ESPAÑA

Una premio Nobel de la Paz lamenta la reforma de la justicia universal

La iraní Shirin Ebadi, que obtuvo el galardón en 2003, se muestra «muy decepcionada» con el Gobierno de Rajoy por este «paso atrás»

MADRID. Actualizado: Guardar
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Shirin Ebadi lleva más de 30 años apoyando a las víctimas ante la represión del régimen iraní. Ahora en el exilio, la primera mujer musulmana galardonada con un premio Nobel se define como defensora de la globalización de la justicia y por eso se muestra contundente con España: «Estoy muy decepcionada», asegura en una entrevista concedida a Efe.

Tras clausurar en Madrid el I Congreso de Jurisdicción Universal en el Siglo XXI organizado por la Fundación Baltasar Garzón, la combativa abogada iraní lamenta «profundamente» la reforma que limita la justicia universal en España y afirma que representa un «paso atrás» que no se esperaba.

Premio Nobel de la Paz en 2003 por su compromiso con la democracia y los derechos humanos y por su lucha contra el hermético régimen iraní, no entiende «por qué un país como España que contaba con una maravillosa ley ha hecho esta reforma». La abogada iraní, que representa el activismo de la mujer musulmana contra el fundamentalismo religioso, se niega a aceptar los argumentos que empleó el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, cuando habló de la inutilidad de unos preceptos que generaban falsas esperanzas sin conseguir resultados. «Absolutamente no», asegura la premio Nobel, que confiesa que el día más feliz de su vida se lo debe a los tribunales españoles.

Se refiere al día en que el exjuez Baltasar Garzón dictó una orden de arresto contra el dictador chileno Augusto Pinochet. «Fue la esperanza de que la Justicia podía existir en este mundo», opina. En aquel momento «España estaba a punto de entrar en la comunidad internacional por la puerta grande en cuanto a la justicia», asegura.

«Ahora no es así», lamenta al aludir a la reforma de la justicia universal aprobada en el Congreso el pasado marzo con los únicos votos del PP y el rechazo de todos los demás grupos parlamentarios. «Tenemos que ir hacia la globalización de la justicia. No ir al contrario. Esta reforma nos ha llevado muy atrás, es un paso atrás muy evidente».

La abogada iraní tiene claro que el objetivo a lograr es «hacer el mundo más pequeño para los criminales y dictadores, para que así no encuentren otros caminos para esquivar la justicia». Uno de ellos, explica, es el presidente de Siria, Bachar Al Asad, que «ha destrozado completamente su país». En la entrevista, la abogada iraní pide hasta en dos ocasiones perdón públicamente al pueblo sirio porque soldados iraníes «matan a sirios inocentes».

La primera juez

Ebadi, que fue la primera mujer en convertirse en juez en Irán, tarea que ejerció hasta 1979 cuando dimitió debido a las restricciones a las mujeres impuestas tras el triunfo de la revolución islámica, denuncia el apoyo explícito que el régimen de Teherán proporciona a Al Asad mediante armas, dinero y soldados. «Eso ha hecho que la situación de Al Asad sea más favorable que antes, porque la comunidad internacional debe elegir entre echarle o aceptar a los fundamentalistas radicales en el poder», comenta. No obstante, apela a una tercera vía, la oposición moderada siria, si bien «no está unida».

Igual de pesimista se muestra respecto de Irán. «Nada ha cambiado ni cambiará», asevera Ebadi, desde la llegada del presidente reformista, Hasan Rohani, especialmente en materia de derechos humanos, puesto que «el poder lo detenta el líder supremo».