Economia

Los beneficios

En 2015 estos incentivos se incrementarán en 2.358 millones a pesar de la reforma fiscal del Gobierno El porcentaje de deducciones en IRPF y Sociedades permanece inalterable durante toda la crisis

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De ahí que numerosos expertos apuesten por limitarlos al máximo -cuando no suprimirlos-. Sin embargo, si algo han demostrado estos incentivos con el paso del tiempo es que son irreductibles. Sobreviven a todo tipo de reformas tributarias, sean más o menos profundas.

Y no solo eso. También a la crisis económica actual. Una de las incógnitas de los Presupuestos Generales del Estado de 2015 era saber cuál sería el impacto de la reforma fiscal en estas deducciones. Y es que el Gobierno había insistido en que uno de los objetivos de la medida era limitar estos beneficios para minimizar la erosión recaudatoria en el sistema tributario -además de compensar la rebaja de tipos en el IRPF y Sociedades-. Sin embargo, la realidad, a priori, parece la contraria. De hecho, estos incentivos aumentan en 2.358,97 millones de euros al pasar de un total de 38.360,15 millones en 2014 a 40.719,12 millones el próximo año. Si se compara con 2007 (antes de la crisis) los beneficios caen 11.000 millones. Algo lógico teniendo en cuenta que los ingresos de los trabajadores, así como los resultados de las empresas, se han hundido en ese tiempo, por lo que la cuantía de cualquier deducción es menor. Pero sobre el total de impuestos recaudados el porcentaje es similar.

En concreto, los beneficios fiscales en el IRPF y No Residentes para 2015 registran un ligero retroceso del 1,9% hasta situarse en los 16.814,55 millones. Esto supone un 22,6% respecto a la recaudación total de este impuesto. En 2007, tiempo de bonanza económica, los beneficios fiscales de este tributo representaban una cifra parecida: el 25,7%. «Cada deducción fiscal responde al éxito de un lobby empresarial», asegura José Ignacio Conte, profesor de Economía de la Universidad Complutense de Madrid y analista de Fedea.

En este sentido, uno de los incentivos más afectados de cara a 2015 es el de las deducciones por inversión en vivienda habitual, que disminuye un 5,8% hasta los 1.681,21 millones. Una reducción que Hacienda achaca a la desaparición de este incentivo para las compras de la vivienda a partir del 1 de enero de 2013. Algo que no ocurría en la época de mayor fiebre inmobiliaria. De hecho, en los Presupuestos de 2008 estas deducciones crecían a un ritmo del 11,6% y alcanzaron los 4.227,47 millones. Con la crisis ya iniciada en 2010 los incentivos para comprar una vivienda llegaron a su máximo con 4.415,36 millones. Sin embargo, un año después se produjo un desplome del 33,7% hasta los 2.928,40 millones ante el colapso de este mercado.

Según Conte, las deducciones y exenciones «generan ineficiencias recaudatorias». En su opinión, la disminución de los beneficios fiscales en el IRPF en términos absolutos tiene que ver con la menor disposición de renta y, por tanto, de la imposibilidad de acogerse a ellas, por lo que las califica de «regresivas».

Mayor cifra desde 2009

Algo similar ocurre con las deducciones en el Impuesto de Sociedades. En los Presupuestos Generales de 2015 los beneficios fiscales de este tributo son los más elevados desde 2009 en términos absolutos, con un crecimiento del 19,3% hasta los 3.949,74 millones. El Gobierno justifica el incremento por la previsión de mejora de los beneficios empresariales y, por tanto, de las bases imponibles además de las mayores deducciones por I+D+i (con un crecimiento del 163%) o al tipo reducido para entidades de nueva creación (que casi se duplica con una subida del 92,5%). Sin embargo, la realidad es que estos incentivos se mantienen en los mismos niveles que antes de la crisis. En 2015 representarán el 16,7% de la recaudación total del impuesto. En 2007 -año récord de ingresos de esta figura con 44.823 millones- los beneficios fiscales representaron el 16,6%.

En términos absolutos los incentivos en Sociedades en 2008 alcanzaron los 8.285,29 millones. Al año siguiente cayeron hasta los 6.761 y en 2010 se situaron en los 3.640. Pero en todos esos años los porcentajes sobre el total de la recaudación siguió alrededor del 15%. Es decir, las fluctuaciones no se debieron a eliminaciones de deducciones, sino a la propia evolución económica.

El caso del IVA es el más claro al estar vinculado al consumo. En época de bonanza, los beneficios fiscales (los tipos reducido y superreducido) alcanzaron en 2009 los 23.494,34 millones para hundirse al año siguiente (17.013,74).