Apuntes

La incertidumbre de los chiringuitos

La renovación integral de las instalaciones de playa en El Puerto y Cádiz impide iniciar la temporada de verano con todos los negocios montados

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Las nuevas condiciones que regulan la explotación de los chiringuitos de playa en zonas como El Puerto y Cádiz se han convertido en un arma arrojadiza para sus propietarios. Ambos ayuntamientos han incluido en sus respectivos pliegos de condiciones la obligación de cambiar el diseño de los actuales chiringuitos de madera por otros más modernos. La adjudicación de estas concesiones se ha hecho demasiado tarde y ahora no hay tiempo para que los fabricantes de estas instalaciones puedan tener a tiempo las estructuras. De los once permisos que se han dado en Cádiz, solo un empresario ha iniciado el montaje. Lo mismo ocurre en El Puerto, donde aún no ha comenzado la instalación de ninguno de ellos. La temporada arranca el mes que viene y los empresarios reconocen que será difícil cumplir con los plazos, aunque garantizan su presencia en la arena. La adjudicación de estas concesiones administrativas no ha estado exenta de polémica. De hecho, la patronal del sector ha impugnado la que tuvo lugar en Cádiz y ha puesto un contencioso contra el consistorio por utilizar la fórmula de la subasta en la adjudicación en lugar del concurso público por méritos o profesionalidad. Al margen de las disquisiciones jurídicas, las nuevas condiciones han contribuido a armonizar los chiringuitos, a lavar su imagen y, sobre todo, a prestar un servicio renovado. No obstante, el propio sector avisa de que la inversión ha sido grande, hasta 200.000 euros han tenido que desembolsar algunos, lo que repercutirá, casi con toda seguridad, en los precios de algunos productos.