EL PUERTO

La inversión gallega en Visteon no logra en un año el medio centenar de empleos prometidos

La contratación es mínima, lo que obligará al Ayuntamiento de El Puerto a aplicar los 10.000 euros de sanción por cada puesto de trabajo no creado

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La situación se complica cada vez más para la inversión gallega en los antiguos terrenos de Visteon. Los compromisos sobre contratación no se cumplen y la puesta en marcha del complejo industrial sigue ligado a la concesión de subvenciones públicas. El próximo 6 de junio se cumple un año de la operación de compra de este suelo industrial por parte del grupo empresarial que lidera en la Bahía Ramón Hermo. El Ayuntamiento de El Puerto, titular de la parcela tras el cierre definitivo de la factoría en febrero de 2012, firmó la operación de venta el pasado verano con una serie de condiciones.

El exalcalde Enrique Moresco, del PP, fue quien abanderó la inversión gallega y el encargado de negociar personalmente su implantación en el municipio. Moresco y Hermo llegaron a la fase de compraventa de los terrenos después de varias desavenencias. Finalmente, el acuerdo se rubricó en junio de 2013 y, desde luego, no estuvo exento de polémica. El empresario gallego se hizo con 70.000 m2 de suelo, incluida la nave industrial de Visteon, y con una opción de compra sobre el resto de la finca. El inversor pagó 2,5 millones de euros por el terreno, pero lo más sorprendente de esta transacción es que Hermo logró juntar ese dinero gracias a una ayuda pública solicitada al Ministerio de Industria a través del 'Plan Reindus'. Los representantes del PSOE en el Consistorio pusieron el grito en el cielo al comprobar que un suelo industrial, valorado en más de 8 millones de euros, se vendía a precio de saldo.

El Ayuntamiento no quiso firmar un papel en blanco a los empresarios gallegos. Por esta razón, Moresco puso una serie de condiciones en el contrato. Así, Ramón Hermo se comprometía a crear 40 puestos de trabajo fijos durante el primer año y quince en las siguientes anualidades hasta conseguir los cien comprometidos. De lo contrario, el consistorio sancionaría a la empresa con 10.000 euros por cada puesto de trabajo no creado. Fuentes sindicales han confirmado a LA VOZ que no se ha cumplido el pacto y el Ayuntamiento tendrá que imponer las primeras sanciones, aunque otra cosa bien distinta es que Hermo pague.

Situación complicada

La situación económica del grupo de empresas que dirige Ramón Hermo es complicada. Algunas de ellas han entrado en concurso de acreedores y se teme que ponga como aval el suelo de Visteon para hacer frente a las deudas. Esta operación significaría, por un lado, la entrada de terceras personas en este suelo industrial y, de otro, la posibilidad de su pérdida como activo.

Este periódico ha contactado con antiguos trabajadores de Visteon, que habían depositado sus esperanzas en la inversión gallega como revulsivo laboral de la Bahía, sin embargo, la decepción es notoria. La multinacional de componentes de la automoción anunció el cierre de la planta gaditana el 23 de junio de 2011 y formalizó el cerrojazo en febrero de 2012, aplicando un ERE para la totalidad de su plantilla: 400 personas. El Ayuntamiento portuense, con Moresco al frente, se erigió en firme defensor de los puestos de trabajo y, sobre todo, en el conseguidor de una inversión capaz de devolver la actividad industrial a la antigua factoría. Visteon cedió el suelo al Ayuntamiento y abonó por adelantado los gastos de su mantenimiento. Pero el tiempo pasa y la parcela de Visteon sigue sin actividad. Desde CC OO se ha puesto de manifiesto la necesidad de convocar la Comisión de Trabajo de Visteon y exigir al nuevo alcalde, Alfonso Candón, la importancia de revocar el contrato con Hermo y anular la opción de compra sobre el resto de la parcela.

El empresario gallego que pilota la inversión en Visteon se dio a conocer en la Bahía hace algo más de cuatro años como el responsable o cabeza visible de un consorcio gallego integrado por 22 empresarios de la comarca coruñesa de Barbanza. Así, situaron el punto de mira inicialmente en el polígono de Las Salinas, donde montaron Merkum, para desarrollar un autobús eléctrico, y la conservera Maratlantis. Los gallegos dieron un paso más en 2012 al apuntar hacia los terrenos de Visteon, donde habían proyectado la puesta en marcha de un gran complejo industrial dedicado al sector de la automoción. Sin embargo, más tarde se supo que el objetivo era complementar a Merckum con empresas auxiliares para la fabricación de vehículos eléctricos. Cabe recordar que el proyecto de vehículos eléctricos fue rechazado en 2011 por la Xunta gallega y, un viaje de Moresco en noviembre de 2012 a Coruña, lo atrajo hasta El Puerto alegando para ello facilidades en su implantación, subvenciones públicas y suelo industrial a bajo precio.

Giro inesperado

Esta iniciativa dio un giro de 180 grados el pasado año cuando Ramón Hermo cambió el rumbo de la inversión y optó por la puesta en marcha en los terrenos de Visteon de una empresa dedicada al reciclaje y transformación de plásticos. Así nació Plasticur. Pero aún no habían acabado las sorpresas, el empresario gallego solicitó el pasado septiembre a la Junta una ayuda de hasta el 75% de la inversión para poner en marcha este proyecto.

LA VOZ ha podido saber que la Consejería de Innovación sigue estudiando este expediente, pero no moverá ficha al respecto hasta que los gallegos presenten el plan industrial y de empleo, previsto para el antiguo suelo de Visteon. De momento, la documentación presentada a la Junta es «insuficiente». Pero la inversión gallega sigue dando vueltas. Ramón Hermo volvió a cambiar el paso de Plasticur el año pasado cuando se decantó por la fibra de carbono. El inversor gallego, ante la incredulidad de propios y extraños, dijo que la apuesta de la empresa era hacia el sector aeronáutico con la construcción de piezas en 'composite'. Sin embargo, este trabajo necesita de especialización y, sobre todo, de certificación, algo que, de momento, no ha conseguido.