Larva de perca capturada en el Mar Báltico, con su estómago lleno de plástico
Larva de perca capturada en el Mar Báltico, con su estómago lleno de plástico - Oona Lönnstedt
SCIENCE

El plástico, la letal comida rápida de los peces

Los científicos están preocupados tras averiguar que las larvas de algunos animales prefieren ingerir pequeñas partículas de plástico antes que su comida

Esto disminuye su probabilidad de supervivencia y hace que su comportamiento sea anormal

MADRID Actualizado: Guardar
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Según decía Jorge Manrique, todos los ríos van a dar a la mar. En el caso de plástico, se podría decir que pasa algo parecido. Los ríos, los lagos y las aguas residuales se convierten en auténticos autopistas que permiten que el plástico llegue a las costas, mares y océanos del mundo. Una vez que llegan allí, se hunden y desaparecen de la vista, pero acaban fragmentándose y convirtiéndose en pequeñas partículas, de menos de 5 milímetros, capaces de llegar a ser un auténtico incordio para la naturaleza.

Este jueves, una investigación presentada en la revista « Science» ha estudiado cómo este plástico puede dañar a los peces en esa etapa en la que son más vulnerables: durante su fase de larva.

Según sus conclusiones, las poblaciones de peces pueden estar disminuyendo drásticamente, porque las larvas comen plástico en lugar de comida.

«Los peces que hemos criado en distintas concentraciones de partículas de microplástico tienen una menor tasa de eclosión y tienen comportamientos anormales», ha explicado Oona Lönnstedt, primera autora del estudio e investigadora en la Universidad de Uppsala, en Suecia.

Según las conclusiones obtenidas por el equipo de esta bióloga marina, las concentraciones de plástico que se pueden encontrar en aguas costeras de Suecia o cualquier lugar del mundo son capaces de reducir enormemente las tasas de crecimiento de las poblaciones de peces. El motivo es que las larvas comienzan a alimentarse de plástico en vez de plancton, por lo que aumenta su tasa de mortalidad.

«Esta es la primera vez en la que se ha averiguado que un animal prefiere alimentarse de partículas de plástico, y esto es un motivo de preocupación», ha dicho Peter Eklöv, coautor del estudio.

Pero no es solo una cuestión de alimentación y de crecimiento. Las larvas expuestas a las partículas de plástico durante su desarrollo se comportan de un modo extraño: «son menos activas (...), e ignoran el olor de depredadores», ha explicado Lönnstedt.

Esto, reduce aún más la probabilidad de superviviencia de estas larvas. Según este estudio, las larvas que comían plástico eran cazadas cuatro veces más rápido que las larvas no expuestas al plástico. Esto podría tener unas consecuencias catastróficas si, además de en las pruebas de laboratorio, ocurriera en el entorno natural.

«Se ha observado un incremento de la polución de plástico en el Mar Báltico y un descenso en las poblaciones de percas y lucios, entre otras especies clave. Nuestro estudio sugiere un razón que podría explicar por qué », ha dicho Peter Eklöv.

Si estos efectos se extienden a otros animales, Lönnstedt teme que las consecuencias sean «profundas». Para evitarlo, sugiere que es el momento de usar nuevas estrategias de gestión del plástico o producir compuestos biodegradables para reducir la contaminación en los océanos.

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