido como "Upsweep" (barrido hacia arriba), pasa rápidamente de frecuencias bajas a otras más altas. Parecido a un aullido, es capaz, literalmente, de poner los pelos de punta a quienes lo escuchan.

Los científicos que lo han estudiado se han dado cuenta de que su intensidad varía en las diferentes épocas del año, alcanzando el máximo en primavera y en otoño. No está claro si los cambios son de la propia fuente de emisión o del entorno a través del que viajan las ondas sonoras.

Su explicación más plausible, aunque no confirmada, es que se trate de un sonido provocado por volcanes submarinos. Se cree que el sonido puede ser el resultado de la lava caliente al mezclarse con el agua de mar, mucho más fría.

5

Escucha el sonido Slow Down aquí

Slow Down, el misterio continúa

Se trata, sin duda, del sonido marino más misterioso de todos los tiempos. Fue grabado por La NOAA (National Oceanic and Atmospheric Administration) el 19 de mayo de 1997 y de inmediato llamó la atención de los investigadores, que nunca habían escuchado algo parecido.

Su nombre se debe al hecho de que el sonido va bajando lentamente de frecuencia durante sus siete minutos de duración. Fue captado utilizando el mismo tipo de hidrófonos que grabaron el Bloop, pero en esta ocasión su intensidad fue tal que pudo ser detectado en un radio de 2.000 km. de distancia del punto original. La grabación que acompaña estas líneas ha sido acelerada 16 veces.

Algunas teorías apuntan a la posibilidad de que el sonido fuera emitido por un calamar gigante u otra especie desconocida de animal marino. Sin embargo, no se conoce animal alguno capaz de emitir un sonido parecido, por lo que los científicos pronto optaron por una "explicación geológica". ¿Volcanes?, ¿Un corrimiento de tierras en el fondo oceánico? Lo cierto es que no se sabe. El sonido, además, nunca pudo volver a ser detectado.

6

El «canto» de los colosos de Memnón

A diferencia de los sonidos anteriores, que han sido oídos durante décadas o siglos, el "canto" de los colosos de Memnón, en Egipto, lleva miles de años escuchándose. Ambas estatuas, de 18 metros de altura y 720 toneladas de peso cada una, se encuentran cerca de Luxor, y fueron construidas en honor del faraón Amenoteph III.

Se sabe que en el año 27 antes de Cristo, un fuerte terremoto dañó gravemente a uno de los colosos, agrietando su sección inferior y colapsando la parte superior. Poco después, los habitantes de la zona empezaron a tener noticias de que algo muy extraño estaba sucediendo: en ocasiones, las estatuas "cantaban".

Los sonidos solían producirse al amanecer y parecían intensificarse principalmente en febrero o marzo. ¿Un ardid para atraer visitantes, ya en aquella época? Para el historiador y geógrafo griego Strabo, el "canto" sonaba parecido a un golpe, mientras que el viajero y geógrafo griego Pausanias lo comparó con el sonido que produce la cuerda de una lira al romperse.

Los científicos de la actualidad especulan con la posibilidad de que el sonido fuera causado por un aumento en el calor y la humedad en las ruinas de la piedra cuando el Sol se alzaba sobre el horizonte. Pero no pueden verificar su teoría, porque aunque las estatuas aún existen, el sonido ya no. De hecho, hacia el año 199, el emperador romano Septimius Severus ordenó la reparación de los daños causados por el terremoto, y el canto desapareció.

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