El Gobierno ve «ineludible» concentrar las operadoras telefónicas de la UE

La concentración de operadores de telecomunicaciones dentro de la UE resulta «ineludible», sobre todo si quiere recuperar su liderazgo en la telefonía mundial. Así lo advirtió ayer el ministro de Industria, José Manuel Soria, en un mensaje coincidente con la tesis de las principales compañías del sector. Eso sí, advirtió de que alguna firma española «debería estar en esa reducida liga» de actores que habrán de dominar el panorama continental una vez finalice el proceso de consolidación que desde la propia Comisión Europea (CE) se ha apuntado como «deseable», aunque sin llegar a concretar mucho más por parte de la vicepresidenta y responsable de la Agenda Digital, Neelie Kroes.

«Desde luego algún actor nacional importante debería estar», abundó el ministro durante la inauguración de la novena edición del Congreso Mundial del Móvil (Mobile World Congreso) que hasta el jueves se celebra en Barcelona y al que asistirán más de 75.000 profesionales de todo el mundo. No obstante, eludió referirse a nombres concretos cuando se le preguntó por el interés de Vodafone y Orange en las compañías de cable Ono y Jazztel, respectivamente, además del papel que podían desempeñar algunos fondos de inversión y capital riesgo. «El Gobierno no se inmiscuye en las decisiones propias e internas de cada operador sobre si quiere consolidar con un grupo o con otro, o con una u otra empresa», zanjó la cuestión.

Soria, no obstante, sí se refirió al caso concreto de Telefónica y a las trabas que desde Bruselas han puesto a su adquisición de E-Plus, la filial alemana de la multinacional holandesa KPN, una operación que costará unos 4.400 millones de euros. Desde la comisaría de Competencia recelan de que esta operación provoque finalmente un aumento de precios a nivel local, dado que afecta al tercer operador del mercado germano, por detrás del líder local, T-Mobile, y de Vodafone.

«Si Europa realmente quiere tener un lugar destacado para competir en este sector, debe plantearse si es mejor dificultar las operaciones de concentración o facilitarlas», señaló el ministro, quien enfatizó que tanto la UE como la Comisión «podrían hacer mucho más» en aras a ese consolidación del sector que en el continente aún está «muy poco desarrollada». «Mientras aquí tengamos más de 80 operadores y en cambio en Estados Unidos existan sólo tres grandes, dos en China y otros dos en Japón, pues ciertamente lo tenemos más complicado», insistió.

Falta de concreción

En la agenda de la CE, sin embargo, no aparecen medidas concretas para favorecer esa concentración, aunque fuentes comunitarias sí confirmaron ayer que un número «apropiado» de grandes operadores podría rondar la media docena, a los que habría que sumar un número indeterminado de pequeños. En su último paquete de medidas para crear «un verdadero mercado único de las telecomunicaciones» -que incrementaría el PIB europeo en casi un 1% anual-, se apunta la necesidad de que las operadoras «reduzcan sus enormes deudas -que en algunos casos triplican incluso su valor en Bolsa (Telecom Italia), destacaban desde Bruselas-, pero nada se señala sobre la desventaja que supone la atomización del sector a la hora de competir con los gigantes de Asia y EE UU, como China Mobile, Versión y AT&T.

Precisamente la multinacional estadounidense AT&T viene figurando en todas las quinielas desde hace meses para protagonizar una operación corporativa de gran calado en Europa. El verano pasado se especuló con fuerza con que su 'novia' sería Telefónica, lo que propició fuertes revalorizaciones bursátiles de las principales compañías continentales lideradas por la holandesa KPN y la sueca TeliaSonera, junto a France Telecom y Telecom Italia, ante eventuales fusiones en las que participarían. Vodafone y O2, la filial británica de la compañía que preside César Alierta, son las últimas posibles parejas de baile que le han apuntado a AT%T.