Economia

Las acciones bancarias no se pueden tomar un respiro ni en verano

La crisis de BES portugués vuelve a sacudir en Bolsa las cotizaciones de las entidades financieras, pendientes ahora de los test de estrés europeos

MADRID. Actualizado: Guardar
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No hay tregua que valga para la banca. Ni siquiera en este mes de agosto, tras haber presentado unos resultados semestrales que han cumplido las expectativas. El mercado bursátil mantiene en estrecha vigilancia al sector financiero español. Aunque parecía que las cuentas de las entidades dotarían de calma a sus cotizaciones, el rescate del Banco Espirito Santo (BES) ha complicado un periodo estival que podría haber sido mucho menos tenso. Pero los efectos de la crisis bancaria de Portugal, unido a las tensiones geopolíticas y los test de estrés que llegarán en otoño -sin olvidar que tras el 'rally' bursátil bancario del último año, se han sucedido las ventas-, han provocado la caída del Ibex, que ha perdido un 8% en seis jornadas. En cualquier caso, el sector financiero todavía tiene mucho que decir porque de él depende un 41% del selectivo.

La crisis del BES no tiene por qué suponer un revés para la banca española. Así lo explican los analistas, quienes creen que las entidades ya han pasado por un duro periodo de reestructuración. «Vemos difícil que se produzca un efecto contagio porque, tras un largo proceso de concentración con ampliaciones de capital y rescates, se sitúan en unos niveles de solvencia elevados», explica Xavier Mansa, gestor de renta variable de TREA Capital.

También Javier Flores, responsable del servicio de estudios y análisis de Asinver, entiende que el caso del banco luso es «puntual y de mínima influencia». Carlos Andrés, director de inversiones de March Gestión, explica que el problema de la banca «ya no es de solvencia como era hace años en plena crisis del euro, sino más bien de negocio».

Recorrido al alza

A pesar de este bache bursátil, las previsiones siguen siendo positivas. «Yo hablaría de que el estado de esos títulos es dubitativo y no tanto volátil», explica Fernando Hernández, analista de Inversis. «No lo hacen mejor por una cuestión de valoración, puesto que han dejado atrás el suelo y ahora ya hay que demostrar que van a crecer», afirma Hernández. Recomienda «mantenerse neutral» en los títulos de las entidades. «No están tan baratas como para subir como lo han hecho hasta ahora, pero tampoco tan caras como para ceder mucho terreno», expone.

También Javier Flores indica que «queda recorrido al alza» para los bancos. «Transmiten más realismo que antes, aunque nos encontramos en un periodo de consolidación», afirma este experto. Por su parte, Javier Sánchez, analista de XTB, va más allá al considerar que «todavía le queda mucho potencial a la banca y, sobre todo, a la mediana, que se encontraría ante nuevas oportunidades como la compra de BES en Portugal o la expansión a Latinoamérica». A su juicio, «se trata de un camino que la mayoría se debería plantear para seguir siendo competitivos».

Pero no es bueno generalizar. Por eso, los analistas inciden en las diferencias que existen entre unas cotizadas bancarias y otras. Por ejemplo, Jaume Puig, director general de GVC Gaesco, destaca que «queda recorrido en Santander y BBVA, cuya problemática es relativamente muy inferior» al resto. Según él, «en algún momento su comportamiento futuro se disociará del resto de entidades financieras españolas». Es más, Javier Flores apunta que «no es descabellado que Santander vuelva a los seis euros antes de regresar de nuevo a los nueve».

Lo mismo ocurriría con BBVA, que podría dirigirse al nivel de los ocho euros antes de subir a 11. Para Susana Felpeto, analista de ATL Capital, incluso dentro de la banca más doméstica «habría que diferenciar entre las entidades». Por ejemplo, Bankia, que «ya no debería tener problemas de solvencia»; Bankinter, «más centrada en las pymes»; o Sabadell, «que debe integrar sus últimas adquisiciones». Carlos Andrés afirma que «cualquier inversor que apueste por la recuperación de nuestro país se concentrará en los bancos domésticos», cuyos resultados proceden en su mayoría de España.

A la espera del BCE

La nueva prueba de fuego a la que deberá enfrentarse el sector serán los test de estrés que el Banco Central Europeo (BCE) publicará en octubre. Aunque, en esta ocasión, no hay tantos temores como en las anteriores citas. «Las nuevas medidas impulsadas durante este año dan una solidez adicional a la imagen de la banca española en el mundo», indica Javier Sánchez. Coincide con Xavier Mansa en que «se afrontan con la confianza que les da un alto nivel de coberturas y de capital».

Se descuenta que la banca española saldría bien parada de estas pruebas, que alguna entidad podría necesitar algún requerimiento adicional de capital y que, esta vez, el foco estaría mucho más centrado en otras entidades europeas, sobre todo en Italia o Alemania. «Todas las entidades tienen un 'core-capital' de entre el 10% y el 11% y, ante un escenario de estrés, no caerían por debajo de los requisitos mínimos», aclara Fernando Hernández.

«Algún banco español podría necesitar una ampliación de capital, pero eso ya se descuenta», apunta. Por su parte, Susana Felpeto explica que «la gran mayoría de las entidades no tendrán problemas en superarlos, aunque nos espera un trimestre de volatilidad porque este asunto se encuentra en la agenda y va a condicionar las cotizaciones».