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Diez años después

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Las puertas del Centro Penitenciario de Puerto I, en la cercana carretera de Jerez-Rota, se abrieron hace escasos días, durante la madrugada del 15 al 16 de marzo, para la salida, e inmediata expulsión a Marruecos, de Rafá Zouhier, condenado por suministrar los explosivos a los autores de la matanza perpetrada, aquel nefasto día de marzo, contra los pasajeros de 4 trenes de cercanías en Madrid. Apenas unas jornadas antes de la excarcelación de Zouhier, el pasado martes día 11, toda España volvía a estremecerse con el recuerdo, en su décimo aniversario, de la mayor tragedia que ha padecido el país en su historia reciente. En el Bosque del Recuerdo del parque del Retiro, muy cerca de la estación de Atocha, 192 árboles expresan el homenaje mudo, y nos hacen tener siempre presentes, a todos y cada uno de aquellos que fueron tan cruelmente asesinados en aquel aciago día de hace 10 años. Un atroz atentado que arrebató la vida a 192 personas, que dejó con heridas, que nunca terminarán de curarse, a otras 1857 más y que destrozó para siempre a miles de familias. Con Rafá Zouhier ya son 8, de los 19 condenados por la masacre del 11M, los que, hasta el momento, han sido puestos en libertad tras cumplir las condenas que, en su momento, les fueron impuestas. Dentro de dos años saldrán en libertad otros 4 condenados. En el 2017 y en el 2018, lo harán otros dos y, dentro de 8 años, en el 2022, serán, de nuevo, dos de ellos los que cruzarán las puertas de la cárcel. Para entonces solo tres de los juzgados por el atentado seguirán en prisión. Se trata de José Emilio Suárez Trashorras, condenado a 34.715 años como autor por cooperación necesaria del atentado, junto con Jamal Zougam y Othman El Gnaoui, cada uno de ellos con una pena de 42.922 años, y sentenciados como autores materiales del asesinato de tantas personas. Obviamente, una vida, por longeva que sea, no es suficiente para cumplir todos esos años de condena pero, al margen de ello y con la ley penal vigente, las penas, independientemente de los años de condena por el delito cometido, están limitadas y, muy probablemente, los tres terminen sus días en libertad. Un motivo de peso para reflexionar sobre la reforma del actual código penal.