Sociedad

Las tapas que faltaban

Segunda parte de la guía del tapeo gaditano, en la que se incluyen los locales que quedaron fuera la pasada semana Diez restaurantes que deben aparecer en toda guía sobre Cádiz

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Esto de hacer listas de bares y tapas es arbitrario y caprichoso. Peligroso. 'Las mejores tapas de Cádiz', como si hubiera una sola alineación, fue el reportaje que salió publicado en estas páginas la pasada semana. El resultado ha sido un infierno. Golpes por la calle, papelitos anónimos en el parabrisas: «Te vamos a ronquear» ('rajar' en dialecto gastronómico), conejos (en escabeche) colgados en la puerta de casa, pescadillas (fritas) en el baño. Han sido tantas las quejas, los correos electrónicos, las sugerencias con o sin insultos de amigos, conocidos y parientes con o sin bar que llega el momento de admitirlo y rendirse. La lista era bastante tonta y aquí llega la rectificación. Los siguientes bares podrían haber estado perfectamente en la lista de las mejores tapas de Cádiz.

1 Bar Nono. Está escondido, rodeado de edificios abandonados (Olivillo, Escuela de Náutica...) pero a metros de La Caleta. Cocina de temporada, recetas de siempre y perol pero con su toque. Un punto creativo. Pescado, carnes, mercado y precio. Una casa de comida de una vez. Desayunos con churros, trabajadores y funcionarios atestan un local pequeño que se llena a diario. Puede ser molestia o garantía. 2 El Rinconcito. Para encontrarlo hacen falta un GPS. Para orientarse, está en la calle Antonio Machado. Relicario del pescado frito y fresco, o viceversa, para los beduinos. Proletario a rabiar, radicalmente de barrio, absténganse pijos y exquisitos. Tapeo verité en un soportal, poco atractivo hasta con ropa tendida alrededor, pero una institución por oferta y trato. Ni una sorpresa, difícil decepción.

3 Rayuela. En la calle Sopranis. Curioso híbrido de cocina suramericana y gaditana. Pequeñas parrilladas, hamburguesas de veras, yuca, ceviches... Local precioso y cuidado, pero pequeño. El saloncito del fondo es una delicia. Miniterraza violada por motos. Fue una bodega muy popular entre los gaditanos hasta los 80, el Tadeo. Quizás por eso cuidan ahora el vino. 4 La Rambla. A tres metros del anterior. Sopranis, centro. Cocina gallega en local eterno, de azulejos, hule y fotos antiguas. 'The New York Times' lo recomendó como mejor restaurante de Cádiz en 2010. Imperturbable, con servicio atento y sobrio. Forma parte de esa prodigiosa tradición mestiza que mezcla cocina norteña (gallega) con los gustos andaluces.

5 La Mentirosa. Cuarto nombre en dos años de un local que parece maldito. Ahora ha logrado clientela estable. En el Mentidero. Tapeo mesonero cuidado, de chacinas a montaditos, de arroces a asados, de recetas clásicas a algún atrevimiento. Pequeño pero cómodo, con terraza, afable y asequible. De lo mejor de la zona junto con el ínclito Veedor (en la calle homónima), refugio de profesionales, de VIPS y hasta de algún famoseo gracias a la vieja y brillante idea de mezclar bar con ultramarinos, excelencia de colmado: tortillas, quesos, jamón, vino y cerveza en todos los tamaños imaginables.

6 El Viajero. En el Paseo Marítimo. El local es un punto vintage, pero muy disfrutable, hippioso. Sobre todo la terraza inferior con pérgola. Amplia oferta de tapas con especial tino para los patés, los juegos internacionales (aire asiático) con atún, pollo, pastas... Cocina inteligente, juvenil, divertida y resolutiva más que excelsa. Organizan catas. Estupendo para grupos pequeños. Precios para todos.

7 Cumbres Mayores. Asador de siempre, taberna grande y cuidada. Jamón, queso, montaditos, guisos estándar con animales terrestres descuartizados. Son distribuidores y eso les garantiza buen género con denominación de origen. En la calle Zorrilla. Suele llenarse y ya lo han ampliado dos veces en los últimos años. Puede que no sorprenda, pero es difícil que falle. Con el mismo aire, igual de efectivo aunque más reciente y algo más escondido, Casa Lazo, en Valverde, muy cerca del Palillero, frente a la entrada de los únicos cines que sobreviven en el centro de Cádiz.

8 Nebraska. Otra tradición. En la esquina de Brasil con Muñoz Arenilla. Sus tortillas, tamaño neumático de camión, su carne mechada en salsa (o sin ella) han nutrido a varias generaciones de gaditanos. Local apretadito. Sin sutilezas. Venden mucho para llevar. Están atentos desde siempre a los platos de temporada. A unos 300 metros, en la avenida, dirección casco antiguo, el Avenida 28, con amplia bodega y magníficos desayunos. Tapeo urbano para un roto y un descosido.

9 180 Grados. Una de las revelaciones del año para los lugareños. Frente a la Bahía y los Astilleros. Deliciosas y cuidadas frituras, miniburgers honestas, rebozados suaves, ensaladas (en divertidas bandejas combinadas) además de cócteles y zumos naturales, café y copas. Cada vez más y mejor vino por copa. Carta mínima pero mimada en productos. Nada caro. Atención amable y sabia. Paisaje industrial impresionante (el mejor perfil del futuro segundo puente). Muy cerca, en la calle Emilio Castelar del mismo barrio de Astilleros, La Atalaya, pequeño bar-almacén-charcutería con seis mesas que atiende un veterano matrimonio. Unas pocas tapas que traen de casa, seis, ocho. Casi todos los días, alguna es para arrodillarse. Memorables bocadillos.

10 El Faro. Calle San Félix. La madre de todos los tapeos, el origen original y originario, el templo absoluto, el inventor de la mitad de las recetas que luego se reproducen por cada barra gaditana. Cumple 50 años. Algo de narcisismo. Maleado por el turismo. Lleno por costumbre. Eso no quita que sea una institución y que siga detrás Fernando Córdoba. Tostas redondas, recetas que se han hecho populares como el paté de cabracho, arroces (curioso el de bacalao y garbanzos), la mejor tradición de pescado en varias versiones, grandes postres... Todo en platitos, o para compartir. A un precio muy llevadero para hablar de un restaurante de postín, de referencia y casi de lujo. Algo parecido podría decirse del Bar Terraza (plaza de la Catedral y menos exquisito) o La Marea (Paseo Marítimo con calle Brasil, especializado en arroz y atún últimamente).